Cuando crees que las cosas van mal, podrían ponerse peor, gracias a tragedias transcurridas en tu vida decides mudarte a Inglaterra para encontrar un nuevo y mejor futuro, sin embargo, te darás cuenta que tu objetivo ha sido pisoteado por un secreto...
Desperté temprano y me aparte de la cama, no quise levantar a Brahms ya que se veía profundamente dormido.
Me dirigí al baño, lavé mi cara y procedí con los dientes. Quería estar "presentable" para cuando Brahms despertara...
Baje las escaleras y vi el desorden del día anterior, así que comencé a limpiarlo para no dejar ninguna mancha, carajo, pensé que Brahms lo haría.
8:00 am
Termine de limpiar el desorden y me dirigí a la cocina, tome los últimos ingredientes que quedaban.
Brahms y yo no comemos mucho marisco, así que prácticamente sobró bastante, aproveche y lo prepare para desayunar. Probablemente era muy pesado pero era lo único que quedaba junto con algunas especias y un poco de mantequilla.
No voy no preocuparme mucho por la comida, ya que se supone que esta tarde el nuevo repartidor vendrá... al menos eso dijeron.
8:30 am
Los camarones son sencillos de cocinar así que no tarde mucho en prepáralos.
Puse los platos en la mesa y llame a Brahms.
- ¡Brahms baja a desayunar!
Espere unos minutos y Brahms por fin bajo.
- Buenos días, linda.
- Buenos días, Brahms, el desayuno ya está listo.
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- ¿En dónde aprendiste a hacer todas estas recetas?
- ¿Por qué la pregunta? —-dije curiosa—-
- Bueno, es que a veces lo que preparas es poco común aquí...
- Mmm —-pensé—- pues cuando vivía en Nueva York tenía un departamento, prácticamente era independiente y aprender recetas era muy esencial, por eso es que sé cocinar.
- ¿Sabes cocinar de todo?
- En su mayoría, sí.
- Vaya...
- Ahora, por favor, desayunemos porque muero de hambre.
