Llegamos a su casa y ella no quiere bajarse, tampoco quiero que se vaya. Para estar unos minutos más a su lado, decido acompañarla hasta la puerta. Cuando subimos los escalones me mira un par de veces, y parece que quisiera decir algo pero no sé atreve. Y no quiero preguntarle porque me da miedo que me diga, que ahora lo pensó bien y no me quiere en su vida por mi pasado. No lo soportaria por nada del mundo.
-Sana y salva- le digo cuando estamos en frente de la puerta.
-Eh, si... gracias, me ha encantado esta velada.
-A mi igual- tocó su mejilla con las yemas de los dedos. Ella cierra los ojos y respira profundamente.
-Buenas noches- me despido.
-Buenas noches- abre los ojos. Y ahora su decisión de romper por completo el silencio y decir lo que piensa, está más fuerte.
Trago saliva.
-¿Te parece bien vernos un día antes de tu viaje?- le pregunto y me arrepiento porque quizás le di la oportunidad de sacar el tema y me diga todo lo que está pensando.
-Claro, me encantaría- lo dice sonriente. Dejo caer los hombres del alivio. Mis pensamientos estaban equivocados. Aunque no debería abusar de la suerte.
Vamos Alfonso, vete ya.
-Descansa- le doy un beso en la sien.
-Quiero...- se queda callada y está nerviosa.
-¿Que? ¿Estás bien?- no entiendo su estado.
-No, es que quiero pedirte...- se queda callada y me lanza una mirada obvia.
Frunzo el ceño.
-¿Que?- rodea los ojos.
-No quiero decirlo- empieza a sonrojarse.
-Si no me dices, no te puedo seguir ¿Que es lo que quieres?
-¿De verdad? ¿No lo entiendes o te haces?- agacha la cabeza.
-Espera...- lo estoy entiendo mal, así es- es mejor que me lo digas, no quiero arruinarlo y decir algo que no pensabas.
-Estas humillandome- agarro su mentón y hago que me mire.
-No lo haría, pero me estás pidiendo que tengamos sexo ¿o me equivoco?- se muerde el labio inferior y asiente.
Estoy mal o un día creo que le dije que ella me lo pediría o me refería a otra cosa. Da igual.
-Anahi- digo con un tono de regaño.
-Si no quieres...
-Estas loca, claro que quiero y disculpa que te lo diga, pero he querido follarte desde que te vi.
-No uses esas palabras- me reta.
-No somos adolescentes pero lo que quieres hacer es de jóvenes. Quieres meterme a tu habitación sin que nos pille, como si tuvieras 15 años- me mofo.
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Devuélveme El Corazón.
RomansaAnahi y Alfonso con personalidades iguales, descubrirán que no son sólo un deseo. No podrán salvarse de su propio remolino de pasión, ni siquiera pueden detenerlo.