Cuando crees que las cosas van mal, podrían ponerse peor, gracias a tragedias transcurridas en tu vida decides mudarte a Inglaterra para encontrar un nuevo y mejor futuro, sin embargo, te darás cuenta que tu objetivo ha sido pisoteado por un secreto...
La emoción del primer trabajo, aunque con un poco de nervios, ya que al enterarse que el pequeño Brahms no era un niño sino un muñeco de porcelana, hizo que la joven se sintiera dentro de una película de suspenso.
Ella quería interactuar con una persona, no con porcelana dura. Al estar "sola" en la mansión, varios pensamientos invadían su mente, esto no le permitía tener un momento de paz.
- Tengo entendido que debo seguir las reglas al pie de la letra, así que te prepararé algo de desayunar Brahms.
Las reglas eran las siguientes:
• No se permiten invitados. • Solo el repartidor puede entrar a la casa. • Darle desayuno, comida y cena a Brahms. • Dejar las sobras de comida en el refrigerador. • Leerle a Brahms en voz alta y fluido, con música de fondo durante 30 minutos. • Nunca dejar solo a Brahms. • No se permite salir de la casa. • Llevar a Brahms contigo siempre. • No cubrir el rostro de Brahms. • Beso de buenas noches.
- Que linda cocina tienen tus padres Brahms —-lo mire dándole una palmada en la espalda—- vaya que es algo cansando caminar por la mansión... ¿qué te gusta más? —-le dijo sonriendo—-
Ella preguntó cómo si el muñeco fuera a responderle.
- Luzco demasiado tonta haciendo esto, haré cualquier cosa para comer.
「 Narra ______ 」
Empecé a revisar en los muebles de la cocina para ver si tenían algo de comida, el alimento era muy escaso, solo tenía un poco de queso fresco y pan ¿en serio solo esto? Y con suerte pude encontrar algo de verduras y especias.
Saque la comida de sus muebles, también saqué algunos recipientes que iba a necesitar. Empecé a cocinar para Brahms, es algo raro cocinarle a un muñeco, no es como si se lo fuera a comer...
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Solo cocine 2 pizzetas, no iba a desperdiciar tanta comida solo por un muñeco, yo ya había desayunado así que no tenía hambre.
- espero que te guste, no soy la mejor cocinera.
De repente un timbre de celular comenzó a sonar por toda la casa, era el mío, creí que lo había apagado.
- Tendré que dejarte solo, muñequito.
De inmediato subí las escaleras, me dirigí a mi habitación para contestar el celular, mientras yo subía me percaté que la mansión comenzó a hacer un ruido muy notable con la madera, no le preste atención ya que creí que ese ruido provenía porque estaba subiendo con demasiada prisa las escaleras... y pues, la mansión es vieja, así que supongo que es normal.
