XV. La acogedora bienvenida del principe

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— ¿Está usted bien mi señor?

—Ujum.

Namjoon pasa a Jimin de largo. El kisaeng frunce los labios y baja la mirada. Seguir intentando no sirve de nada y aunque le pregunte únicamente de él, Namjoon no lo escucha ni responde. Trató una vez de hablarle en su estudio, pero tampoco respondió. Decide intentarlo de nuevo. Puede que sea lo necesario para conseguirlo. Entra al estudio y se detiene frente a la mesa donde Namjoon trabaja y tiene miles de papeles desperdigados por doquier.

—Mi señor ¿Hay alguna razón por la que no me hable?

—Estoy ocupado.

—pero... No me... habla desde hace casi dos meses ¿Hice algo para molestarlo? —Silencio. Jimin se muerde los labios un momento—. ¿Se siente mal de alguna forma y por eso quiere estar solo? Si es eso puede decírmelo. Lo voy a entender.

—Ya te dije que estoy ocupado.

—Solo estoy preocupado por usted. Nunca-

—Jimin, deja de molestar. De verdad, me estás interrumpiendo en algo importante. Vete-de-aquí.

Dile lo que pasa. Será más fácil.

No te pedí que hablaras—discute a Ji que le da un golpe que Namjoon ni se molesta en resentir—. Ya, retírate.

Jimin reverencia con la cabeza y se retira, moqueando y bajando la cabeza. Ji da un gruñido. Es partidario de dejar las cosas claras. De esa manera la menor cantidad de sentimientos son heridos. Claramente para Namjoon no es así. Su expectativa es haber conseguido lo suficiente este mes y que Agust lo permita tener a Jimin de nuevo. No tener que explicar nada. El problema que Ji percibe es que Namjoon no se da cuenta de que Jimin toma muy personal esta clase de distancias.

Sobre todo viniendo de un momento en el que los sentimientos se ponían en duda y habían promesas que se rompen ahora.

Eres peor y más problemático que un niño de tres años.

Namjoon ignora la queja de Ji. Si no tiene tiempo para Jimin, mucho menos lo tiene para Ji y sus comentarios poco colaborativos.

~ * * * ~

Se suelta el cabello y trata de peinarse como ha visto a Hoseok de vez en cuando. Es más complicado de lo que parece y lo molesta. Frustrado decide ir con Jimin. Es el peluquero por excelencia. Al llegar a su habitación lo encuentra haciendo figuras con el agua, murmurando a Soo mil y un cosas con gesto de pánico y de estar a nada de llorar.

— ¿Mataron a uno de tus ciervos o qué pasa aquí? —pregunta Yoongi pasando sin pedir permiso siquiera. Jimin exhala negando con la cabeza.

—No pasa nada... ¿Necesita algo? —pregunta Jimin sin verlo.

—Mi cabello ¿Cómo coño se amarra?

Jimin se ríe por la nariz. Yoongi llega a ser tierno a su manera.

~ * * * ~

Jungkook bosteza discreto y entra al palacio imperial. No pudo dormir bien por la noche. Hacia muchísimo frío y tuvieron que continuar el viaje indiferente a todo por estar muy cerca, además de no tener energía para nada más. Su camino se interrumpe por ver algo que se le hace demasiado extraño y eso es Yoongi con el cabello largo, medio suelto intentando que un ciervo no huya.

—Deja de temblar tanto, lo vas a asustar.

—Hay ochenta formas posibles de asustarlo, no me jodas.

—Tranquilo. Estira un poco y... Listo.

Yoongi exhala de alivio, el ciervo si está comiendo lo que le está dando. Los trajeron aquí porque en casa de Jungkook, los perros los molestan mucho y en casa de Namjoon aún no hay donde ponerlos. Claramente no se ha tomado el tiempo de tomar ese orden. Jungkook se ríe, acercándose para ir a saludar y considerando demasiado tierno el evento.

Seven Dragons || BOOK 4#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora