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-Adelante —dije al abrir la puerta y deje que todos entraran.

—Tienes una bonita casa, algo pequeña, pero bonita —comentó Georgia, vi que miraba cada rincón.

—Con Francisco no queríamos algo tan grande —le dije —Pueden sentarse donde quieran, ¿algo de beber?

—¿Qué tienes, querida? —me pregunto.

—jugos, soda, cerveza...

—mmm...no, ¿tienes vino? —me volvió a preguntar.

—Eh...si —conteste.

—Una copa, por favor.

—Lo mismo que mi mamá —me dijo Maya.

—Claro.

—Te ayudo —me hablo Juliana, yo solo asentí y le pase a Tomas a Aster, me siguió hasta la cocina.

—Hay cervezas en el refrigerador —le dije —yo iré por el vino. En ese mueble, abajo hay cosas para picar—le señale, ella asintió, salí de la cocina, camine por la sala donde estaban los demás, me acerque a un mini bar que Francisco para sacar las copas y el vino, yo no sabía de vino, así que tomé cualquiera, lo abrí y serví las copas, volví a guardar el vino, me acerque con las copas dejándola sobre la mesa de centro.

—Gracias, linda —me dijo la mujer, Juliana ya había puesto unos platillos con cositas para picar, estaba sentada en el brazo del sillón al lado de Maya, esta le sujetaba la mano y Juliana con la otra sostenía su cerveza.

—Solo esa, recuerda que tenemos que ir por el auto —le dijo Maya.

—Podríamos ir por el auto mañana y tomar uno luego.

—Solo nos quedaremos un rato, nada más —le oí decirle Maya a Juliana, yo estaba al lado de Aster y sostenía al bebe.

—Pensé que podríamos quedarnos un poco más —le dijo Juliana.

—¿Pará que? —le pregunto, Juliana me miró unos segundos y luego volvió a mirar a su novia —Bueno, yo me iré con mi madre en unos 5 minutos más, tengo dos semanas para ver lo de la herencia y quiero hacerlo rápido y volver pronto a España.

—Esta bien, yo después me iré en otro auto —le dijo Juliana, en eso Tomas comenzó a llorar, todos me miraron.

—Seguramente esta sucio —les dije —Lo iré a revisar. Están es su casa —les dije antes de caminar hasta la habitación.

Revise a Tomas pero estaba limpio, lo senté en la cama, aun estaba triste, me senté a su lado.

—Estas limpio, de seguro ese llanto es porque tienes hambre —lo mire, se chupo el dedo y me miro con sus ojos cristalizados —¿Quieres del biberon o de aquí? —le señale mi pecho.

Leche — me dijo mientras agitaba su manita y al mismo tiempo hacia un puchero.

—Sabes que con ese puchero y esos ojitos no me puedo resistir —desabroche un poco mi blusa, llevaba siempre puesto un sostén de lactancia, acomodé a Tomas en mis brazos y comenzó a chupar.

—Al parecer tenía hambre —la voz repentina de Juliana me sobresalto un poco —Perdón, no era mi intención asustarte.

—Me asuste un poco, pero estoy bien —le dije.

—Maya y su madre ya se fueron y me dijeron que me despidiera de ti y te diera las gracias por la atención.

—Dale las gracias de vuelta por venir —le dije con una sonrisa —¿Tú tambien ya te vas?

El reflejo de mi amor (one Shot) [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora