Llámame en cuanto salgas de la entrevista.
Apenas me había bajado del auto hace un minuto y mamá ya me estaba enviando mensajes de texto.
Eso haré.
Puse mi teléfono en modo avión y lo guardé en el fondo de mi bolso. Que mamá estuviera más ansiosa que yo, no era de gran ayuda para "solo relajarme y ser yo misma", como me repetían todas las personas a mi alrededor. Había pasado todo el desayuno aconsejándome sobre cómo debía mantener la atención del vicerrector de la UDMI hablando de mis fortalezas pero sin parecer engreída, lo importante que era destacar los puntos extras que había obtenido durante todo mi periodo en la escuela y como responder de formar condescendiente cuando no estuviera de acuerdo con algún comentario desafortunado. Es un hombre de sesenta años Taissa, no necesitas debatir con él sobre cada cosa que te parezca mal. Él no va a ceder y tú solo restarás puntos, me advirtió.
Ya había tenido la oportunidad de conversar con un reclutador de la universidad antes, pero esta vez el Sr Reagan y mamá consiguieron que el vicerrector viniera a la escuela especialmente a entrevistarme, lo cual por supuesto sumaba algo de presión extra.
Becca y Hannah me esperaban junto a la entrada con un mini cartel hecho a mano que decía YOU GO GIRL. Las letras estaban pintadas con lápices flúor y la decoración consistía en corazones y estrellas de brillantina por todas partes. No era difícil adivinar que esto era obra de Hannah.
Dios, como amo a estas chicas.
—¡Hey, ahí está la futura estrella de la UDMI! —expresó Becca en cuanto me acerqué a ellas.
—¿Cómo estas Tai?.
—¡Lista para mostrarles quien es Taissa Gilligan! —dije con entusiasmo.
—¡Así se habla!
Nos adentramos por el pasillo principal, abriéndonos paso entre la multitud inmersa en sus teléfonos y que apenas se movía para dejarte avanzar hacia el otro extremo. Los jueves siempre parecía haber más gente en la escuela. Caminamos junto a los casilleros y observé de lejos a Olympia de espalda hacia la entrada conversando con Dylan Sparks, quien al parecer también había notado nuestra presencia, o más bien la de Becca , ya que comenzó a arreglarse el cuello de la chaqueta en cuanto hicimos contacto visual y luego se acomodó el cabello usando su teléfono como espejo.
—¡Hey Becca! —soltó una vez estuvimos más cerca. Parecía un tanto nervioso (bueno, lo nervioso que podría estar un tipo como Sparks).
—Hola Taissa, hola chicas —dijo Olympia con una cálida sonrisa.
Las chicas devolvieron el saludo con amabilidad. Hannah se despidió para ir a su clase de matemáticas avanzada y Dylan se ofreció para acompañar a Becca hasta el segundo piso.
—¿Qué pasa con él? —pregunté a Olympia una vez quedamos solas.
—Creo que al fin invitará a Becca a una cita.
—¿No llevan como un año de casados ya?
Olympia soltó una carcajada. Ambas sabíamos que nuestros mejores amigos llevaban un largo tiempo de coqueteos y mensajes y que aun así ninguno de los dos se animaba a dar el gran paso. Por alguna extraña razón preferían perder el tiempo saliendo con otras personas.
—Gran día ¿eh?... ¿cómo estás?.
—Autoconvenciéndome que tengo todo bajo control, si soy honesta.
—Estarás bien. Serían idiotas si dejaran ir a Taissa Gilligan.
—Entonces supongo que debo cruzar los dedos para que el vicerrector no sea uno –respondí haciendo el gesto con ambas manos.
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Todo lo que debes hacer es quedarte
Roman pour AdolescentsTaissa Gilligan tiene un plan: terminar la secundaria con su hoja de vida perfecta y entrar a la UDMI como ha soñado desde pequeña. Ella y su madre han trabajado duro para conseguir una plaza en la universidad: notas perfectas, puntos extras por ac...