Capítulo 12

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Corrimos a resguardarnos de la lluvia bajo los árboles del bosque, nos sentamos todos alrededor de un árbol a esperar que la lluvia cesara.

Reaper corrió al carromato para ver que podía salvar, tras un rato trajo unas bolsas medio quemadas y uno de los baúles, el cual estaba en el mismo estado y parecía ser el de Sekiro.

En uno de los sacos había algo de comida la cual estaba chamuscada en el otro unas pociones, la mitad rotas, pero algunas seguían intactas o reteniendo líquido.

- ¿Cuánto tardaremos en llegar a pié a la ciudad? - pregunté, los chicos se miraron pensativos.

- Unos cuatro días más o menos - respondió Kasy, todos suspiramos.

Serían cuatro largos días sin comida, agua ni armas, más allá de una daga que a duras penas cortaba.

Kasy se levantó y agarró de la mano a Nai, dijo que iría a buscar algunas plantas y setas para hacer algo de desayuno, Nai no se inmutó, parecía estar algo traumatizada por lo que le hizo Parcival.

La lluvia seguía cayendo intensamente rebotando y deslizándose en las ojas de los árboles haciendo un ruido tranquilizante, el ambiente estaba húmedo como de esperar y olía a tierra y madera mojada, a lo lejos podía escuchar e incluso distinguir animales gracias a mi nuevo olfato y oído.

Reaper y Sekiro comenzaron a montar un tendero de ropa con palos y ramas que encontraron mientras Sasha intentaba encender un fuego con las ramas, las cuales estaban toda mojadas y no se prendían.

- Sasha...tendrás que buscar ramas secas, puedes buscar bajo los arbustos o en lo alto de las copas, usa las centrales que no estén cerca de las ojas - sugerí, ella se levantó y asintió con un suspiro, luego de un salto se subió al árbol y bajó con unas cuantas ramas las cuales parecían estar más secas.

- Reaper, las ollas no se deben de haber quemado, las encontraste? - pregunto Sekiro.

- Estaban todas calcinadas la comida no sabrá bien si las cocinamos ahí - respondió.

- Podemos limpiarlas con la lluvia y recoger agua de paso, ve a por ellas - Reaper corrió de nuevo bajo la lluvia, al momento trajo dos cacerolas ennegrecidas por el fuego y unos cuantos platos, casi quemados.

Sekiro las agarró y las puso bajo un tronco del cual caía un pequeño chorro de agua, al pasar el tiempo se fueron llenando y los dos comenzaron a lavarlas, mientras tanto Sasha consiguió encender el fuego el cual apenas se sostenía por sí solo si no le soplaba.

- Yo soplaré, tu ve a por más leña - sugerí, solo quería ayudar para no estar sentada "comiendo hierba" mientras el resto trabajaban.

Una hora después ya teníamos el fuego listo, las ollas limpias, y el estómago vacío mientras esperábamos a Kasy, la cual no tardó mucho más en regresar junto a Nai, la cual ya parecía estar más animada.

Kasy y Reaper comenzaron a preparar algo para comer mientras Sekiro y Sasha fueron por algo de carne para añadirle al montón de setas y plantas las cuales desconocía por completo.

Mientras preparé algo para animar a Nai, busqué algunas piedras, despejé una pequeña zona al lado del campamento y cavé un pequeño hoyo en el suelo.

- Para qué sirven las piedras - preguntó con la voz rota, seguía estando muy desanimada, no dejaba de tocar su pelo oscuro, y el rastro de lágrimas se diferenciaban en la piel oscura de su cara, al igual que sus ojos marrones ligeramente hinchados por las mismas.

Le expliqué como funcionaba el juego de las canicas y las dos comenzamos a jugar, eso pareció animarla un poco más, pues era una chica competitiva y a pesar de que al principio la dejaba ganar un poco a mitad de la partida ya me superaba, por lo que perdí el juego.

- ¡Gané! - exclamó entre risas, Kasy nos miraba con una sonrisa, nuestras miradas se cruzaron y haciendo un gesto con la cabeza me dió las gracias.

- ¿Dónde aprendiste estos jugos? - preguntó Nai metiéndose las piedras en el bolsillo.

- Los jugaba en mi colegio con mis amigos, nuestras canicas eran de cristal y eran muy bonitas con patrones de colores dentro de ellas, teníamos de todas formas y colores - expliqué, ella escuchaba asombrada.

- ¿Te sabes más juegos? -

- De qué hablais - Sasha llegó junto a Sekiro cargando una especie de cerdo salvaje, era muy extraño tenía cuernos y unas pequeñas alas salían de su espada.

- ¿Cómo lo habéis cazado sin armas? - pregunto Reaper, Sekiro hizo un gesto con sus manos y el agua que caía de las ojas se cristalizó formando témpanos pequeños, los cuales flotaron alrededor de este antes de caer y derretirse en el suelo.

Reaper agarró la presa de los dos aventureros y comenzó a despacharla con la daga que yo tenía. Pasado un rato la comida estaba terminada, era simplemente un guiso de champiñones y carne.

A Nai y a mí nos lo sirvieron en los platos semi quemados, que todavía aguantaban los líquidos, mientras que el resto comió de la hoya directamente usando ramitas a forma de palillos.

Estaba bastante bien, había comida de sobra para los cinco, el aroma de las especias le daba muy buen olor y aunque la falta de sal estuvo presente desde que llegué a este mundo seguía estando bueno.

Terminamos la comida y recogimos el campamento, pues la lluvia cesó. Kasy se las ingenió para hacer una mochila improvisada a partir de la piel del animal, sin embargo Sekiro tuvo que deshacerse de la mayoría de sus cosas pues no podíamos cargar con el baúl durante cuatro días

Y con el campamento recogido y el baúl oculto bajo unas ramas, comenzamos nuestra travesía de cuatro días, que visto lo visto, no iba a ser bonita, bueno, no será segura.

Los prados relucían con el agua recien caida y pequeñas criaturas desde pájaros que nunca había visto hasta insectos que nunca pude imaginar revoloteaban por el cielo, llenando el paisaje de vida y creando una atmósfera de sonidos y olores que nunca podría haber encontrado en la tierra, y menos en Japón.

- Suru, ¿te gusta escribir?, yo no tengo más espacio - Sekiro me ofreció una pequeña libreta de cuero. Estaba empezada, el papel parecía reciclado y el lápiz claramente estaba hecho a mano al igual que la libreta.

- Claro, anotaré cosas importantes, ¡muchas gracias! - agarré la libreta y el lápiz.

Anotaciones de una loba

Dia 1

Las setas con carne saben rico, aunque buscaré sal en algún momento, espero que exista en este mundo.

He visto conejos con cuernos en las praderas, Sasha dice que se llaman cornejos, no muy original la verdad.

Mi olfato y oído son muy agudos, es entretenido oler y escuchar cosas nuevas. 



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Una nueva Aventura (Old)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora