Mi Mejor Accidente [Providencia I]

14 - Confesiones

Podía sentir los primeros rayos del sol acariciando mi rostro mientras abría los ojos lentamente.

—¡Ale, ya está el sol afuera! La escuela espera por ti —resonó la voz de mamá por toda la habitación.

—Hola, hija, ¿cómo estás? —respondí en tono irónico, haciendo una leve mueca.

—Hola, princesa, tienes escuela hoy, mi amor —repitió mamá, agarrándome de los brazos hasta levantarme de la cama.

Como era costumbre, me preparé para la escuela, bajé para besar a papá en la mejilla, desayuné casi corriendo, y al salir por la puerta, agarré el celular para revisar mis notificaciones. Como esperaba, tenía unos mensajes de mi chico.

Yo:
—Hola, amor. Buenos días, voy de prisa hacia la escuela.

Chico Misterioso:
—Buenos días, preciosa. No podré verte en las próximas horas; estoy resolviendo algunos asuntos para mi estadía esta semana. Te amo.

Yo:
—Yo más a ti, nos vemos luego entonces.

Eché a correr para encontrarme con mis mejores amigos. Éramos lo más próximo a la palabra "locos", corriendo por las calles hasta llegar justo a tiempo. Entramos al salón y asistimos a las clases de Matemáticas e Idioma Extranjero. No esperaba más que mi sonido favorito del día: el timbre.

Al sonar el timbre, salimos corriendo.

—¿Qué tal todo, chicos? —preguntó Arianna, alzando una ceja.

—Por mi parte, todo súper bien. Y en cuanto a Liam... estupendo —respondí, haciendo un hoyuelo en mi mejilla.

—Lo noté, Julieta —bromeó Ari—. ¿Y tú, Leo?

—Bien —respondió Leo, un poco tímido—. Estos días me la he pasado hablando con Rihanna, nos hemos conocido más, y estamos bastante bien. Solo que... quiero verla. Ya saben, chicas.

—Todo estará bien, pronto se verán —le dije, dándole un abrazo.

—Chicos, quería invitarlos a una fiesta en casa esta noche. La profesora dijo que mañana podemos entrar un poco más tarde a clase —interrumpió Jeisy, una chica de mi salón, siempre con un estilo impecable.

—La verdad, necesito distraerme —dijo Leo, mirándonos con una carita de cachorro triste.

Alejandra, hazlo por tu mejor amigo. Además, ¿quién sabe? Quizás la pases genial.

—Puedes invitar a tu novio, Alejandra —agregó Jeisy.

—Entonces, nos vemos esta noche —acepté.

—¡Acepto! —apoyó Ari.

—Los veo en la noche, chicos —dijo Jeisy, alzando la mano en señal de despedida.

Volvimos al salón y continuamos con las clases. Aproveché para escribirle a Liam sobre la fiesta de esta noche, y me dijo que estaba bien; pasaría por mí a las 9, y también iríamos con mis amigos.

Después de clases, cada uno de nosotros fue a su casa a arreglarse.

—Hola, mami y papi —saludé entre risas.

—Hola, cariño, ¿a qué se debe esa emoción en tu rostro? —preguntó mamá.

—Papá, necesito un favor pequeño, así de chiquito —le dije, mostrándole mis dedos.

—Ve al punto, Ale.

—Necesito que me permitas ir a una fiesta esta noche. No interferirá con la escuela porque mañana tenemos que ir más tarde a clase. Y antes de que te preocupes, Liam me pasará a recoger y me traerá de vuelta a casa.