Capítulo 3

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-¿Nos vamos?

Eva me sacó de mis pensamientos.

Por favor, si eso era un sueño, que no me despertaran nunca.

Tengo a mis ídolos al lado. Y ahora...

Iré al coche con ellos.

No había caído en eso.

Iba a temblar todo el rato, estaba segura de ello.

Subimos al coche.

Jesús, yo y Dani.

Madre.

-¿Cómo estás? ¿Te está gustando Mairena? - Me preguntó Dani.-

-No sé, aún no he visto nada. Supongo que después de comer iré a dar una vuelta.

-¿Sola? -Se interpuso Jesús.-

-Sí, a no ser que mi madre o mi padre vengan.

-Te podemos acompañar si quieres. -Me dijo Jesús.-

Dios.

-Tampoco quiero ser una carga para vosotras.

Ya lo dije antes, no quería parecer una fanática loca.

-Por mi no hay problema, te podemos llevar. -Dijo Dani.-

-Vamos chicos, bajad, hemos llegado y hay que ir a comer. -Nos cortó Eva.-

Bajamos y nos dirigimos hacia su casa.

Sí. Madre mía.

Había nervios por todo.

A lejos divisé a mis padres que venían hacia su casa. Estábamos al lado.

Necesitaba un pellizco, eso no era real.

Mis padres llegaron, se fijaron en ellos, me miran, y les saludaron.

Creí que se habían dado cuenta de que no había fallado al decirles que eran sus padres.

Entramos dentro, y empezamos a comer.

Por lo que vi, Eva había dejado la comida preparada antes de irnos.

Por mi cabeza pasaba dónde estaba su hermano mayor, pero no quería meterme dónde no debía.

Para comer, hubo huevos con patatas.

No pude evitar acordarme de Jesús, y el hecho de tenerlo al lado, no me ayudaba.

Sí, estaba sentada al lado de Jesús y de mi madre.

Comimos entre risas y hablando. (Y nervios); aunque siempre me dio igual comer delante de chicos, incluso de mis ídolos.

Al terminar, quería irme a dar una vuelta, ellos me dijeron que me acompañaban, pero al querer salir.

Error.

Estaban unas veinte niñas esperando para verles.

Por una parte, yo tal vez hubiera sido una de ellas, pero no, porque no quería invadir su intimidad. Pero al parecer a aquellas poco les importaba.

-Una de dos, o salimos, saludamos y nos vamos; o no salimos. -Dijo Jesús.-

-Salimos.-Dijo Dani.-

-¿Y yo qué hago?

-Te vienes con nosotros.-Dijo lógico Dani.-

-Pero a saber que van a pensar, además yo soy una de ellas, en verdad no, porque no invadiría vuestra vida personal, pero no sé, tal vez me entendéis.

Enamorado de la fan. (Gemeliers) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora