CAPITULO 2

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Cuando menos lo pensó Senjuro lo llamaba para desayunar juntos como hacían desde hace un tiempo, la noche se le había ido en un abrir y cerrar de ojos. Mientras comía su mente seguía rebuscando algo que pudiera ser de utilidad en su situación mientras Senjuro lo observaba preocupado pues a sus ojos se veía más estresado y cansado de lo que acostumbraba.

― ¿Sucede algo padre? ―pregunto tímidamente logrando sacar de sus pensamientos a su progenitor.

―No es nada ―respondió cuando en su mente se preguntaba si era buena idea decirle la verdad al menor.

Al terminar su desayuno salió de su hogar hacia el granero. Entrar al granero fue silencioso y cuando subió a la segunda planta no había nada más que paja, el pánico estuvo a punto de albergarlo, pero un suave sonido de alguien respirando lo calmo. Se arrodillo ante la paja sin saber dónde meter las manos y observando por todos lados.

―Kyojuro ―decidió llamarlo y pronto la hierba seca se comenzó a mover, de ella salió Kyojuro a gatas con una expresión somnolienta bostezo y se recostó poniendo su cabeza sobre sus brazos.

Acaricio su cabeza permitiéndose a sí mismo unos minutos de paz. Después de unas horas regreso a su hogar a seguir hurgando entre las memorias de sus antepasados pilares ignorando el hecho de que si no encontraba una solución tendría que matar a su hijo casi parecía una mala jugada de la vida por que justo cuando decidía levantarse casi perdía a su hijo. Debía a ver algo que pudiera hacer y así avanzaron sus días visitando por horas a su hijo tanto de día como de noche, le alivio ver que no parecía comer carne humana porque a él no lo atacaba y en cuanto a los animales… en una ocasión un mapache se coló al segundo piso y peleo con su hijo que en algún momento tomo de la cola al animal y lo arrojo contra una pared matándolo en el proceso. En aquel momento no sabía si reír o preocuparse por la violenta reacción de Kyojuro, aunque el animal lo había hecho enojar esa había sido su reacción, una muy violenta. Los rasguños que el mapache le alcanzo a hacer en la cara se cerraron rápidamente, pero la expresión de molestia duro un largo rato en su rostro o hasta que lo apapacho, con él era muy dócil y apegado, pero tenía sus dudas sobre incluir a Senjuro. El asunto sobre su alimentación; conforme lo observaba llego a la conclusión de que su necesidad de comer era remplazada por sus largas siestas que a veces duraban días, pero a un no podía descifrar su falta de habla o hasta memoria.

Una tarde que recogía la paja revuelta con un rastrillo, mientras Kyojuro rodaba por el suelo de un lado a otro, pensaba en la demente idea de hablar con el Patron, pero donde algún Pilar se enterara o las cosas salieran mal… dejo escapar un suspiro y admiro la montaña de paja nuevamente acomodada entonces Kyojuro salto sobre la paja ordenada y comenzó a moverse de un lado a otro.

― ¡Padre!

Shinjuro dejó caer el rastrillo por el grito de Senjuro que había escuchado justo en la entrada del granero. Kyojuro había detenido su juego y ahora observaba el suelo de dónde provenía la voz del menor, Shinjuro se apresuró a bajar, pero Kyojuro se levantó para seguirlo.

―Quédate aquí―le ordeno seriamente.

Kyojuro ya no hizo más por moverse y solo observo como su padre de iba.

― ¡Padre! ―exclamo feliz Senjuro al verlo bajar del segundo piso.

― ¿Qué sucede Senjuro?

―El Pilar del Sonido ha venido a verte.

<< ¡Mierda! >> maldijo mentalmente.

Rogo a los dioses porque no pudiera sentir a Kyojuro mientras caminaba hacia su hogar y no tardo en divisar al alto hombre en la entrada de su hogar.

PAPÁ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora