Choi Hyo-ri, era una escéptica, característico por su conocida actitud.
Para Gwi-nam parecía no existir, o al menos eso era lo que pensaba Hyo-ri. Simplemente sabía de su existencia, sabía de ella y lo que hacía la mayoría del tiempo en realidad, e...
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Yoon Gwi-nam
La amaba tanto que no podía permitirme dejarla salir, por alguna razón solo me mantenía vivo la sed de venganza contra Cheong-san quien me había arrebatado la vista y por su culpa mi ojo se había esfumado. Podría controlarme pero simplemente algo me llamaba a que lo hiciera, como anteriores veces. Estuve a punto de morder a Hyo-ri hace unos momentos pero resistí, quizás por eso la dejé encerrada con esperanzas de que no saliera de ahí.
Sin más tome el camino a donde los chicos se encontraban, qué más que la azotea. Ese era el plan de todo estudiante estando en el infierno, escapar era la solución. Subí las escaleras sin interés mientras apartaba a los zombis de mi camino pero uno de ellos se golpeó contra mi así que decidí tomarlo y alzarlo en el aire observándolo fijamente.
Sonreí y camine la penúltima estructura de la escalera viendo a lo lejos a Cheong-san, aún tenía al zombi en mano pero admiraba el valor de estos al detener al resto con una gran lona. Pise la mano de uno mientras seguía subiendo, me gustaba ver la cara de Su-hyeok y Cheong-san asustados por estar aquí, vivo.
Tenia que ir tras ellos pero primero evadiría a los zombis quienes se desataban con mayor velocidad y fuerza, después de varios movimientos vi mi oportunidad, mo sostuve del barandal de la escalera viendo fijamente a Cheong-san quien después me golpeó con un soporte de cámara que tenía con defensa.
En otro intento dirigido a mi tome aquel soporte acercándolo a mi, sentía su aroma de miedo al igual que sorprendido.
—Dame tu ojo —dije para tomarlo de la cara y comenzar a lastimarlo.
Mi oportunidad desaparecio en cuanto me tomaron del cuello ahorcandome con fuerza, por el rabillo de mis ojos me percaté que se trataba de Nam-ra.
—¿Que demonios? —me preguntaba sobre su fuerza, era mucha la que estaba ejerciendo y eso me extrañaba.
—¿Por que no moriste? —me pregunto pero me quede en silencio al ver que había restado menos fuerza al agarre.
—Hyo-ri... —oí musitar a su "hermano"—. ¿Donde está ella?
—Hyo-ri ¿Donde está Hyo-ri? ¡¿Que hiciste con ella?! —la chica frente a mi pregunto desesperada a lo que solo le respondí con una gran sonrisa en el rostro, volvió a sostenerme con mayor fuerza y agresividad que después me lanzó directo al piso de abajo cayendo en la lona sobre los zombis.
—Carajo —hable después de golpear la puerta de metal frente a mi rompiéndome los dedos, aquellos idiotas habían cruzado.
Escaparon finalmente.
Regrese en al aula que había dejado a Hyo-ri, me sorprendió que la puerta siguiera bloqueada así que aparte las cosas y abrí de esta para después cerrarla nuevamente. El atardecer estaba cayendo por lo que la luz del día estaba desapareciendo, decidí buscar a Hyo-ri entre el pequeño espacio que había en el salón pero no se encontraba nadie.