Especial: Futuro II

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Wei Wuxian estaba teniendo un buen día.

Había terminado de dar las clases del día y una vez que todos los discípulos se marcharon, fue a tomar una siesta en la rama de su árbol favorito en el prado de los conejos.

Estaba muy cerca de quedarse dormido y ya comenzaba a soñar que volaba sobre el lomo de un hermoso dragón blanco cuyas escamas brillaban de mil colores a la luz de sol. El viento le hacía cosquillas en el rostro y se elevaba sobre las nubes. La voz del dragón sonaba muy parecida a la de Lan Wangji. Se elevaba por encima de las nubes y--

"¡Xianghua, devuelve mi carta ahora mismo!"

Wei Wuxian suspiró y abrió un ojo con molestia. Sus hijos estaban pasando por esa edad en que no paraban de molestarse.

"Se la leeré a A-Niang." Dijo la niña, corriendo hacia el prado y asustando a algunos conejos en su carrera.

"¡Xianghua! ¡A-Niang, dile que pare!" Se quejó Lan Yibo, yendo tras ella, visiblemente molesto.

Vaporosas túnicas blancas contrastaban con el largo cabello azúl oscuro de su hijo. El tiempo había pasado tan rápido y ya tenía dieciséis años.

"¿Qué sucede esta vez?" Wei Wuxian se sentó en la rama del árbol, viendo a Lan Xianghua y Lan Yibo pelear por una carta.

Su pequeña hija se había vuelto bastante hábil para esquivar a su hermano. Wei Wuxian rió.

"Yibo ha recibido una carta de amor." Dijo Lan Xianghua, haciendo énfasis en aquella última palabra.

"¿Ah sí? ¿Nuestro pequeño brote de bambú tiene algún admirador?" Wei Wuxian sonrió divertido. Lan Yibo puso cara de tragedia.

"A-Niang..." se quejó amargamente, Wei Wuxian bajó del árbol y le dio palmaditas en la cabeza.

"Bien, bien, A-Hua, ¿Qué dice la carta?"

Lan Xianghua, con rostro tan serio como el de su padre, abrió la carta, carraspeó un momento y luego comenzó a leer.

"Estimado Segundo maestro Lan, ha pasado un tiempo desde que terminó el verano en Gusu. Espero que un día pueda visitarme. Le he hablado a madre y a padre de usted y estarán encantados de conocerlo."

"Oh, sus padres quieren conocerte, qué interesante." Wei Wuxian sonrió de forma traviesa con una ceja alzada.

"A-Niang, basta." Lan Yibo se cubrió el rostro, avergonzado. Wei Wuxian podía ver sus orejas rojas.

"Sigue, A-Hua."

"Mn. Debo decir que estar en casa del segundo maestro Lan fue como estar en mi hogar. Sus padres no son muy diferentes a los míos. Espero que si llega a visitarme, no se sorprenda mucho. Madre no tiene necesidad de dormir, pero lo hace para acompañar a padre, y a veces tiene terrores nocturnos cuando duerme. Todo está bien ahora, solo que cuando madre y padre se conocieron, antes de que yo naciera, madre había pasado por cosas muy dolorosas. Los humanos son crueles, madre me lo ha dicho, pero creo que el segundo maestro Lan es la persona más buena y amable del mundo."

"Espera, ¿No es este el niño con el que peleaste? Es una pena que haya tenido que irse tan pronto." Interrumpió Wei Wuxian, tomando la carta y leyendo el resto del contenido.

Justo en ese momento, Lan Wangji bajaba hacia el prado, con Lan Sizhui tras él. En unos días, Lan Sizhui volvería a Lanling, luego irían todos a Yunmeng a conocer a la pequeña primera maestra de Jiang MeiLien y Lan Jingyi.

"Wei Ying, ¿Una carta?"

"Sí, del pequeño pretendiente de nuestro Bo'er."

"A-Niang..." Se quejó de nuevo Lan Yibo.

"¿Qué? ¿No dijiste tú mismo que era la persona más bonita que habías visto? ¿Sabes que yo dije eso de tu padre?"

Wei Wuxian se echó a reír cuando tanto Lan Yibo como Lan Wangji desviaron la mirada con las orejas enrojecidas. Lan Sizhui rió con suavidad. Lan Xianghua puso cara de asco.

"No es más bonito que A-Niang..." Murmuró Lan Yibo, y Wei Wuxian le pellizcó la mejilla.

"Uno siempre piensa que su madre es la más hermosa del mundo. Pero no tiene nada de malo estar enamorado, Bo'er, solo hay que tener cuidado de quién. Este muchacho parece adecuado y amable, tal vez te permita ir a visitarlo un día."

Wei Wuxian le entregó la carta a su hijo y fue a abrazar a Lan Wangji. Lan Yibo guardó la carta, posiblemente para leerla en privado él mismo después, y se retiró luego de hacer una reverencia a sus padres. Lan Xianghua fue detrás de él, pidiendo a su hermano mayor que la dejara leer el resto de la carta.

Wei Wuxian lo vio marchar y suspiró.

"Nuestro Bo'er ya no es un niño, Lan Zhan."

"Mn, no lo es."

"Pronto estará enfrentando a los ancianos de la secta para defender a algún chico revoltoso."

"Bo'er es el revoltoso."

"Tienes razón. Lo criamos adecuadamente para ser un poquito de los dos."

"Padre, madre." Habló Lan Sizhui. "¿No les preocupa un poco el orígen de ese joven maestro? Parece que es hijo de personas errantes."

"¿Te pareció un mal chico, A-Yuan? No sentí ningún tipo de energía maligna en él."

"No, es simplemente que no parece ser de ninguna secta conocida ni nada de eso."

"Mn, comentó que sus padres eran cultivadores errantes."

"Ah, Lan Zhan, Lan Zhan, ¡ni siquiera dijo que fueran cultivadores! Podrían ser cualquier tipo de personas. Pero en su carta dijo que su madre no necesita dormir, ¿será algún tipo de deidad? No me sorprendería nada con el tipo de amistades que tenemos."

"Mn, tus hermanos de cultivo. Ninguno de ellos es una persona común."

"Aiyah, Binghe, Wen Kexing y Hua Chengzu son buenas personas."

"Mn. Igual que Wei Ying."

Lan Wangji dio un beso en la frente de Wei Wuxian. Sin embargo, no podía evitar preguntarse qué clase de persona era el pequeño pretendiente de su hijo. No quería tener que ser como su tío y evitar que Lan Yibo ame a alguien con intensidad, pero tampoco quería que su hijo estuviera en peligro.

Recordó que cuando fue castigado con el látigo de disciplina, solo Lan Xichen y Lan XinNuan iban a curar sus heridas. Lan XinNuan le decía que esta disciplina también le dolía a Lan Qiren, pues sus sobrinos eran como sus hijos.

"Un día, Dianxia mediante, tendrás tus propios hijos. Entonces entenderás lo que es querer protegerlos de todo."

Lan Wangji entendía, claro que entendía, pero igual no había podido evitar amar a Wei Wuxian. Nada de lo que su familia hiciera lo detendría realmente.

Se preguntaba si tendría que sacrificar algo por la felicidad de Lan Yibo.

En algún otro sitio, lejos de Gusu, un rugido resonó por el valle con truenos que anunciaban una gran tormenta.

"¡Si alguien toca a mi bebé voy a devorarlo hasta los huesos!"

Un padre y un hijo bebieron té en silencio. No había qué hacer, dejarían que la madre hiciera todas las rabietas que quisiera. Por ahora.

***

Nota: Wei Wuxian durmiendo en su arbolito antes de que sus hijos queridos fueran a importunarlo

Nota: Wei Wuxian durmiendo en su arbolito antes de que sus hijos queridos fueran a importunarlo

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