Mercia.

XVII - Boda.

Te digo que estoy solo y que me faltas. Nos faltamos, amor, y nos morimos y nada haremos sino morirnos. Esto lo sé amor, esto sabemos. Hoy y mañana, así, y cuando estemos en nuestros brazos simples y cansados, me faltarás amor, nos faltaremos. - Jaime Sabines

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Zayn estaba hecho un mar de nervios, era el día en el que el rey les daría su respuesta acerca de la boda, habían pasado dos semanas desde que habían hablado con él, esos días fueron de incertidumbre, no sabía que iba a hacer, por supuesto que quería casarse con Liam, lo sintió el mismo día en que lo conoció, no es que conociera a muchos alfas, incluso nunca había besado a uno, pero cuando le sonrió por primera vez supo que quería pasar el resto de sus días viendo esa sonrisa, la sonrisa más hermosa del mundo, si de algo tenía certeza era que quería estar todos los días con Liam Payne.

Sabía que estaba apestando toda la habitación a nervios, lo supo cuando la gruesa voz de Liam se hizo presente. 

— ¿Estas bien? — preguntó Liam, estaban recostados sobre la cama del omega, tenían unos minutos de haber despertado. 

— Estoy nervioso, cualquiera que sea la decisión del rey es algo que cambiara nuestras vidas por completo. — hizo una mueca, realmente lo sabía, el rumbo de su vida cambiaría ese día. 

— Lo sé, se que es así, pero quiero que sepas que sea cual sea la decisión, yo siempre estaré para ti. — beso sus labios 

—Me siento afortunado por tenerte en mi vida, nunca me imagine que venir a Mercia me iba a traer consecuencias como esta, pero no me arrepiento de absolutamente nada, encontrarte en mi camino ha sido lo mejor que me ha podido pasar, te amo. —  devolvió el beso. 

— Te amo a ti también, y a nuestro cachorro — sonrió. 

— No sabemos si hay un cachorro aún. — Zayn sabía que si era así, pero no quería ilusionarse con la idea.

— Si lo hay — beso su mejilla — lo sé, es imposible que no lo haya, te anude demasiadas veces como para que no sea así.

— ¡Liam! no digas esas cosas — estaba sonrojado. 

— Las digo porque son verdad. — dijo oliendo el cuello de Zayn, repaso con la lengua la marca que había dejado hace unas semanas. 

— ¡Li! ¡Basta, amor! me haces cosquillas — se removía entre los brazos del alfa que le estaba haciendo cosquillas en el cuello.  

La puerta fue tocada sacándolos de su burbuja de paz, era muy temprano, ni siquiera la señora Brins había ido, sabían la hora en que llegaba porque Liam huía todas las mañanas para que no le viera.

 — Vístete — beso los labios de Zayn — iré a ver quien es. 

 Cuando abrió la puerta un Harry con ojeras le miro con algo de recelo, a Liam, Harry le agradaba, lo hacía de verdad, sabía que la actitud que tomaba era para proteger a Zayn, también le daba tristeza la situación que había vivido, había tenido una vida difícil, lo entendía, pero a veces era abrumador la manera en la que estaba todo el tiempo sobre Zayn.

— Buen día, Liam — sonrió sin ganas. — ¿mi hermano esta disponible? 

— Por supuesto — se hizo a un lado para dejarle pasar. 

Cuando entro Zayn tenía una bata puesta, su cabello estaba despeinado, sus ojos hinchados, asumió que acababa de despertar.

— Hola bebé —  Harry se acerco para dejarle un beso en la frente a su hermano.