Cuando crees que las cosas van mal, podrían ponerse peor, gracias a tragedias transcurridas en tu vida decides mudarte a Inglaterra para encontrar un nuevo y mejor futuro, sin embargo, te darás cuenta que tu objetivo ha sido pisoteado por un secreto...
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Cayo la noche, estaba recostada en mi cama. Aún no me dormía ya que estaba esperando a que Brahms saliera de la ducha, después de tantos días con suerte lo convencí de que se diera un baño ya que estaba demasiado sucio.
El sonido de la puerta interrumpió mis pensamientos, Brahms entro con una toalla en la cintura y comenzó a secarse el cabello con la secadora. No pensé que supiera ocuparla.
Sin darme cuenta se quitó la toalla que traía dejando al aire sus glúteos, tengo que admitir que son... lindos.
Al parecer a Brahms no le importaba mucho que lo viera desnudo, y yo estaba feliz de que él se sintiera en confianza... aparte podía ver sus hermosos genes.
Brahms se puso la ropa interior y procedió a ponerse la pijama, algunos de mis pensamientos lujuriosos fueron interrumpidos por su gruesa pero linda voz.
- Ya no te lo pregunté pero... ¿Qué fue lo que te dijo ese repartidor?
- ¿de qué hablas? —-exclamé—-
- Se quedaron hablando en la puerta, es más ni siquiera entró a dejar la comida solo te dio la canasta en las manos, le alcancé a ver el rostro pero no sé su nombre.
- Oh claro, bueno sobre eso...
6 horas antes
- Hola ¿________ Collins Jones?
- Así es, me imagino que usted es el repartidor.
- Por favor, no me llames de "usted".
- De acuerdo ¿cuál es tu nombre?
- Erick King.
- ¿King?
- Así es, soy el hijo del Señor King, mi padre es un buen amigo de la familia Heelshire.
- Claro... bueno ¿por qué estás aquí?
- Tú querías un nuevo repartidor, aparte van a pagarme por esto.
- Tú padre es millonario, creo que no necesitas el dinero.
- Para algunas cosas sí.
Cosas... ¿qué cosas? Bueno, ese no es problema mío.
- ¿Qué edad tienes?
- ¿Por qué la pregunta? ¿Acaso te gusto? Guapa —-sonrío guiñándome el ojo—-
