17 - Detalles

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Tan rápido como pude, tomé a Arianna de la mano para salir de la escuela.

-¿Qué sucede? -me miró sorprendida.

-Liam... -aproveché para contarle.

Tardé unos minutos en reponerme y le conté todo a mi mejor amiga.

-¡¿Qué?! -parecía no creerlo.

-Calla, Arianna, habla bajo -le cubrí la boca con mi mano.

-Alejandra, no puedo recibir aire a mis pulmones.

-Me sucede exactamente igual -admití.

Me acompañó hasta casa y, por todo el camino, me hablaba de Liam.

-Hoy es viernes, lo que significa que este fin de semana debemos aprovecharlo al máximo -me dedicó una de esas miradas de chantaje.

-¿Cuándo sería la fiesta?

Me envió la dirección de inmediato y advirtió que fuera bien arreglada.

-Nos vemos allá.

-Hasta luego.

Tan pronto como llegué a casa, pedí permiso a mis padres y ambos aceptaron, recordándome las reglas. Subí a mi habitación y era imposible decidirme por qué ropa llevar. Recordé el juego de adivinar con los ojos cerrados y elegí un pantalón con una blusa de mangas negras con unos pocos brillos en la parte delantera y unos tenis del mismo tono. Mamá decidió ayudarme a organizar mi alborotado cabello y elaboró un peinado rápido pero bien estilizado.

Agarré mi cartera y me aseguré de guardar lo necesario. Me puse un poco de perfume y luego salí de casa, despidiéndome de mis padres. Por suerte, tomé un taxi rápidamente y les avisé a los chicos que iba de camino.

Me dijeron que la dirección era un bar que había sido alquilado exclusivamente para esta noche. Guardé mi celular para centrarme en el camino. Un rato después, llegué al lugar. Arianna llevaba un vestido blanco y rojo, y Leo vestía un suéter negro y un pantalón.

-Hola, guapa -Leo me observó con atención-. Te ves muy bien.

-Tú eres el centro de la noche -me guiñó un ojo.

-Superaste mis expectativas, te visualicé con tu pijama -bromeó Ari.

-Buen chiste de tu parte. La verdad, me costó mucho trabajo arreglarme, pero aquí me tienes. ¿Entramos de una vez?

-Sí, claro, entremos -me agarró de la mano.

Al observar mis alrededores, me atrevo a decir que hasta el camarero fue atraído hacia la entrada; éramos el centro de atención. Nos adentramos en la multitud mientras sonaba una de las canciones más famosas en internet y todos comenzamos a hacer una coreografía en grupo, luciendo como expertos en la materia. Leo decidió ir a por unas bebidas, ya que en menos de un año cumpliremos 18 años.

Hasta ahora no he visto a Liam. ¿Acaso no vendrá?

Como si lo llamara con mis pensamientos, lo noté entrar en mi campo de visión con su conjunto de ropa favorita, de color negro. Se dirigió hacia el encargado de la música y sonidos; tal vez planeaba declarar su amor infinito por Janna. Le acercó su teléfono al hombre, y este comenzó a escribir alguna información en la laptop cerca de los equipos de música. De repente, se escuchó la voz de Liam, esa voz que me eriza la piel con tan solo sentirla cerca.

"Todo era negro. No había colores, todo se veía oscuro, en la tiniebla. Pero entonces llegó ella, como un rayo de luz iluminando mi vida. No quise enamorarme, pero sucedió. Lo evité en todo momento, pero no pude. Esa sonrisa, esos ojos, todo de ella. Ella, tan perfecta, ella, tan adicta a él. Solo eran dos seres opuestos que no podían evitar lo que sentían. Todo ocurrió como un accidente, y ahora todo se siente como amor. Decir que la quiero sería poco. La sueño, la pienso durante las 24 horas del día. Si esto no es amor, no sé cómo llamarlo. No quiero que termine, al menos no con un punto final, sino con pequeños puntos suspensivos y caritas felices."

Mi Mejor Accidente [Providencia I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora