Capítulo 9

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Cuando llegamos a la cafetería, Edward y algunos jugadores de los Antílopes ya se encontraban instalados en una de las mesas del fondo. Además de ser uno de mis lugares favoritos, Blue's Coffee tenía la particularidad de ser un restaurant familiar durante el día y luego transformarse en una especie de cafetería-club para adolescentes por la noche, o como me gustaba decirle, Clufetería. Algo que no sucedía cuando yo era pequeña. El espacio estaba decorado principalmente con sillones de cuerina roja con franjas blancas y baldosas estilo tablero de ajedrez, lo cual de alguna forma le daban un aire muy sesentero al lugar. Los letreros de luces neón se encendían pasado las siete de la tarde y de ahí en adelante toda la acción se concentraba principalmente en los sillones semi circulares que se ubicaban en el fondo del recinto.

Me senté en el borde del sillón junto a Frank y ordené una Cherry Coke con hielo. Frank era el jugador más alto del equipo. Habíamos sido compañeros en un par de clases y a mi parecer era mucho más listo que algunos de sus amigos, además tenía un humor excepcional. Frente a mí estaba Hannah, sentada junto a la única otra chica del grupo además de nosotras tres. No recordaba haberla visto antes en la escuela, así que asumí que era la novia de alguno de los jugadores; aunque si me preguntan a mí, era demasiado bonita como salir con algunos de estos chicos. Su rostro era muy pálido, llevaba el cabello oscuro trenzado hacia un lado y el intenso color rojo de su labial resaltaba las pecas que se esparcían sobre sus mejillas. Las expresiones de Hannah me hacían pensar que la chica además era bastante agradable, ambas parecían estar sumergidas en la conversación y reían a carcajadas de tanto en tanto.

Entre el ruido del ambiente, escuché a Edward ordenar una copa gigante de helado chocolate para celebrar el triunfo de Becca en la competencia. No sé si ella lo tenía demasiado embobado o la conversación no había fluido lo suficiente como para averiguar que a Becca no le gustaba el chocolate y que de hecho el único helado que comía era el de frutos rojos, aunque dicen por ahí que la intención es lo que cuenta. De todas formas, la situación no parecía importarle demasiado a Becca, ya que su atención al parecer estaba en otro lugar. Tres sillones más allá, para ser exactos.

Mientras conversaba con Frank, apoyé mi codo sobre la mesa y me incliné levemente intentando descubrir lo que Becca observaba desde su asiento. Dylan Sparks estaba sentado sobre una banqueta a unos cuantos metros de nuestro lugar. Llevaba puesta la sudadera de los Antílopes y su carismática sonrisa resaltaba incluso a la distancia. Cada cierto rato lanzaba miradas hacia nuestra mesa que parecía intentar disimular entre las carcajadas que soltaba junto a su grupo de amigos.

Di un golpecito a la pierna de Hannah por debajo de la mesa para obtener su atención. Miré de reojo a Becca enarcando la ceja y mi rubia amiga captó la señal. Ambas reímos disimuladamente.

Estuvimos un par de horas en Blue's y luego nos despedimos del grupo. Antes de marcharme, Frank me pidió que intercambiáramos números para discutir algunos proyectos de la escuela. Salí hacia el estacionamiento del brazo de Hannah y nos detuvimos cerca de la puerta para esperar a Becca, mientras ella se despedía de Edward. Observé a un grupo de chicos conversando junto al que parecía ser el Ford azul de Dylan Sparks. Reconocí a Olympia por su cabellera desteñida y los trazos blancos en la espalda de su chaqueta de cuero. La misma chaqueta que llevaba puesta el día que estuvo en mi casa. Bradley estaba de pie junto a ella rodeándole la cintura con el brazo derecho. Comenzaba a cuestionarme si quizás su mano no generaba calor suficiente por si sola y por eso siempre estaba metida en ese lugar, como si Olympia fuera una especie de estufa humana. A decir verdad, por un momento me sorprendió volver a verlos juntos luego de la escena que protagonizaron a mitad de la escuela, sobre todo porque ella parecía muy decidida a alejarse de Bradley de forma definitiva. Pero luego caí en cuenta de que en realidad, era muy probable que su relación se conformara principalmente de idas y venidas.

Todo lo que debes hacer es quedarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora