Capítulo 3

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Capítulo 3

Narra Suru

Abrí los ojos lentamente, estaba tirada en la calle, era de noche y hacía frío.

- Leinn levántate y vámonos - susurré.

- N-no puedo moverme - respondió algo nervioso, me incorporé.

- ¿Como que no puedes moverte? - nos quedamos en silencio un momento.

- ¡Ahora puedo moverme yo, yo controlo! - grité dando un pequeño salto.

- ¿Por qué ha pasado esto? - preguntó Leinn.

- Aquí eres tú el de las respuestas - respondí, yo no tenía ni idea de juegos de rol, mangas, anime y esas cosas, aunque si me gustaban algunos mangas románticos y de comedia romántica.

- De momento busca un sitio para refugiarnos, parece que las noches son frías -

Comencé a caminar por la calle atenta a todo el que encontraba, no me fiaba de nadie, todos parecían peligrosos o borrachos.

- Leinn - susurré

- Que pasa -

- Ahora que lo pienso no tenemos dinero como para buscar algún sitio en el que quedarnos -

- Busca un establo, allí nos dejarán pasar la noche, espero -

Tardé una media hora en encontrar un establo, este era una simple construcción larga de madera dividida por segmentos cuadrados de no más de dos por dos metros los cuales estaban llenos de paja y olían a animal.

- ¿He?, no, ni en broma - dije al ver aquello.

- Entra, no tenemos otra opción -

Comencé a entrar entre quejas al establo y revisé el primer cubículo, al abrirlo esperaba encontrar un caballo, una vaca, o un cerdo, pero no.

- Q-qué animal es ese - me retiré de la trampilla que tenía el cubículo por puerta, el animal tenía la silueta de un caballo pero su cuerpo estaba recubierto por plumas y tenía la cabeza de un ave, sin embargo no tenía alas como los grifos, solo patas.

- ¡Como quieres que lo sepa solo ve al siguiente! - gritó Leinn algo enfadado.

Cerré la trampilla y me dirigí al siguiente, este aparentaba estar vacío así que entré y cerré la puerta cuidadosamente.

Me acurruque en el suelo de paja y la amontoné a mi alrededor para entrar en calor, pues comenzaba a hacer frío y la sudadera con el pantalón corto no ayudaban.

Cerré los ojos, podía escuchar mucho mejor los sonidos, a lo lejos se escuchan los insectos de la pradera, la respiración de las criaturas, el sonido de la paja crujiendo a cada movimiento, pero lo peor, también olía las cosas mejor, y no soportaba la peste del establo.

- Tenemos que averiguar cómo salir de aquí - susurré, noté como una lágrima resbalaba por mi mejilla.

- Tranquila, encontraremos la forma -

Sentí cómo a pesar del mal olor el sueño me comenzaba a vencer hasta que me quedé dormida.

Un ruido fuerte hizo que me despertase, rápidamente me levanté, un hombre me observaba desde la puerta del cubículo con un rastrillo, no parecía tener cara de buenos amigos.

- Lo si-siento, no tenía sitio para dormir y hacía frío - puse una voz temblorosa y lo miré con la cabeza agachada.

- ¡Fuera de aquí! - se apartó y me dejó salir, corrí hasta la calle principal de la ciudad, era muy temprano por lo que solo parecía haber granjeros o agricultores paseándose camino de sus puestos de trabajo.

Una nueva Aventura (Old)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora