Capítulo 16

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Olive me traía loco.

No sé en qué momento de la mañana nos detuvimos, no fuimos más allá de tantos besos y unas que otras caricias sobre la ropa—de acuerdo, sexo con ropa más bien— pero sabía bien que lo recordaría por mucho tiempo.

Por fin abrí mis ojos y miré a Olive. Ella ya estaba despierta, me estaba mirando.

—¿Cómo te sientes? —me preguntó de inmediato, tomando mi rostro entre sus manos—, siento que anoche te he presionado. Lo siento tanto, Pierre. No lo pensé bien. Dime como te sientes, por favor.

Olive se veía muy preocupada. Sabía a qué se debía que estuviera así.

Antes de hablar, me reincorporé en la cama y me senté de una manera en la que pudiera mirarla mejor, es decir, de frente. Le tomé de las manos y la miré a los ojos.

—No me he sentido presionado, también he querido hacerlo, así que no pienses que me has forzado o algo por el estilo—se lo aclaré, primeramente. Suspiré antes de continuar: —Estoy bien, Olive. He recibido ayuda desde chiquito, así que a lo largo de estos años he aprendido, he aprendido a no odiarme ni sentir asco de mí mismo por algo que no ha sido mi culpa, he aprendido a valorarme, a respetarme y a amarme.

Olive estaba lagrimeando, no quería verla triste.

Le tomé del rostro con mis ambas manos y con mis dedos pulgares le saqué las lágrimas que deslizaban por sus sonrosadas mejillas.

» Me he aceptado hace mucho tiempo y me siento bien conmigo mismo, de hecho, ahora que pronto todo será revelado me siento incluso mejor. De verdad estoy muy bien, confía en mí.

—Confío en ti, siempre he confiado en lo que dices—me dijo, luego poniéndose de rodillas en la cama y acercándose un poco más para abrazarme por el cuello.

La abracé por la cintura, escondiendo mi cara en su cuello.

Suspiré. Estaba muy feliz.

—Nuestro "llegará" se adelantó un poco más rápido de lo que imaginábamos—dijo Olive, comenzando a reír.

También comencé a reír, y entonces ella comenzó a reírse más.

—Tu risa en mi cuello me hace cosquillas, Pierre.

—Lo siento.

Ella negó y me miró. Sus ojos igual de brillantes que hace unas horas atrás, con una gran sonrisa enmarcada en su preciosa cara.

—Está bien, me gusta.

—Tú me gustas—le dije en cambio.

—También me gustas.

Sonreímos y nos quedamos callados un rato.

—¿Sabes algo de Miles? —le pregunté de la nada.

Ella asintió.

—Me escribió hace una hora, está todo listo—me dijo, enseñando su pulgar arriba.

Asentí.

Luego de almorzar, llevé a Louis y a Olive a la reunión con el periodista que nos estaba ayudando con la investigación desde hace ya mucho tiempo, desde que Louis y yo iniciamos todo.

Supuse que iban a tardar mucho, así que me bajé de la camioneta—que aún no la había devuelto a Charlotte, está claro—y le puse el seguro, decidido recorrer la zona en lo que esperaba. Recordé que a dos calles de allí había una famosa confitería, la confitería del más conocido chef William Gentleman. Pensando en sus ricas medialunas, caminé en dirección de la tienda para comprar unas cuántas y comerlas con Olive y Louis.

Fiel A Ti [BORRADOR TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora