T r e i n t a

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Las gotas de sudor frío resbalaban por sus pieles, sus cuerpos se habían erizado y ambos contenían la respiración, habían llegado a la misma conclusión y no les gustó nada.
No era más decir que el más afectado era el omega que sin duda estaba temblando, el hecho de que lo estuvieran acosando, lo hacía sentir indefenso y vulnerable, que su acosador o acosadora estuviera en el conjunto residencial donde vivía aún peor que ésta entrara a su departamento sin muchas restricciones y que era obvio que estuvo paseándose por su hogar como si fuera suyo.

Mil preguntas se originaron en su cabeza exigiendo respuesta, ¿Quien era ella?, ¿Por qué?, ¿Que quería? Y la más importante, ¿Desde cuando?. Esa persona posiblemente llevaba tiempo sabiendo que vivía ahí, ingresó ahí, violó su privacidad, invadió su nido y llenó su habitación con su olor reclamandolo como suyo.

Los muy posibles escenarios de cuantas veces fue ignorante a la presencia de alguien más al mantenerse con la guardia baja en lo que se supone es su lugar seguro, las ganas de vomitar lo invadieron de nuevo además de las de llorar, los recuerdos de alguien acariciandolo, que sentía que lo miraban incluso cuando dormía, que su ropa tuviera extraños olores, ella siempre estuvo aquí y no se dio cuenta.

Se sentía tan débil y su aroma dulce se volvía pútrido que como una oleada golpeó toda la habitación.

El alfa solo ahí se dio cuenta por la cantidad de aroma tan abrumandora saliendo de sus pensamientos así que actuando por instinto hizo lo mismo pero sus feromonas no eran de miedo, era seguridad y protección ante el chico que temblaba y parecía que iba a colapsar, no esperó más para abrazarlo y esconderlo entre sus brazos, también se sentía impotente por la situación pero él no era el afectado directo así que el hecho de que solo por saberlo se sentía así se imaginaba lo 100 veces peor que estaba el omega.

Jungkook se dejó llevar por sus instintos aferrándose al cuerpo contrario, su lado animal estaba descontrolado y herido además de furioso pero se calmaba poco a poco por el tacto ajeno, contaba los números necesarios para volver a la razón.

Él era un omega listo, fuerte y fiel a sus ideales, ¿que estaba haciendo?, ¿se estaba dejando intimidar?, prometió hace ya años que nadie iba a volver a aprovecharse de él, se esforzó por ser fuerte fisica y... mentalmente estable, por qué lo era ¿no es así?.

Si, él era alguien mentalmente estable, meses de terapia lo ayudaron, cierto, se estaba ahogando en un vaso de agua, si eso, era fuerte, él podía, él podía, él podía sobrellevar esto, podía sobrellevarlo todo, solo.

La autoconvencion que intentaba hacerse le causaba gracia pero no rió, debía de dejar de actuar como un niño indefenso, él era un adulto, un adulto que estaba asustado.

Inhaló y exhaló hasta que estuvo sereno, debía mantenerse firme ante la situación y hallar una solución, se separó del cuerpo contrario evitando ma mirada de Taehyung por vergüenza, vergüenza de que lo siguiera viendo en ese estado.

Taehyung no sabía que decir, palabras de apoyo no llegaban a su mente y dudaba de que lo que dijera fuera útil o no, antes de poder abrir la boca el menor lo interrumpió.

---¿Como era?... ¿como era ella? ---Su voz sonaba rota pero el tono se mantenía aparentando seguridad.

---¿Eh..? Ah... bueno, ella era alta, más o menos quedaba cerca de mi hombro, cabello negro largo hasta los hombros, piel blanca, también tenia unos ojos negros parecia tener unos veintitantos años---¿Cuantas personas así no existían? Que increíble ayuda estás siendo Taehyung, se regañó así mismo e intentó recordar algo más ---Creí que era beta por que no olía a aromas fuertes que provenieran de ella, pero una vez la perdí de vista un olor a licor de frutas estaba en el ambiente por el pasillo.

Mi Jefe Omega   -Taekook-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora