Una nueva Aventura (Old)

Capítulo 18

Narra Suru:

Noté cómo flotaba en caída libre hasta que me desperté al golpearme contra el suelo. Sasha me empujó de la cama mientras dormía y el sol me saludó desde la ventana con unos cálidos rayos de luz directos en mi cara.

Reaper se levantó de golpe al escuchar mi porrazo contra el suelo y miró de un lado a otro hasta que me vió, suspiró y miró a la ventana cubriéndose la cara con la mano para que no lo deslumbrase el sol.

Luego despertó al resto para comenzamos el día. Salimos de la posada y nos acercamos al gremio a buscar alguna misión para practicar.

Antes de separarnos Sasha y Sekiro nos guiaron hasta el mercado.

- ¿Qué misión elegiste? - pregunté, Reaper me miró y me mostró el pergamino en el cual aparecía un dibujo de unos conejos con cuernos, no entendía lo que decía el texto.

- Es una misión de recolección para una taberna, tenemos unos días para completarla - se metió el pergamino en un bolsillo.

Los puestos estaban hechos con mantas y palos juntados a duras penas con cuerdas, los vendedores gritaban anunciando sus productos dispuestos en cajas o estantes.

A medida que avanzábamos mirando los productos mi estómago comenzó a rugir, una vez encontramos un puesto con buenos precios compramos algo de pan y queso los cuales no parecían muy frescos, el pan estaba algo duro pero lo habían calentado un poco y creo que tras tostarlo un poco y mezclarlo con el queso fundido quedará perfecto.

Metimos la comida en un pequeño saco de tela y nos dirigimos a la salida. Durante todo el trayecto estuve pendiente de encontrar de nuevo al juglar de ayer pero no apareció.

Llegados a las afueras buscamos cualquier sitio para cazar los conejos pero no se veía ninguna arboleda, buscamos por los alrededores algún carromato que saliera de la ciudad pero esta vez no hubo suerte.

Nai y yo seguíamos a Reaper cual patos a su madre mientras nos comíamos el desayuno por el camino de tierra rodeados de cultivos, criaturas del tamaño de vacas tiraban de los arados guiados por los granjeros, algunos eran como el pájaro que trajo Reaper el otro día, otros se asemejaban más a los caballos a pesar de tener seis patas.

El ruido se reducía a medida que caminábamos y se cambiaba por el sonido del viento, las criaturas y los árboles los cuales eran cada vez más abundantes a medida que dejábamos atrás los campos de la ciudad.

Tras un rato de caminata encontramos un buen sitio para practicar, era relativamente plano y tras quitar alguna rama quedó bastante limpio. Reaper se sentó bajo uno de los árboles que nos rodeaban para que no le diera el sol.

- Bien, lo haremos de la siguiente forma - se cruzó de brazos y piernas mientras miraba a Nai - La que tire más veces al suelo a la otra ganará un dulce - sonrió - Pero la que pierda tendrá que comerse una baya de Kimoi - Vi a Nai mirarme con sed de sangre tras escuchar lo que Reaper dijo.

- Q-que es una baya de Kimoi - pregunté apartándome un poco.

- Son unas bayas tan asquerosas que se pensaba por mucho tiempo que crecían podridas o que eran venenosas - se llevó la mano al bolsillo y de él sacó cuatro bayas entre los dedos.

- El premio o el castigo os hará hacer las cosas mejor -

No cuestiono eso último, pero teniendo en cuenta que la única lucha que he hecho ha sido imitar algún papel en la escuela creo que estoy en desventaja.

Sin previo aviso Reaper dió una señal  y Nai se abalanzó sobre mí haciéndome caer al suelo. Vi como Reaper se reía mientras nos tiraba unas ramas para que usáramos como armas.