Del Amor A La Muerte

¿Quién será?

*Relata Sofía*

—No te creo— definitivamente Carmen estaba loca.

—A pues, no me creas, pero yo sé lo que vi— Carmen me estaba contando el chisme del año.

—¿Por qué no tomaste fotos?— le pregunté con obviedad.

—Qué diablos iba a saber yo, más bien quedé en shock total cuando los vi— y ahora la que estaba en shock era yo.

Para resumir, Carmen estaba en el centro comercial del aeropuerto de la ciudad y cuando iba bajando para salir vio la escena.

—¿Cómo fue?— la canción de Elsa, la de Frozen en la parte que dice el frío es parte también de mi, yo la sustituía por el chisme es parte también de mí.

—Sofí, como te explico mi niña ¡QUE SOLO VI CUANDO SE BESARON Y YA!—

—Bueno, pero no te alteres— en ese momento llegó mi hermano.

—Hey— entró, nos saludó así y luego a su habitación, tan el de su parte.

Había pasado ya bastante tiempo del supuesto robo y él le había bajado 2 a su intensidad.

—En fin, ¿Qué haremos con esa información?— mi curiosidad sale a flote en este tipo de situaciones.

—Sé muy bien lo que haremos.

3 Doritos más tarde

—¿QUÉ MI PRIMO QUÉ?— Yo le dije a Carmen que Gabriel se pondría así de alterado.

—Sí, Carmen dice que los vio— apresure en responder.

—Espera, ¿Hay pruebas?— Gabo interrogó a Carmen.

—¿Por qué nadie me cree?— reclamó ella.

—No es que no te creamos, es que estamos en shock con lo que nos estás diciendo.

—Es la verdad, cuando salí de la tienda, vi clarito cuando Carlos le dio el beso a Vicent.

—Espera, ¿Él no llegaba la otra semana?— volvió a inquirir Gabriel.

—Sí, pero quizás adelantó su viaje y solo le dijo a Carlos o que sé yo— esta vez si defendí a Carmen.

—Ok, ¿Qué se supone que haremos ahora?— preguntó Gabriel.

Los 3 nos miramos para ver si alguien tenía una respuesta, pero la única que hubo fue un silencio y luego risas de parte de los 3.

Bueno es que teníamos esta información en nuestras manos y tampoco es que como que los vimos matando a alguien, pero si podíamos hacernos los locos y esperar a ver que pasa.

El timbre de mi puerta interrumpió mis pensamientos.

—¿Quién será?— dije en voz alta y ambos encogieron sus hombros.

Me asomé por el visor de la puerta y había nadie, pero como la curiosidad mía es del tamaño del sol, iba a abrir la puerta, pero no sin antes buscar algo con que defenderme.

—Carmen, pásame el cepillo de barrer— era lo más útil y más cercano que había.

Los 3 nos colocamos en la puerta, cada uno con un “arma” que eran mi cepillo, Carmen eligió un cucharón de sopa y Gabriel tomó un jarrón de plástico que teníamos de adorno en la sala.

Parecíamos un equipo táctico de la policía, como en Chicago PD, hice un conteo regresivo con los dedos y apenas baje el último abrí la puerta y salimos a ver quién era y no había nadie.

—Despejado— gritó Gabriel desde su lugar.

No había nadie así que extrañados y todo nos giramos y decidimos entrar a la casa y es ahí cuando vimos a aquel pelirrojo en la entrada observándonos con un vaso de agua en su mano, todos dimos un brinco hacia atrás cuando lo vimos.

—¡Primo nos asustaste!— espetó Gabriel.

Era Carlos con una mirada burlona viendo nuestro pobre intento de defensa.

Aunque a primera impresión lo que vi en su mirada fue lo que me asustó más, tenía esa misma mirada que Marcus el día que intentó besarme en mi sala.

—¿Qué diablos crees que haces Carlos?— traté de salir de mi asombro.

—Me divierto un poco, ¿No es obvio?— su mirada cambió otra vez al Carlos divertido y tierno en cierto modo.

—Me alegra que te diviertas asustándonos, pero te salvaste de que Trent no está en casa porque él usaría su arma antes de preguntar quién es— y Carmen tenía un punto, mi hermano habría empezado a soltar balas antes que nada.

Carlos hizo un gesto de restarle importancia a su comentario —¿Se supone que atacarían al ladrón con eso?— preguntó con bastante ironía al ver nuestras grandiosas armas.

Ingresamos a la casa a reírnos todos y así pasamos el resto de la tarde.

*Relata el acosador*

—Es un buen plan, así no sospechará de nada.

Había creado un plan genial que si salía a la perfección tendríamos campo libre para hacer lo que queramos.

—¿Confías en él?— dice pensando un poco en mi cómplice.

—Sí, es un novato, pero estoy seguro de que hará lo que yo quiera con el pago que le estoy dando—

Él volvió a reflexionar con los dedos entrelazados en su barbilla.

—Ok— dijo finalmente —pero si sale algo mal el que se va a morir eres tú, ¿Entendido?— dijo con bastante firmeza, tanta que me hizo repensar mi plan.

—Si señor.

—Ok.

Finalmente, salí de ahí con el plan ideado y con la misma misión de lastimar a Carpenter, solo que antes debíamos encargarnos de otra piedra en el camino, Trent.

Llamé a mi cómplice para darle con lujos y detalles el nuevo plan.

—¿Seguro de esto? Parece muy forzado todo— dijo con cara de preocupación.

—¿Te pago por preocuparte?— dije severamente.

Él simplemente asintió a la idea y le volví a explicar todo de nuevo.

—Todo es muy meticuloso y no podemos tener fallas, así que debemos trabajar unos meses en esto para que pueda funcionar, ¿Estamos?— él asintió —Nos vemos mañana en el aeropuerto.

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Épale amigos de la mala vida, ¿Qué onda? ¿Todo bien? ¿Todo Correcto? Y yo... Nonono Auron me va a cobrar.

Bueno ahora si en serio, que complicado que está esto ¿No? Ya no sabemos quién es quien ni en quién confiar, Solo que al pobre Trent ahora lo quieren matar y es uno de los relatores misteriosos.

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