Capítulo 6

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Miré a Olive, ella ya me estaba mirando. —Me he dado cuenta de que me miras mucho—le dije.

—Solo tengo curiosidad.

—¿De qué?

—Eres muy ajeno a todos. El estudiante número uno de la escuela, el número uno en todo—tomó una pausa y luego continuó—, no te imagino en un altar al decirte estas cosas—me aclaró y asentí. Lo sabía. —Sé que te guardas muchas cosas. Y sí..., te he visto, no hablas, pero tampoco mientes.

—No sé qué decir, realmente me debes haber visto mucho Davies.

¿Tal como yo te he visto?

—Lo he hecho—afirmó muy segura, tomándome por sorpresa. —Es porque estoy interesada en ti.

Entonces tragué saliva.

—Eso fue directo— fue lo único que pude articular.

—No te conozco Caparzo, pero de alguna manera sé que eres sincero, por eso puedo confiar en que haremos un gran proyecto— terminó de decir y sonrió.

Me sonrió.

—¿Quieres salir conmigo? —le pregunté, con la certeza de saber lo que me respondería.

—No—me respondió tal como esperaba.

—De acuerdo—reconocí.

Ella señaló mi mano. —No terminaste tu manzana, ya ha reaccionado por el aire—cambió de tema.

Miré la manzana y vi que había aparecido un pigmento marrón debido a su exposición al aire, ella tenía razón.

—Sigue comible— dije antes de darle un mordisco.

—¿Prefieres las verdes antes que las rojas?

—Las manzanas verdes ayudan a conciliar el sueño por su alto contenido en fósforo.

—Ahora entiendo por qué comes tantas manzanas verdes.

—¿Y tú qué prefieres? ¿Las verdes o las rojas?

—Las rojas, me gustan porque son dulces y muy jugosas. Las manzanas rojas reducen el colesterol alto y protegen al corazón.

—Ah, no sabía eso—confesé.

—¿Todavía sigues queriendo saber mis razones? —Olive sacó a tema.

Sé que se refería a las razones por las que colaboraríamos en conjunto.

No era nada curioso que me lo preguntara, puesto a que le estuve dando indirectas entre conversación y conversación para intentar sonsacarle algo relacionado.

—No voy a negarlo, pero tampoco voy a insistir para que me las digas—dije, luego escabulléndome en mis pensamientos.

Quería saber más de Olive. Quería conocerla. Quería que me hablara sobre ella, sobre aquello de lo que no hablaba, sobre aquello que evitaba dejar ver, sobre por qué le tenía miedo a lo que temía, sobre por qué peleaba vigorosamente por aquello que tanto aspiraba sin saber que podría ganar o perder, y si perdiera y tuviera en sus manos la oportunidad de huir, ¿lo haría?, ¿qué era para ella la libertad por la que tanto peleaba? Esa libertad en la que creía. Quería conocer todos esos aspectos suyos que no eran vistos por nadie más que por ella misma, mirarla mientras me contara y aprender de ella.

—Olive— la llamé por su nombre en voz alta por primera vez—¿por qué peleamos por lo que queremos? —le pregunté.

—Porque vale la pena luchar por aquello que vale la pena tener— me respondió con vehemencia.

Entonces solo lo supe.

No me importaría si nuestra relación fuera menos o más por complot, menos o más que amistosa, menos o más que amorosa; haber podido tener la suerte para estar a su lado era más que suficiente.

Al día siguiente, nos encontramos los tres—Louis, Olive y yo—en una cafetería algo lejos de nuestra zona habitual. Aunque pudimos haber ido a uno de los restaurantes de los padres de Louis, decidimos que lo más adecuado sería permanecer lejos, siempre y mientras estuviéramos ideando sobre nuestro plan.

—¿Qué hay en la mochila? —nos preguntó Olive. —No sé por qué presiento que ya comenzaron con esto hace algún tiempo.

Louis y yo nos miramos confidencialmente.

Sí, hemos hecho mucho trabajo de investigación.

—Sí, pero no te preocupes, que he hecho un resumen para ponerte al día—le dijo Louis, mientras sacaba los importantes documentos de la mochila— esto que ves aquí es algo tan valioso como las escrituras e ilustraciones de Leonardo Da Vinci, como las obras de arte más trascendentales de la historia—le exponía Louis con una pasión inexplicable—no tienes que hablar de esto con nadie, si puedes hasta te pido que finjas no saberlo cuando estás con otras personas y sigas viviendo con la seguridad de que nada está pasando y que sigue siendo un mundo hipotéticamente feliz, ya sabes, saca tu actriz interior o qué se yo. Recréate Olive.

—Esto debe ser algo muy grande—murmuró Olive.

Luego mi mejor amigo comenzó a contarle y mostrarle todo, sabía que Olive estaba haciendo un esfuerzo para no sorprenderse mientras más escuchaba sobre lo que le estaba contando Louis. Por las expresiones que intentó ocultar, noté que no se lo esperaba para nada, que todo eso que escuchaba estuvo sucediendo durante todo este tiempo. Mientras más Louis le contaba, más ansiedad sentía yo, que en algún momento y por debajo de la mesa comencé a jugar nerviosamente con mis manos; no me habría dado cuenta si Olive no las hubiera separado con su suave y cálida mano, y no hubiera entrelazado sus dedos con los míos, acariciando mis nudillos, dándome calma, brindándome un apoyo que no estaba esperando de su parte, pero del que estaba agradecido de recibir.

Nuestro plan tenía un tema, un nombre y un objetivo.

-La aparente transparencia de una empresa.

-La Transparencia de Una Red de Mentiras: Exponiendo a la Empresa Caparzo.

-La Transparencia de Una Red de Mentiras: Exponiendo a la Empresa Caparzo

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