Capítulo 22: Mami Salvame

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AnikaNi siquiera podia dormir, no sabía que día era o que hora era, el lugar estaba horriblemente oscuro, tenía frío, y estaba hecha una bolita en la esquina mas alejada de ellos, de que uno de ellos la tocara

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Anika
Ni siquiera podia dormir, no sabía que día era o que hora era, el lugar estaba horriblemente oscuro, tenía frío, y estaba hecha una bolita en la esquina mas alejada de ellos, de que uno de ellos la tocara. Temblaba de miedo, no entendía cual era el motivo por el que estaba ahí, ella no era una mala niña, tampoco hacía travesuras. No tenía nada por lo que estar ahí. Sabía que querian a Adrianne lo habían dicho desde que la trajeron aquí.

Cerro los intentando no prestarles atención, no escuchar ningún ruido. Pero era imposible.

Murmullos era lo que la pequeña hija de Hestia escuchaba al rededor de la habitación donde estaba encerrada desde hace una cantidad larga de días. Aveces eran gritos horribles que le helaban la sangre y la hacían llorar, porque sabía lo que significaba, un semidiós o una persona había muerto, y eso le daba miedo, no quería seguir ahí, quería salir. Pero no podía, y eso la estaba haciendo sufrir mucho, tenía miedo.
Mami, no quiero estar aquí, ayudame

Sabía que al estar aqui significaba que la profecía sería cumplida muy pronto, la muerte de la hija mayor de Hera estaría cerca, lo lamentable aquí es que ella ni siquiera tenía que ver.

Mami sálvame

Pensó, deseando que su mamá la escuchara, pero todo lo que oía eran aquellos gritos desgarradores que daban antes de dejar de oirlos. No había rastro de su mamá, y estaba muy triste por eso. Tenia hambre, el lugar estaba frío y muy oscuro, ella tenía miedo a la oscuridad.

Mami sácame de aquí

Las lágrimas no se hicieron esperar más, pues comenzaron a recorrer aquellas rosadas mejillas de la pequeña, no era la primera vez que lloraba y tenía un presentimiento de que tampoco la última, pues era todo lo que podía hacer aquí con todo el miedo que sentía.

Ella había visto lo que Elizabeth era capaz por un poco de poder y reconocimiento. Sabia que quería Adrianne tanto como queria a Percy y a Sofia.

—Mi madre hizo todo lo posible por proteger de mi a mi querida hermana. ¿Curioso no? — veía cada movimiento que la rubia daba al rededor de la jaula en la que estaba encerrada la castaña.

Y si, Ella era hija de Hera tanto como Adrianne lo era, habia escuchado esa conversación por error, se supone nadie debía saberlo. Pero su ayudante es patético y ella demasiado ligera de sueño para poder oírlo.

—¿Puedo salir? —pregunta inocente la hija de Hestia, habia intentando que la sacaran de ahí, era un lugar horrible que le causaba pesadillas y la hacía llorar, tenía miedo, miedo de seguír ahí y que Elizabeth en uno de sus arranques de locura le terminara quitando la vida.

Después de todo, ella no importaba para la rubia, solo la que tenia por título princesa del olímpo.

—¡No!

Los ojos de Anika se cristalizaron de nuevo, volviendo a sacar gruesas lágrimas que recorrieron su rostro, la habían dejado sin comer desde el dia dos, estaba débil, tenía unos cuantos cortes que Ella había hecho solo por que estaba aburrida. Estaba herida, hambrienta y con pesadillas, la pequeña de solo seis años estaba viviendo un infierno. Uno por el que ella no tendría que pasar.

Adrianne

Tenían al menos dos horas buscando aquella fábrica abandonada donde la rubia villana se escondía, tenía un sentimiento extraño en ella, mientras seguían caminando.

Sabía que su destino estaba sellado igual que una carta en la oficina de correos, ella no tenía ni siquiera una oportunidad para tener una vida larga, donde pudiera vivir nuevas experiencias, conocer nuevas cosas, lugares, un amor.

Leo había intentado por todos los medio hablar con ella, fallando horriblemente, no era eso lo que ella buscaba, no quería oír las explicaciones que tiene por darle. Sabía que el beso era un error, el primero como el que sucedió anoche despues de terminar aquella charla con Percy.

Y es que parecía que sus mejores charlas quedaban fuera de su poder cuando la noche caía, la búsqueda continuaba, Anika debía ir a su nuevo hogar, con los semidioses, pero había días donde todos parecían tener los animos bajos y ella ser la única desesperada por encontrar aquella niña que la despertaba en las mañanas con esas risas estruendosas. Corriendo por la cabaña de Hera con las ninfas detras por que no quería bañarse con agua tan fría. Extrañaba a la niña, tanto que no quería pensar en las ideas que últimamente daban. La muerte de Anika no era una opción, si alguien moriría, no sería ella, pero si la princesa del olímpo.

Hija de Hera [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora