XLVI. Un poco de orden a la vida

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 Jimin tambalea en su lugar y es tirado abruptamente a un lado por Soo, quien lo enrolla y solloza frotando su cabeza co él. Jimin sonríe y le toma de la cabeza, frotando su frente con la de ella. Taehyung lo tiene un poco más complicado, siendo que su dragón es como tener toneladas de piedras encima y que está a nada de convertirlo en un montón de carne aplastada y huesos rotos.

¡¿A dónde te fuiste?! ¿¡Como se te ocurre irte de esa manera?! ¡No lo repitas jamás crio descuidado! ¡DEBES TENER...!

— ¿Por qué me regañas tanto? ¿No puedes ser como los demás demostrando abiertamente que me quieres y te preocupaste? Viejo amargado. —refunfuña Namjoon irritado.

Curiosamente, eso los hace hasta más parecidos de lo que pueden creer. Ji se enrosca en sí mismo y da golpes con la cola al suelo, malhumorado, pero rehusándose a hacer lo que Namjoon le pide. El hombre da un suspiro, a veces es agotador lidiar con un dragón tan necio.

Envidia un poco como los demás están a nada de ser asfixiados por sus dragones. Se nota que les dieron un buen susto desapareciendo de la nada. Así como es obvio el paralelismo. Sookie chillando y Hoseok lloriqueando tontamente; Eunji y Jin abrazándose fuertemente mientras el hombre le da besos a su dragona de pétalos erizados; Nokssek lady en su silenciosa y casi miserable gesto triste por los nervios y Migurim tan tosca como solo ella en su cariño hacia Yoongi.

Jungkook abre y cierra las manos, ve a un lado donde está Kurimjanie. La dragona tose y escupe una sombra que se va saltando hasta fundirse con la penumbra nocturna. Da un resoplido, acostándose en el suelo. Tiene hambre. No es molesta ni odiosa como antes, pero quiere comer algo y no sabe qué hacer. Jungkook se acuclilla y le acaricia la cabeza.

—Ya encontraremos que darte de comer. No te angusties. —Kurimjanie ronronea y se restriega con la mano de Jungkook.

Queja y se cae al piso, ve arriba, encontrando a Yoongi que sacude la mano, roja debido al golpe que le dio. Jungkook lo ve a él, luego a los demás sin entender por qué semejante golpe. Le rebotó el cerebro en la cabeza.

— ¡NO LO HAGAS De NUEVO! ¡QUE SE MUERA DE HAMBRE! ¡NO LO SÉ! NO LO HAGAS OTRA VEZ.

—N-no fue mi intención-

— ¡NO ME IMPORTA!

—Yoongi, tranquilo—Hoseok se acerca nervioso al explosivo príncipe—. Fue una eventualidad nada más. Fue-

—Los dragones de sombra comen mucho cuando están estresados y cuando tienen la necesidad de ser más grandes—Interviene Namjoon caminando hacia Jungkook—. Tu necesidad es lo que le provoca hambre y luego la descontrola. Tu propia ansiedad es lo que la hace volverse de esa manera. Si está hambrienta, es porque algo en ti está generándote tensión y nervios.

Jungkook ve un instante a Kurimjanie y luego a Namjoon de regreso. El hombre da un suspiro por el incomodo silencio.

—Querías ser fuerte.

—Quería ser una buena sombra.

—No quieres ser una sombra y te forzabas a eso. —Corrige Agust y Jungkook frunce los labios.

—Es lo que debo hacer. Es mi razón de ser general y de estar aquí—repone Jungkook—. Así como la serpiente, el dragón de jade necesita una sombra-

—Cuando hay peligro. No siempre—repone Agust en voz baja, pasando la mano por la cabeza de Nokssek lady—. Ya no te necesito.

—Oye, oye ¡Agust!

Hoseok lo persigue ¿¡Como se le ocurre decirle eso!? Sin embargo, lo que él no comprende al igual que Yoongi, a diferencia de los demás, es que esa frase tiene un significado más grande. Jungkook lo entiendo y por eso empieza a llorar, bajando la cabeza.

Siempre había un problema.

Siempre había una excusa.

Siempre había una necesidad.

Siempre había algo para mantenerlo aquí sin poderse ir, sin dejarlo alejarse y vivir sus propias aspiraciones, urgiéndole ser la sombra del emperador. No obstante, ya no es así. el emperador no necesita una sombra y por lo tanto, Jungkook es genuinamente libre por primera vez.

~ * * * ~

— ¡Abuelo!

Masahiro recibe con los brazos abiertos a Niki, quien corrió hacia él. El dragón de oro gorgorea, feliz de tener al de perlas en su hocico. Tan pequeño que puede estar ahí subido sin problema. Jin ve con ternura el cómo Niki se aferra a su pariente y viceversa. Es imposible no notar que ese hombre ama demasiado a sus nietos. Siendo igual de afectuoso con Hoseok incluso aquí, con gente presente.

Da un suspiro triste, bajando juntando las manos. Ah, esto es lo que más duele de tener un niño que no es suyo y no lo sería jamás. Debió suponer que realmente, no podría mantenerlo como es el caso de Yune. Pensaba incluso en no buscar a su familia, dar una mentirita piadosa al niño para que no lo pensara y quedárselo. Taehyung no iba a negárselo. No obstante, al final, decidió que era una idea terrible para Niki. También resulta un poco egoísta y no podría ser así con un niño tan pequeño. Uno que recuerda a su familia y que la tiene esperándolo.

—Gracias por haber cuidado de mi nieto. Hoshi me dijo que estuvo en muy buenas manos. —dice Masahiro dejando a Niki en el suelo. Jin y Jimin hacen una pronunciada reverencia al emperador japonés.

—No tiene por qué agradecer mi señor, fue todo un placer tenerlo bajo mi cuidado—Jin se endereza y se muerde los labios un instante—. Y si no es un atrevimiento de mi parte, quisiera hacerle un pedido, emperador Masahiro.

—Adelante. —Permite el hombre mayor.

—Podría... ¿Sacarlo del templo? Comprendo que la cultura es así. Hay que respetarla, pero—Exhala con cansancio y notable decepción—. Como alguien que ha vivido rodeado de niños sin infancia, impedirle vivirla de forma feliz tan solo le hará lamentar su existencia a la larga.

Jimin frunce los labios y mira a otro lado. Masahiro nota la clara reacción. También conoce toda la trayectoria del kisaeng azul, el hecho de que el kisaeng rosa fue uno de ellos que cuidó de él.

—Así está a salvo. —repone con gentileza a la motivación de sus acciones.

—pero él no es feliz ahí. Él quiere jugar, quiere salir. Tan solo... mírelo.

Masahiro gira hacia el jardín, donde ve a Niki corretear con Soo, Eunji y su propio dragón. Es una escena adorable que la verdad, nunca ha visto. Si bien su nieto se ríe mucho con él, no suelen verse mucho porque debe estar en el templo y hasta donde sabe, su madre convertida en sacerdotisa, lo castiga muchísimo por su "mal comportamiento". No rezar, no quedarse tranquilo y muchas cosas más que en efecto son parte de un niño de tres años.

Sobre todo en uno tan hiperactivo, uno lleno de curiosidad. No es una cualidad habitual en quienes tienen dragones de perlas. Debe ser por ello que implantaron la costumbre en primer lugar, concluye Masahiro mentalmente. Jin se disculpa en voz baja por haberse arriesgado a pedir algo como eso.

—Gracias por haber ayudado a mi nieto Hoshi a permanecer en este palacio. A que se adaptara. Fue muy pequeño cuando partió de Japón y francamente, no habría sabido nada. —repone cambiando de tema. Sin decir qué hará al respecto. Si es que lo hará.

—Oh, no hay de qué. Fue encantador tenerlo aquí—afirma Jimin con una sonrisa—. Un poco torpe, debo decir. No sabía ni escribir y era muy desordenado, pero al final eso fue lo que conquisto el corazón de nuestro emperador—Jin ríe por la nariz, mira que Agust es tonto con algunas cosas. A Masahiro también le causa gracia. Es una motivación peculiar para caer enamorado. No menos tierna por ello—. También se ha vuelto una amistad muy importante. Nos alegra que sea quien ocupe el trono junto al emperador Agust.

—Pueden prometerme que será feliz aquí. Es lo único que me preocupa.

Ambos asienten con confianza. Masahiro quiere que Hoseok sea feliz y viviendo aquí, siendo todo amigos, no será más que un cambio de estatus y poco más. Seguirán siendo la extraña y poco comunicativa familia que siempre han sido con sus nuevas inclusiones. Jimin pisa a un lado y el chillido se escucha.

— ¡NO ME PISES!

—Aprende a espiarentonces. —dice Jimin con una sonrisa cándida y falsa. Hoseok brota de la telaen el piso. Discreta hasta ahora. Masahiro lo ve con reproche.

Seven Dragons || BOOK 4#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora