Seven Dragons || BOOK 4#

XXI. La interminable incertidumbres de quienes cuidan

—Su padre falleció, su madre tenía cabello rosa, su dragón hace algo, pero tiene prohibido demostrarlo. Niki es muy complicado, solo espero que su madre de verdad siga viva—exhala Jin con preocupación. El niño dormido en el futón da ronquidos suaves y su dragón que pesa alrededor de quince kilos él solo, lo mira fijamente. Como si vigila que no haga daño a su usuario—. No sabe cómo guardar a su dragón tampoco y el coreano le cuesta.

—Jin, un problema a la vez. Iré a preguntar a los japoneses que llegaron hace poco si hay algún renombre con respecto a una noble de cabello rosado. Llegaron apenas ayer. Este niño tiene casi cinco semanas con nosotros. Debe haber algo. —Jin asiente y Taehyung le da un beso en la sien antes de retirarse.

El kisaeng ordena la habitación del niño con ojos lechosos. Cuidarlo es divertido. Es un niño muy activo y juguetón, más desobediente porque claramente es un mimado de su familia. A la vez, es respetuoso y acepta los regaños cuando se porta mal. Jin detiene lo que hace y baja la cabeza. Se pregunta si su hijo, el ultimo y que fue el más propenso a haber nacido, pudo ser así.

Tener su mismo cabello rosado.

Correr de aquí para allá.

Reír con las mariposas parándose en su nariz.

Suelta un profundo respiro, apretando los ojos y los labios. Tanto que pudo ser y no fue. Lo deprime demasiado—. ¿Por qué Jin-nii está triste? —Se gira a Niki que está sentado. Sonríe y se acerca, tomando lugar en el futón junto a él, le aparta un mechón de cabello y le acaricia el rostro.

—Tan solo pensaba en mi hijo.

— ¿Hijo? Jin-nii ¿Es mamá?

—Umm... No, sería papá—Niki hace un círculo con la boca—, pero él no nació, fue un brotecito que no abrió—explica de la forma más tierna y entendible para Niki. El niño hace pucheros—. Es muy triste, de estar aquí, seguro seria buen amigo tuyo. No creo que te diviertas tanto conmigo.

— ¡Claro que sí! Jin-nii es muy divertido, me recuerda mucho a mi mamá, pero mejor que ella porque ella solo quería estar todo el día metida en el templo ¡Y no me dejaba salir! ¡Con Jin-nii puedo jugar en el jardín! En el cuarto, en la sala—Jin no le interrumpe. Es japonés, claramente está más cómodo hablando en su idioma natal y a diferencia de Yune, él es más pequeño como para intentar corregirlo y exigirle que hable en coreano. En algún momento entenderá alguna palabra—, también con esos animales de cuello extraño... arrr... arpaka.

—Al-pa-ca.

—Aru-pa-ka.

—Nono, relaja el cuello. Al...

—Al...

—Pa.

—Pa.

—Ca.

—Ca.

—Alpaca.

—Arulpaka.

— ¡Niki! —Le hace cosquilla y el niño se ríe. Su dragón salta de un lado a otro y Eunji lo atrapa, girando con el crío sobre su lomo. Algunos sirvientes ven lo que sucede y continúan con la misma ternura a como Jin trata a los niños, indiferentemente a que no sean suyos.

La sola idea de que en un futuro no tan lejano, Taehyung decida pedirle matrimonio y se casen, se hace cada vez más esperada y ansiada.

. . .

— ¿Ella es una princesa?

—Es mi princesa. —asegura Jin dejando a Niki en el suelo.

Jin revisa que Yune esté en perfecto estado. La ha visto moverse de vez en cuando y con eso, tiene esperanzas de que genuinamente, este sea el año en que despierte. Empieza a cantar para ella, sacando las flores marchitas dentro de su ataúd de jade. Crecen nuevas y una suave sonrisa surge en el rostro de la niña que, para este momento, ya tiene casi catorce años.