Dulce obsesión → Brahms Heelshire ♡

28. •Atrapada en la torre•

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8:00 am, Mansión Heelshire.

¿Conocen a los hermanos Grimm?

Esa famosa historia que contaron acerca de una princesa encerrada en una torre gracias a que una bruja la mantuvo encerrada toda su vida, esa hermosa cabellera que tenía la ayudaba a rejuvenecer esa belleza que ya cargaba consigo misma. De repente la princesa se enamora de un príncipe, este la quiere rescatar pero al final, los hermanos de la princesa lo torturan hasta que finalmente este muere por cuervos que le sacan los ojos.

Bueno... yo me sentía casi igual con Brahms, las fiestas de navidad y Año Nuevo no fueron las mejores.

Estoy aquí, en esta mansión día y noche esperando a que Brahms se apiade de mi para dejarme salir aunque sea al jardín, si él se entera que yo salgo de aquí... se pone muy agresivo, me encierra en el cuarto y es difícil comunicarse, ya que prácticamente se rehusa a escucharme.

¿Qué podría esperarme?
¡Es un psicopata!

Pero aún así, no podía odiarlo, me es demasiado difícil sentir algún sentimiento desagradable por él, después de todo... es extraño, más por lo qué pasó la noche de ayer, ese momento de intimidad fue realmente fantástico.

Es un sentimiento de culpa, quizá de poco amor propio, quiero mantener el lazo que tengo con él pero sé perfectamente que esa infidelidad jamás se me borrará de la cabeza; quizá entregarme a Brahms no fue tan buena idea como lo pensaba.

De acuerdo, saldré ya de mis pensamientos y me levantaré de la cama.

intenté no hacer ruido, al bajar las escaleras tuve un pequeño tropiezo y me raspe la rodilla, salió sangre de aquella herida así que tuve que regresar al baño de arriba por un botiquín de emergencia, Brahms no tardo en escuchar esto ya que salió de las paredes del baño.

- ¿Qué sucedió? ¿Estás bien?

- sí Brahms, gracias, no te preocupes.

- ¿cómo me pides que no me preocupe? Estas sangrando, déjame ayudarte.

Brahms tomó un poco de agua oxigenada, una gasa y comenzó a curarme, me vendo la rodilla pero apretó muy fuerte. me dolía un poco sin embargo intenté ignorar el dolor.

Se sentía como antes, cuando él me protegía, cuando se preocupaba por mí, fue un lindo destello de lo que alguna vez fue Brahms conmigo.

- te llevaré a la habitación.

- Brahms, no te molestes, solo es un pequeño raspón.

- No me interesa ______, yo te llevaré el desayuno a la cama, no hagas esfuerzo por ahora.

- Está bien.

Brahms me cargo y me llevo a la habitación, me recostó con delicadeza en la cama y me dio un beso en la frente.

- ahorita te subo el desayuno cariño.  —-salió de la habitación—-

Me quedé pensando en todo lo que había pasado, en porque Brahms se comportaba así, primero me trata mal, me humilla, y al día siguiente me habla y trata bien, como si nada hubiera pasado, aunque bueno, supongo que es el resultado de sus múltiples personalidades.