la bailarina

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Mi móvil suena y todos las personas me miran. Unos molesto y otros sorprendidos. Mi hermana me fulmina con la mirada, interrumpi su reunión.

-Lo siento tanto, continúen sin mi- me levanto y abandono la sala de reuniones.

-Diga- contesto.

-Señor, tiene una llamada del Señor Tomala.

-¿De quien?

-El señor Tomala, que tiene listo su pedido. Y necesita hablar con usted.

-¿Qué pedido?- Oh, ya lo recuerdo- transfiere la llamada- digo al final.

-Buen día, señor Suarez...

-¿Tiene lo que le pedí?- la secretaria esta a unos metros, debo de hablar en clave.

-Sí, señor ¿a que hora se le agendara?- compruebo la hora en el reloj de muñeca- en tres horas estaré ahí.

-Bien.

-¿Es como lo pedí?

-Sí, con todas las características y como le había dicho su costo es mas de lo normal.

-¿Cuánto?

-10.000 es una profesional, además famosa...

-¿Tanto?- pagar demasiado dinero por una mujer, me parece ridículo.

-Ha pedido que sea exclusiva para usted, y tiene un costo adicional.

-Y sin ese costo adicional ¿cuanto?- no daré tanto dinero a una mujer cuando la secretaria que está a unos metros de mi. Se abrirá de piernas gratis.

-De 6.000- aún es demasiado dinero para una mujer. Y quise esa exclusividad, si la chica me volvía loco como esa bailarina.

-Bien, sin el costo adicional.

-De acuerdo señor Suarez, su cita esta agendada a las 4 p.m.

-Bien.

Miro a la secretaria y luego a la puerta donde están todos. No saldrán por un buen tiempo. Mi hermana apenas a empezado y le gusta hablar hasta el mínimo detalle. Me aproximo a la secretaria y se pone nerviosa.

-¿Desea algo?- me sonríe. Claro que quiere.

-Sí, te quiero a ti- sus mejillas se ruborizan.

-¿Qué ha dicho?- disminuyo la distancia y sujeto sus manos.

-Te quiero a ti, ven conmigo- se lo piensa unos segundos pero se que accederá. Mira la puerta para luego dejar la libreta que estaba en su regazo encima del escritorio y me acompaña. La llevo hacia la sala de espera con los clientes vip.

-No está bien- ahora quiere tener dignidad y no ser fácil. Beso su cuello y meto la mano entre sus piernas se le escapa un gemido- no quiero que me despida después de esto.

-No lo haré. Será como si no hubiera pasado nada- se aferra en mi espalda.

-¿Tiene una reunión?- me recuerda.

-Sera unos minutos- la giro y la inclino hacia delante. Se apoya en la cabeza del sillón y bajo su braga y las medias transparente. Tiene un hermoso culo. Le doy unos manotones y gime. Saco el condón de mi bolsillo. La follo duro, me gusta que me recuerden. Sus nalgas suenan cuando mi polla entra lo más profundo de su vagina. Ella se queja y le tapo la boca.

-No hagas ruido, te pueden escuchar- susurro. Asiente.

Se aferra al escritorio, sus gemidos son débiles y otros fuertes. Presiona los labios para controlarse y no dejar escapar más jadeos.

Devuélveme El Corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora