0. Relatos de mi historia

Capítulo 7

Cuando Pedro llegó con el contrado de muchas hojas lo leí y releí…Yo sabía que Pedro jamás haría algo para perjudicar o ensuciar mi imagen. Él era como mi padre, la persona en la que más confiaba para entregarle mi carrera.

Él me miraba atento, hasta que acabé la lectura, puso el contrato en la mesa y le miré.

- “Entonces”; dijo él con ansiedad.

- “Me gustó, es interesante… Pero este desnudo total no pienso hacerlo”.

- “Ok, perfecto… Eso podemos revisarlo después”.

- “Pedro, lo único que no entendí bien fue lo referente a esa banda”.

- “El último grupo musical que lanzamos fue un éxito… Entonces, quiero seguir insistiendo en la música, con un grupo más de rock, y como ellos son totalmente desconocidos quiero que tú me ayudes en eso”.

- “¿Ayudar cómo? ¿Yo qué puedo hacer?”.

Cerré un poco los ojos, sabiendo lo que él me iba a decir, tragué saliva asustada. Nunca pensé que eso pudiera estar pasando, aunque era una práctica bastante común en México. Yo sabía que algún día me tocaría a mí, pero no pensé que pudiera ser tan rápido.

- “Vamos a tener que usar tu imagen…”; dijo con calma.

- “Para que todos los ojos estén puestos en esa banda, vas a tener que insinuar un romance con el cantante de la banda”.

Necesitaba encontrar aire para respirar… Y miré en sus ojos por si veía algún resquicio de broma, pero no había. La cosa era seria. Y repliqué:

- “No hay otra alternativa”.

- “Sí hay… Pero son mucho más difíciles. Para tener una rápida captación de interés, el medio más fácil es: Dulce María tiene nuevo enamorado”.

- “Pero tú sabes que yo no estoy sola… Ahora yo tengo a alguien… A quien ambos conocemos”.

- “Dulce, a él le dimos la oportunidad, y él no quiso. Ahora necesitamos que colabores con nosotros. No creo que a él le importe, porque él sabe muy bien cómo es este mundo… Y sinceramente, ¿tú crees que tienes futuro con él?”.

- “Espero tenerlo… No puedo prevenir el futuro, pero estamos tan bien”.

- “Pues entonces Dulce, qué viva el amor, sois aun tan jóvenes. Yo mismo ya me enamoré tantas veces. Tú sabes a cuántas niñas les gustaría estar en tu lugar. Y yo no pensé en nadie más que en ti. Porque confío en tu trabajo, en tu capacidad de actuar… Sé que todo lo que te propones lo logras perfectamente… Son sólo algunos meses Dulce, y como tenemos a nuestra disposición revistas y programas de televisión, haremos pocas imágenes y muchas noticias. Yo ya lo imaginé todo… Una banda llena de chavos guapos y las niñas quedarán locas, y el vocalista que será tu novio será deseado por todas. Y tan pronto como la banda arranque con éxito ustedes terminan. La novela termina y tu grabarás tu disco… Y todos felices”.

- “Algo me dice que no va a ser tan simple. Empezando con la conversación que necesito tener con Christopher”.

- “Dul, habla con él, todos los que están con nosotros saben cómo son las cosas. Tienes dos opciones: o él sigue contigo o te deja… Yo hasta pienso que eso no es amor, es algo pasajero, amor era lo que sentías por Poncho”.

Me quedé mirando a Pedro, sabiendo que mis ojos ardían de consternación. Luisillo dio una carcajada, hablando por primera vez:

- “Te respeto mucho Dulce, pero dudo que Mi Rey se enamore de verdad de alguien”.

Escuchaba todo aquello paralizada. Viendo la imagen que ellos tenían de mi bebé, pero me mordí la lengua para no decir todo lo que me apetecía decir, como siempre. Estaban tan equivocados en todo.

- “Esta novela será un éxito Dulce, y después de tanto tiempo tendrás un novio con una cara bonita que dejará a todas babeando”.

- “¿Y las personas a las que le gustamos Chistopher y yo juntos?”.

- “¿Y qué? Ellas no son dueñas de tu vida, bueno, realmente ustedes están juntos, pero ninguno lo asumió, entonces esas niñas son las mas fáciles de convencer… Ven a otro contigo, se desilusionan y ya no se meten mas donde nadie las llama”.

- "Yo no creo que todas esas personas se crean que de un día para otro encontré el amor. Y de repente esté como una boba enamorada".

- “Sé que esa novela va a ser diferente a todas las demás, antes yo era una adolescente, hoy soy una adulta, será un nuevo desafío para mí, y te agradezco mucho el que pensaras en mí, eso es muy importante… Pero Pedro, no quiero que nada manche mi imagen”.

Fue difícil contestar algunas cosas, pero en fin, yo tenía que hacerlo de una manera o de otra, Pedro tenía que saber que yo no podía someterme a todo. Sería ya un absurdo fingir un sentimiento y estaba bastante asustada con las consecuencias de todo eso.