Capítulo 7

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25 de Junio.

9:30

Una vez más, me despertó el maldito ruido del despertador.

Hoy era el día, iba a volver a ver a Sonia, iba a ver los gemelos grabar en el estudio, escucharles cantar.

Salté de la cama con mucha ilusión. Me vestí con un vestido (Multimedia), me puse unas converse blancas, si, no soy de tacones, me ondulé el cabello, y me pinté un poco.

Bajé a desayunar, aunque antes de eso, miré la hora, 10:30. Iba bien de tiempo.

Desayuné tranquilamente, mirando la televisión, y al terminar me dirigí a lavar los dientes, y me repase el brillo de los labios.

Eran las 11:00, cuándo fui a organizar mi habitación, puesto que Sonia se quedaría aquí dos noches, y tenía que preparar la cama, ordenar todas las cosas, aunque nunca fui muy muy desorganizada.

Terminé sobre las 11:45, así que me senté unos minutos en el sofá. Revisando el móvil, avisé a Sonia que en nada nos iríamos, a Jesús y Dani que ya estaba lista, y un poco con los demás.

A las 11:58 se escuchó el timbre, salí, y les vi ahí. Preciosos, una vez más. Cerré la puerta con llave, puesto que mis padres estaban trabajando. Y nos fuimos.

No sin antes saludarnos con dos besos y un abrazo.

Nos dirigimos hacia su furgoneta roja y saludó a sus padres. Su hermano mayor no iba.

En el coche se dedicaron a poner su disco y a cantarlo. Algunas veces me animaba yo y cantaba. Sobre todo en "Tan sólo tú y yo", aquella fue impresionante. Al terminar el disco pusieron la radio, y seguimos con aquellas canciones.

A las 13:30 llegamos en un restaurante de Sevilla, bajamos, y comimos ahí. Quedamos con Eva en que a las 15:30 iríamos a buscar a Sonia, mientras que ellos grababan en el estudio.

Eran las 15 al terminar de comer, así que fuimos al estudio, dejamos ahí a Juan Carlos, Jesús y Dani, y fuimos a buscar a Sonia dónde habíamos quedado.

Al llegar ahí, ella estaba sentada en la fuente concentrada con el móvil. No pude evitar chillar su nombre y correr a abrazarla, ahí estaba ella, después de tanto tiempo, con su melena rubia, aunque un poco más oscuro por detrás, largo, y suelto, ondulado. Con sus ojos marrones verdosos, muy bonitos a decir verdad. Y su altura que juraba que se acercaba a 1'70.

No pudimos evitar abrazarnos fuerte, chillar al vernos, haciendo girar toda la plaza, pero poco nos importó. Después de unos cinco minutos de escándalo, fue a saludar a Eva con dos besos, aunque Eva la abrazó. Sonia parecía nerviosa.

-Bueno chicas, ¿nos vamos? - Dijo Eva.

-Claro. - Respondió Sonia, en sus ojos había más emoción que nada.

Subimos al coche, y nos dirigimos hacia el estudio.

-¿Así que tu también eres gemelier eh? - Preguntó la madre.

-Sí, aún no me creo que les vaya a conocer, madre mía. Creo que me sacarán de ahí. - Exageró la otra.

-Ala. Tú debes ser la del sillazo que tanto miedo le das a Jesús. - Dijo ella riendo.

-¿Cómo sabe eso? - Preguntó curiosa.

-Ayer tenía miedo cuándo le dije que vendrías. - Me reí yo.

-Ah que sabe que existo. Normal todo no. - Ironizó Sonia.

-Realmente creo que les caerás bien, y créeme, que no lo suelo decir. Ya que la mayoría que conocí, disculpad mi vocabulario, son unas frescas que enseñan más braga que pantalón. - Rió Eva con nosotras. - Bueno, eso es aquí. Si quieres chillar, chilla. Allá tú.

Enamorado de la fan. (Gemeliers) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora