XX. Las artimañas del contrario

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— ¿Por qué estamos solo nosotros seis aquí presentes? —cuestiona Jungkook con extrañeza de estar a solas con cinco personas aparte de él. De las cuales una es Mingyu. Los otros cuatro son del grupo con doce lords. Puede decir con mucha seguridad de que esta alianza empieza a dañarse. Ya empezaron con los planes secretos.

—Porque considero que eres de fiar—responde quien convocó la reunión. Jungkook resiste reírse y Mingyu bosteza. Wow, que hombres tan crédulos y creídos al mismo tiempo—. Tenemos planificado llevar a cabo una movida ahora que el emperador de Japón se encuentra aquí—anuncia y Jungkook acaricia a Bam en su regazo. Lo siguió apenas le vio salir de la casa—. Considerando que el emperador ya está bastante atareado y complicado con buscar a un niño que seguramente esté muerto.

—Pensé que había sido obra nuestra y no se me había informado por unirme hace poco—dice Mingyu sorprendido de que sean ignorantes al problema del niño. Uno de ellos da una risa—. ¿Dije algo gracioso?

—Si fuese nuestro plan, habríamos tirado el cadáver al palacio imperial y así el emperador Agust fuese ejecutado al instante—asegura despreocupado y cínico. Jungkook hace un repaso momentáneo, lord Hyungsu no está aquí. Estas personas no saben sobre el niño, pero otro aquí es muy amigo de él. Debe saber algo y si dice lo contrario, quizá el niño de dragón blanco realmente no tiene nada qué ver—. Tan solo es un contratiempo para nuestro gobernante y una oportunidad para nosotros.

— ¿Y bien? ¿Qué piensan hacer? —increpa Jungkook impaciente. Esto no lleva a nada.

—Dentro de dos días habrá un ataque en el centro de Hanyang. Donde los "japoneses" van a atacar a todos. Quizá maten a algunas personas y en ultima estancia, cause que el emperador Agust y el emperador Masahiro discutan.

— ¿Eso de qué va a servirnos?

—Acabaría por iniciar otra guerra que personalmente no quiero. —añade Mingyu con desagrado.

—Por supuesto que podría, pero nuestro arrastrado emperador tan solo tendrá que tragar cualquier reclamo o ganas de atacar y la confianza del emperador Masahiro decaerá. Si él no está de acuerdo, Agust tendría que ceder el trono a alguien más competente. —explica el lord que organizó la reunión.

Jungkook ve algún que otro hueco en esto. Países externos no pueden decidir quién está o no al mando, apenas apoyarlo. A la vez, cae en cuenta de que sí puede ser factible porque es lo que han hecho estos seis años: controlarlos silenciosa y tranquilamente. Lo irrita solo pensarlo así ¿Por qué deben tener a alguien más a espaldas? Pueden arreglárselas solos, no necesitan que alguien desde arriba califique que estén bien o no.

Le duele la cabeza...

—Con cómo lo dijiste, doy por hecho que no serán japoneses en realidad. —repone otro lord.

—No conseguí a ninguno que se atreviera, por desgracia—exhala con molestia—. Todos están feliz con este régimen patético—refunfuña—. Por lo que no hice otra cosa que darle dinero a otras ratas para que finjan ser de Japón y lograr así que el acto funcione.

—Van a darse cuenta de que no son japoneses y será-

—Perfecto, después de todo, lo que se juzga del emperador Agust es que no es capaz de mantener tranquilos a sus civiles ¿No es así?

Mingyu asiente de acuerdo y ve a Jungkook de reojo. La forma en que da mil vueltas a todo lo que se dice aquí y finge tan extrañamente bien que le da igual que eso pueda pasar. Es incomodo, muy incómodo que sea así. Se siente fuera de lugar aquí.

. . .

— ¿Pensaba en algo durante la reunión?

—No...

Seven Dragons || BOOK 4#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora