4 -Verdad o Reto

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Ya amanecía y podía sentir los rayos del sol rozar mi rostro. Decidí levantarme y miré el reloj: eran las 9:05 de la mañana. Revisé el teléfono para ver si tenía algún mensaje y, efectivamente, tenía uno de un número desconocido. Espero que mis pensamientos no confirmen una vez más mis predicciones.

Desconocido:
-Me alegra hacerte enojar, chica bonita.

Era él, el chico misterioso. Comenzamos el día de maravilla; tengo la impresión de que hoy será otra aventura. Cada minuto desde que lo conocí lo es.

No sabía qué responder a su mensaje, así que decidí mantener su conversación en visto. Igual pienso que lo envió por burla y sarcasmo por lo ocurrido.

—¡Hola! —les dije a todos los que estaban en el jardín trasero.

—¡Hola! —gritaron a la vez.

—¿Algún plan para hoy, chicos? —pregunté curiosa.

—Contacté con Angie, una de las estudiantes de otro año. Tenemos pensado hacer una fiesta al aire libre, con fogata, etc. ¿Qué opinas? —me preguntó la chica de mi grupo.

—Me parece genial la idea, hagámoslo —respondí entusiasmada y ansiosa.

—Bueno, muy bien, los espero a las 10 —dijo y se marchó con su novio, Lucas.

—Hola —saludé a Leo, que estaba casi dormido frente a todos.

—¿Cómo estás? —bostezó cubriendo su boca con la mano derecha.

—Yo estoy bien, y por lo que puedo notar tú tienes mucho sueño.

—Así es, Ale.

—Podemos hacer algo para que te despiertes, Leonardo —propuse.

—¿A qué te refieres exactamente? —me miró con los ojos entrecerrados, como si supiese que iba a proponer una locura.

—Vamos a buscar la parte del campamento donde montan tirolesas.

—No pienso aceptar eso ni en mi peor pesadilla, me niego.

Puse mis ojitos tristes y lo miré.

—Si usas esos trucos, ¿quién se resiste? Vamos, pero solo una vez, que quede claro.

—Eres el mejor del mundo —confirmé—. Te amo. Vamos antes de que te arrepientas.

Atravesamos gran parte del campamento hasta llegar al destino.

—¿Listo? —le pregunté sonriendo.

—Nunca lo estaré, así que es mejor que hagamos esto de una vez.

—Como prefieras.

Nos brindaron la seguridad alrededor de nuestros cuerpos para asegurarnos y nos soltaron. La expresión en la cara de Leo transmitía risa; casi lloraba. Nunca lo había visto de esta forma en todos nuestros años de mejores amigos. Sentía nervios acompañados de grandes miedos, pero la adrenalina era mayor que todo.

—Estuvo bien, aunque al principio estaba nervioso —admitió.

—La verdad es que estuvo increíble; lo pasé de maravilla.

—Gracias por ayudarme a superar mi miedo a las alturas —dijo, y comenzamos a reír.

Por la tarde, nos dedicamos a ver una película. Leo es un sueño de mejor amigo; nunca me ha dejado sola. Nunca me siento sola desde que él está en mi vida.

Después de la cena, comencé a arreglarme para la fiesta de esta noche. Estaba indecisa sobre qué llevar, así que decidí llamar a Arianna, mi mejor amiga, para que me ayudase a elegir.

Minutos después estaba frente a mi habitación.

—Hola, estoy aquí —dijo sin respiración.

—Lamento llamarte de esta forma, pero me urge tu ayuda.

—Dime, Ale.

Sugirió una falda azul junto a una camisa blanca, acompañado de un suéter encima del conjunto. Colaboró en mi peinado y quedé perfecta.

Ya estaba lista; eran las 8:30. Aunque aún estaba a tiempo, decidí ayudar a Ari a arreglarse. Me decidí por unos jeans blancos y una camisa corta de color rojo con un suéter encima para ir en conjunto.

Leo pasó por nosotras minutos después y nos marchamos.

Al llegar, se sentía la cálida iluminación que emitían las fogatas, además de las emociones y actitudes de todos los del lugar.

—Hola, chicos —saludé a todos.

—Hola —respondieron sonriendo.

Tyler, uno de los chicos del equipo de fútbol del colegio, ese típico niño popular pero muy carismático y natural, detuvo la música para anunciar algo:

—Chicos, tengo algo que decirles: he invitado a los del campamento de al lado.

Todos quedaron perplejos. Nadie se lo esperaba, pero todos querían conocer gente nueva, así que no le dimos importancia.

En ese instante, proyectaron a algunos de los invitados. Entre ellos, el famoso chico del accidente. Mi postura se mantuvo paralizada por segundos y con una presión corporal incontrolable.

—Hola —dijeron todos. Eran una numerosa cantidad de chicas y unos cuatro chicos.

Todos saludamos. Nuevamente, Tyler detuvo la música para hacer un anuncio.

—Chicos, bienvenidos, que la pasen bien —dijo Tyler para los invitados—. Y propongo hacer un juego para relajar el ambiente.

—¡Sii! —todos gritaron desde el fondo.

—En pocas palabras, jugaremos "Verdad o Reto" —todos escuchaban atentos.

Creo que esto se pondrá cada vez más interesante; sin duda alguna sería otra noche en el campamento que me marcaría para siempre.

Todos nos reunimos en forma de círculo y comenzamos el juego.

—¿Quién gira la botella? —interrumpió Arianna.

Se adelantó un chico del otro campamento. Su nombre es Axel, un chico de pelo castaño, cuerpo de deportista, muy carismático y alegre.

—Yo la giro, chicos —dijo.

Le correspondió a Melissa, una de mi año escolar.

—¿Qué eliges: verdad o reto? —le dice Tyler.

—Elijo verdad.

—¿Alguna vez te has ido de casa a espaldas de tus padres para ir a una fiesta? —cuestiona Tyler con curiosidad en su pregunta.

—No, nunca lo he hecho.

—Gírala de nuevo —ordena Arianna.

Esta vez es el turno del chico misterioso. Él elige verdad.

La suerte se acordó de mi existencia, y me permitieron crear la pregunta. Decidí decir lo primero que se me vino a la mente.

—¿Alguna vez le has derramado bebida encima a una chica sin disculparte? —lo miré sarcásticamente.

—Sí lo hice, pero no me siento culpable porque le dije algo mejor que unas simples disculpas —dice, y todos notan las miradas entre nosotros.

—Sigamos —propongo.

Tengo el presentimiento de que esta noche será larga.

Mi Mejor Accidente [Providencia I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora