Tu peor pesadilla

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*Presente*

Siento una mano en mi hombro que me hace sobresaltar.

-Señorita ya vamos a cerrar el cementerio- hace una pausa para observarme con algo de lamento —Sabe, a él de seguro no le gustaría verla así— mis lágrimas ya salen solas sin ningún esfuerzo como si de pronto ella abrió una llave y las gotas empiezan un a salir de mis ojos.

Pero hay algo en lo que tiene razón la señora del cementerio, el no le gustaría verme así y no después de todo lo que hizo por mi. Ahora me toca a mí hacerlo por él.

28/3/19

-A la próxima compramos la pizza dónde siempre, estaba del asco- protesto frente al pelirrojo que fue quien dió la pésima idea de ir a esta nueva tienda italiana en vez de ir a la de siempre.

-Solo lo sugerí y ustedes apoyaron, es culpa de todos- decía mientras caminábamos por una calle poco concurrida que era donde estaba el nuevo local donde almorzamos.

Nos detuvimos en una panadería justo antes de la calle principal a comprar algo de beber para quitarnos el sabor de la pizza, de verdad sabía de la patada.

Me dispuse a sacar mi teléfono para ver la hora, 12:35 todavía faltaba unos 20 minutos para regresar a mi puesto de trabajo así que decidí revisar mis redes sociales.

La campanita de la puerta de la panadería sonó y todo se volvió un caos.

-Todos manos arriba y que nadie mueva un pelo o lo mato- 4 personas encapuchadas entraron al local con armas en las manos, uno se quedó cuidando la puerta, otro se dirigió a la caja para pedir que la vaciaran y los otros dos robaban a los que estábamos en la panadería.

-Dame tu teléfono, bonita- se me acercó uno acariciándome con su fría pistola.

-Dejala en paz- escuché el grito de mi hermano, mientras yo buscaba el más mínimo detalle identificativo en el imbécil que me estaba robando, solo podía ver sus ojos grises.

-¿Quién eres? ¿El novio?- le preguntó a mi hermano uno de los ladrones.

-Tu peor pesadilla- mi hermano respondió y lo escupió en la cara desatando su furia, -Maldito desgraciado- gritó antes de darle un rodillazo en el estómago provocando que Trent cayera de rodillas.

-Ya déjalo- digo ofreciendo mi teléfono al idiota que golpeó a mi hermano, el lo toma y le hace una seña a los demás para irse y al voltearse noto un tatuaje de una cruz en su cuello que no tapaba la capucha.

Apenas los maleantes se van, corro en dirección a mi hermano para ver si estaba bien y entre Marcus y yo lo ayudamos a levantar.

-¿Seguro estás bien Trent?- preguntó el pelirrojo.

-Si si si, estoy bien, ¿Tú estás bien Sofi?- tenía mucho tiempo sin llamarme por el diminutivo de mi nombre quizás desde la muerte de papá y mamá.... Todo estará bien Sofi. Esas palabras vienen a mi mente como dagas. -¿Sofia estás bien?- repitió mi hermano sacándome de mis recuerdos.

-Si si, estoy bien no te preocupes-

Los tres salimos de allí y al fin salimos de aquella calle de terror.

01/04/19

*Relata Marcus*

Por fin salí del trabajo, todos los principios de mes son así en esta multinacional, solo quiero ir a mi casa y descansar sin pensar en más nada.

Mi teléfono vibra en mi bolsillo y al revisarlo era un mensaje de un número privado: Necesitamos hablar te espero dónde siempre. Pude claramente identificar quién era, ahora que quiere ese idiota.

Fui a nuestro sitio de encuentro en una cafetería poco concurrida al norte de la ciudad, cuando llegó él ya me estaba esperando.

—Más te vale que sea importante— le digo con cara de pocos amigos.

—Tengo 3 cartas— me dice mientras las arrastra en la mesa para que yo las mirara.

—¿Y yo tengo cara de ser Jaimito el cartero ?— mi mal humor cada vez se notaba más de verdad quería descansar.

—No idiota, me han llegado estás 3 cartas el fin de semana— el estaba muy nervioso miraba a los lados como si temiera que alguien lo estuviese observando —abrelas y entenderás—

Abrí los sobres como de manila pero pequeños que se amoldaba perfectamente al tamaño de la carta, adentro un papel blanco doblado, pero el contenido es lo más tenebroso de todo y ahora entendía el nerviosismo con el que andaba.

Las cartas estaban escritas con letras recortadas de periódicos o revistas, éstas contenían un mensaje y dos fotos.

La primera decía: Sé quiénes son y tenía una foto de los 4 reunidos y otra foto del robo en la panadería.

La segunda decía: Sé dónde vives y tenía una foto de su casa más una foto de uno de los ladrones con una maleta en el aeropuerto y adicional debajo de las fotos decía: Ya tus amiguitos te dejan solo.

Y la tercera decía: Ésto pasa cuando no aprovechas tus oportunidades. La frase iba acompañada de una foto donde se podía ver a otro de los ladrones de la panadería colgado como si se hubiera suicidado con un papel en la frente que decía: No lo volveré a hacer.

Sin duda las cartas eran espeluznantes y causaban miedo.

—Debes ayudarme— dijo repentinamente mientras yo negaba con la cabeza —Me lo debes imbécil o ¿quieres que vaya con Trent y le diga que el robo fue un plan tuyo? O mejor ¿Le digo a quien sea que esté haciendo esto que tú eres la mente maestra detrás del robo?— Su voz sonaba seguro, era capaz de hacer lo que dijo.

—Espera— le digo antes de que se levantara de su asiento —¿Cómo sé yo que es por el robo del jueves y no por otra cosa que ustedes hayan hecho?— pregunto para tratar de desviar la situación de mi.

—Nunca nos había pasado algo así y justo después de ese robo viene y pasa esto, además si quieres arriesgarte está bien, sabes bien que si yo caigo tú también caes y créeme que si muero tú también.

Sus palabras me causaron un poco de miedo —Okey está bien, déjame ver cómo te puedo ayudar, solo dame un par de días, ¿Ok?—

El asintió y dimos por terminada nuestra reunión.

Por fin llegué a mi casa, que día tan agotador tuve entre el trabajo y la reunión de hace un rato, me quito el saco y enciendo la luz de la sala y veo a una persona vestida totalmente de negro con una máscara sentada en mi mueble totalmente cómoda.

—¿Quien eres?— Mi voz salió temblorosa.

—Con que la mente maestra ¿No?— su voz era robótica claramente tenía un dispositivo que la modificaba —Ahora ¿cómo es que un empresario va a terminar asesinado por un estúpido robo?—  

—Espera— digo desesperado —a mi también me robaron ese día— no pasó ni un segundo cuando sentí a alguien detrás de mí y me puso un pañuelo en la cara, lo próximo que sentí fue sueño y sentí como poco a poco perdí el conocimiento.

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Ajá mi gente, como les dije capítulos cortos y precisos ¿qué tal el Marcus? ¿Quién lo diría y por qué lo haría???

En fin... No olviden dejar la estrellita si les ha gustado hasta ahora y si no pueden desquitarse dejando la estrellita también...

Gracias por leer y recuerden que nada es lo que parece...

Del Amor A La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora