Capítulo 15: La Pelea

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No tenía ni la más mínima idea de el porqué las ninfas estaban más risueñas de lo usual, mientras Anika y yo, teníamos un interesante debate en la mesa de mi madre en el comedor del campamento, sobre el porqué creía que Hypnos era un dios muy apuesto

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No tenía ni la más mínima idea de el porqué las ninfas estaban más risueñas de lo usual, mientras Anika y yo, teníamos un interesante debate en la mesa de mi madre en el comedor del campamento, sobre el porqué creía que Hypnos era un dios muy apuesto. Los murmullos a nuestro alrededor eran absolutamente altos, al parecer no hablaban de otra cosa que la gran discusión que Percy y Annabeth tenían en la entrada de este, una muy acalorada pues al hijo de poseídon ya le habían dado unas cuantas bofetadas en un lapso corto de 4 minutos.

Se rumoreaba que había visto a Annabeth y Ryan muy acalorados en los establos, Black Jack como buen servidor de su príncipe del mar le había contado lo que había visto y escuchado de una forma como una señora contando un chisme en una tarde de cafe con sus amigas.

Entre sus palabras más constantes estaba el "maldita hija de Hera" o unos cuantos "igual de chismosa que su madre", mamá estaba más que ofendida, pero eso no era nada comparado como su :

—¿Le vas a creer a esa zorra? — y como si su insulto no fuera nada se acerco a tomar mi brazo de manera muy brusca y llevarme ante Percy, me pude haber sacado su agarre pero me gustaba ser el centro de atención.

—No fue solo lo que Adrianne dijo Annabeth —negó el peli negro, tenía la certeza de que en cualquier momento se echaría a llorar como un niño que pierde un juguete.

—Fue una mentira, anda maldita dile a Percy que tu inventaste todo—tiro de mi cabello y en un movimiento rápido mi mano estaba en su cuello impidiendo su respiración y haciendo que sus ojos reflejarán su temor.

—Recuerda tu lugar Annabeth Chase, que tu a mi lado, no eres más que otro bastado de Athenea, no eres Percy, Jason, Nico o Hazel, eres Annabeth, por lo cual tu debes de besar el piso por donde yo camino y empieza por arrastrarte pidiendo mi perdón—hable furiosa, mi agarre era fuerte sobre su cuello, poco me importaba matarla, ni cuenta me había dado que Dioniso estaba riendo y cobrando le unos dracmas a Quirón ni de que Ares y Apolo estaban viendo nuestro espectáculo a la espera de mi movimiento, vi a los demás del campamento, Anika me negaba, como diciendo que no la aniquilara, los demás me veían con temor y disfrutaba de eso. —Todos ustedes no son más que escoria a mi lado, aprendelo bien Annabeth, yo nunca miento, pero me gusta verte humillada, ¿sabes porque? —ella negó, jalaba aire desesperada, —porque no eres más que una mosca en mi plato de sopa, no es mentira que te acuesta con Ryan, el mismo se lo dijo a Percy, para confirmar mi comentario en la reunión, porque tu hija de Athenea, a mi lado, no eres nadie, yo soy Adrianne Duphone, Hija de Hera, princesa del olimpo y reina de este campamento, tu eres... Nadie en este juego, que salvarás el olimpo me importa un bledo, pídeme perdón —la solté haciendo que diera de rodillas contra el suelo, Percy quería ayudarla, pero se lo impidió Ares, que había llegado a nuestro lado.

—Jamás pediré perdón a una zorra como tú—jadeaba buscando aire de manera exasperada, nadie esperaba que le diera una bofetada como la que le di, su cara terminó volteada a la derecha viendo el rostro preocupado de sus hermanos.

—No has entendido ¿verdad? —pregunte fríamente, alzando mi barbilla —no es una opción, es una orden, y debes de acatar la, porque soy tu superior Annabeth Chase, yo soy la princesa, tu una vil plebeya y es hora de que la escoria conozca su lugar —hice una señal con mi mano y dos sátiros corrieron a mi orden tomaron a la rubia entre sus brazos —encierren la en una de las habitaciones de la casa grande, si algún idiota piensa hacerse el héroe y rescatarla desde ya les digo, que su destino será el mismo que el de esta idiota.

Todos jadearon, al parecer estaban muy lejos de que esa fuera mi orden, le di unos últimos golpes a la chica antes de que se fueran, ella era una clara amenaza, ella era mi sospechosa número uno, Dioniso y Quiron lo sabían. Esa era la razón de que Ares y Apolo estuvieran aquí.

Annabeth Chase, era la posible enemigo que la profecía dictaba, y yo iba a hacer lo posible porque su fin estuviera cerca.

Hija de Hera [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora