La misma sensación de dolor, rabia y desilusión invadían mi cabeza. Solo era capaz de sentir y oír en mi interior el eco de dolor. ¿Cómo alguien a quien quería tanto, con quien imaginaba una vida juntos, podía fallarme como todos los demás? Me oponía a aceptar la realidad, pero era solo eso: una triste realidad.
Durante todo el camino estuve pensando. Cuando llegué a casa, mamá y papá me miraban como a un ser extraño. Tenía el delineador corrido por todos los párpados de mis ojos. Fui directa a mi habitación, me encerré inmediatamente y me recosté en la cama a llorar.
—Alejandra, hija, dime algo, por favor, estoy preocupada por tu estabilidad —oí a mamá preocupada.
—Mamá, déjame sola, por favor. Terminé con Liam —pronuncié entre sollozos.
De tanto llorar, apagué el móvil para evitar cualquier llamada o mensaje de Liam. Al pasar el rato, me quedé dormida.
Ya era de noche. Sin ganas de levantarme de la cama, tomé mi toalla y una ropa del armario y fui a darme una ducha. Regresé al cuarto nuevamente y revisé mi teléfono. Tenía muchos mensajes de Liam explicando todo, algo que no me interesaba escuchar o debatir en ese momento.
Solo quería desahogarme conmigo misma y rezar por volver a tener la paz que tenía antes de conocerlo. También vi algunos mensajes de mis mejores amigos, así que aproveché y bloqueé a Liam en mis contactos.
Risas, "te amo", "quiero una vida contigo", "eres el mejor", "nunca quise a nadie como a ti", "nunca sentí esto", "Liam, no me falles, por favor, tú no lo hagas".
Solo esas ideas corrían por mi mente estando sola en mi cuarto.
Mamá me ofreció comida, pero no tenía ganas, así que decidió darse por vencida y me dejó solitaria en mi cuarto. Trataba de tomar las cosas de la manera más tranquila posible. No podía aceptar que la persona que yo suponía que era la mejor que había conocido en toda mi vida tuviese que ver con una sustancia que mata a personas y separa familias. Siempre hay una salida para los problemas, y esa no era una. Mucho menos que tuviera que ver con esa chica tan peligrosa. No lo juzgo, pero me tenía que haber dicho, y no puedo estar con alguien así, alguien que no confía en mí. En eso no se basa una relación.
No seré una de esas mujeres que aguantan todo por tener una estabilidad. Yo quería todo con él, pero de número uno estoy yo.
Aunque después de todo esto no sé cómo volver a ser la misma de antes de conocerlo, Liam siempre será esa parte más linda de mí. Él revivía mis mejores versiones, me hacía bien, me hacía reír y ser feliz, me hacía sentir querida y respetada.
Decidí dormir porque dicen que esa es la mejor manera de resolver los problemas.
El reloj de la mesa al lado de mi cama marcaba las 8 en punto de la mañana. Mis pestañas estaban pegadas a mis ojos, supongo que de tanto llorar.
Me levanté, me duché y salí a ver a mis padres, ya que tarde o temprano tendría que explicarles.
—Buen día, mamá y papá.
—Buenos días, hija. ¿Cómo te encuentras? —saludó mi padre.
—Solo necesito tiempo, en su momento les hablaré del tema —rogué.
—Te daremos tu espacio.
—Iré a caminar un poco para distraerme.
Salí por la puerta vagando y caminando sin una ruta precisa. Saqué el teléfono y llamé a mis dos mejores amigos para verlos y hablar del tema. Rato después nos encontramos, y les conté todo lo que ocurrió con Liam. Sus caras lo decían todo; Leo tenía la mano puesta en el rostro y se le cayó de repente, mientras que Ari se quedó con la boca abierta.
—Chicos, digan algo.
Leo y Arianna intercambiaron miradas tratando de encontrar las palabras adecuadas. Finalmente, Arianna rompió el silencio.
—Alejandra, poniéndome en mi papel de mejor amiga y mujer a la vez, entiendo todo, y no es bueno. Por una parte, te mintió, pero no es tan grave como lo pintas. Es cierto que vender ese producto puede acabar con personas, pero no te mintió exactamente, solo te lo ocultó. Estoy segura de que lo hizo para protegerte y para mostrarte solo su lado bueno, olvidando sus sombras oscuras.
Escuché sus palabras, pero me sentía incapaz de aceptar su perspectiva.
—Arianna, es que de tu boca suena muy fácil, pero lo que estoy pasando no es tan sencillo. Él me lo ocultó, lo que es casi igual que mentir, y esa parte de él no es buena. Es una parte que yo no sé hasta dónde es capaz de llegar, y no puedo vivir con ese miedo a su lado —respondí, sintiendo la desesperación y la tristeza en mi voz.
Leo asintió, todavía en silencio, mientras Arianna me miraba con compasión. Sabía que estaban tratando de ayudar, pero la confusión y el dolor seguían nublando mi mente. La verdad es que no sabía qué hacer ni cómo procesar todo lo que había sucedido.
—Es difícil, chicos. Intentaré tranquilizarme un poco.
Les pedí que me dejaran a solas y les agradecí por todo. Nuevamente quedé solitaria con mis extraños pensamientos.
Decidí hacer una de las cosas más difíciles de mi vida: llamé a Liam y lo cité cerca del lugar donde me encontraba. Él aceptó rápidamente.
Un rato después me pedí un refresco y me senté a esperar a Liam. No tardó mucho en llegar y, cuando lo vi, sentí una mezcla extraña en mi cuerpo: combinación de amor, resentimiento y falta de confianza.
—Hola, Alejandra. Déjame explicarte —tomó asiento.
—Liam, primero que nada quiero decirte que ya no sé qué pensar de ti, y necesito que me digas la verdad porque me desilusioné completamente de la imagen que tenía sobre ti.
No puedo llorar, tengo que ser fuerte.
—No me esperaba esto de ti, de ti no —agregué.
—Alejandra, yo no tenía dinero cuando mi mamá se enfermó. Fue una mala decisión, pero en ese momento parecía una opción de escape. No podía dejar que la mujer más importante de mi vida se enfermara sin poder hacer nada para ayudarla. Me sentía realmente inútil. Conocí a la chica que viste , comenzamos a salir y me presentó a su papá. Yo era un adolescente estúpido y desesperado. Él me propuso esto y acepté por mi madre, no por decisión propia. Nunca quise hacer daño. Cuando obtuve el dinero para las medicinas, lo dejé, pero él no lo aceptó. Me alejé de su hija y te conocí a ti. Vine a vivir aquí y ahora ellos me encontraron. Esta vida no es fácil, sé que no es buena, pero en ese momento nada tenía más sentido que mi madre. No sabía qué hacer hasta que te conocí. Me salí de esa vida. Por las noches no podía dormir, especialmente después de que un niño sufrió una sobredosis y estuvo grave por mi culpa. Me sentí de lo peor y dejé ese camino. Pero ya ves, me encontraron. No quería esto. Cuando te conocí, todo cambió para mí. No mereces esto, lo sé, pero por favor, perdón. Estoy intentando salir de esa vida por nosotros dos —me explicó Liam.
—¿Sabes qué es lo que más me duele, Liam? Todo este tiempo no tuviste el valor y la confianza de contarme esto y permitiste que me enamorara locamente de ti. Lo habría entendido, o al menos intentado. También el Liam del que me enamoré no lo creía capaz de esto. Siempre hay una salida, siempre. No entiendo nada ahora mismo. No debías, Liam. Sé que no somos perfectos, pero me ocultaste todo y yo así no puedo tener una relación. Me dolió perderte. Es que no puedo, Liam, no puedo hacer como si todo está bien cuando no lo está. Te amo tanto, pero así no.
Me paré de la silla muy decidida a irme.
—Alejandra, por favor. Yo te amo —se recostó en mi cuello y lágrimas mojaban sus mejillas.
—Yo también, pero a veces tienes que elegirte de primera opción.
Nunca me había decidido tanto a algo. ¿Y sabes a quién dejaba ahí? A la persona que me hizo sentir especial, amada, que pensaba en un futuro y un presente conmigo, el amor que nadie me había dado antes. Dejaba esa parte nueva de mí que había conocido y por fin entendí que la vida no es perfecta, pero te pone pruebas duras donde tienes que quitarte la corona y sacar tu armadura, secar tus lágrimas y curar tu corazón. Porque antes de querer a alguien, tienes que elegirte a ti misma como primera opción.
Me dolió tanto dejar a esa persona ahí cuando lo único que deseaba era despertar de esta mala pesadilla y abrazarlo tan fuerte como lo hice ayer, sin saber que sería el último.
![](https://img.wattpad.com/cover/302262761-288-k405552.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Mi Mejor Accidente [Providencia I]
Romance¡ESTAMOS EN PAPEL EN AMAZON! ¿Por qué siempre debemos soñar con cuentos de hadas? ¿Por qué insistimos en pensar que todo sería perfecto? ¿Por qué nos limitamos a imaginar solo momentos de alegría y no de tristeza? Vivimos en un mundo donde la perfe...