Choi Hyo-ri, era una escéptica, característico por su conocida actitud.
Para Gwi-nam parecía no existir, o al menos eso era lo que pensaba Hyo-ri. Simplemente sabía de su existencia, sabía de ella y lo que hacía la mayoría del tiempo en realidad, e...
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Choi Hyo-ri
Después de un par de minutos mire a Cheong-san quien estaba silbando en compañía de Gyeong-su, era significativo para estos dos. Ambos estaban haciendo tonterías, cosa que hiciera que sacaran una sonrisa entre ellos mismos, después de eso intento convencerlo de que saliera. Ya había pasado alrededor de 30 minutos ahí dentro, pero como era de esperarse este te negó.
—Señorita Park, pasaron más de 30 minutos, pero Gyeong-su no quiere salir —explicó Cheong-sam desanimado.
—De acuerdo. Yo lo traeré.
—¡No! ¿Puedo ir yo...? —pregunte con una ligera sonrisa, esta lo pensó y asintió convencida.
Sali disparada de mi lugar para ir directo a la cabina, abrí la puerta y me acerque con cualtela hacia el.
—Todos nos están mierando —dijo en cuanto me vio sentarme por encima del escritorio cerca de él—. ¿Que quieres?
—Pasar el tiempo contigo, si no puedo sacarte de aquí... Quizas pueda hacerte compañía —sugerí y vi una pequeña sonrisa por su parte—. Gyeong-su, ¿por que quieres quedarte aquí?
—Prwfiero estar solo a tener que escuchar a Na-yeon quejarse de mi todo el tiempo, es molesto cuando solo dicen cosas negativas de ti —suspiro para apoyarse sobre el escritorio—. ¿Qué hay de ti? Su-hyeok dijo que te perdió antes de llegar aqui, ¿hay algo que estes ocultando?
—No.
—Estas mintiendo, siempre desvías la vista en cuanto lo haces. Ya dime, será un secreto entre nosotros, lo prometo —alzó su dedo meñique y después decidí unir el mío con el suyo.
—Bueno, ¿recuerdas a Gwi-nam?
—¿Al maton que le gustabas? —sus ojos se abrieron y después se cubrió la boca maldiciendo, había dicho algo que jamás había escuchado—.¡No debía decir eso!
—Gyeong-su... —musité su nombre para que digiera todo lo que supiera.
—Es algo de lo que no debo hablar, solo lo escuche por ahí pero no vino directamente de su boca —fruncí el ceño al no entender nada—. Dime que sucedió.
—Lo vi sin camisa por unos cuantos segundos y tuvimos un momento extraño dentro del baño, es confuso puesto que comenzó a tratarme de forma distinta que al resto.
—¿Te gusta?
—Es decir no, pero la forma en que lo hace si... Y quizás sea un poco atractivo, aún que sea un idiota la mayoría del tiempo.
—¿Tú hermano lo sabe? —alzó la ceja en busca de una respuesta.
—No es mi hermano, y él me considera como una mejor amiga... Por eso es que me cuida tanto —respondí tranquila para después entrar en conciencia—. ¿Como es que lo sabes?
