pensativo

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La bailarina da sus vueltas alrededor del tubo, se desplaza al suelo con sus piernas abiertas. Por supuesto, podría disfrutar más el momento, si no estuviera estresado por la culpa de Richard.
La bailarina, mueve su cabeza en círculos. Su coleta larga, roza el suelo.
Entorna los ojos, se ha dado cuenta de mi ausencia mental. Abro los ojos como platos y pestañeo algunas veces.

-¿Que lo tiene tan distraído, señor?- se pone de pie, de una forma tan sensual

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-¿Que lo tiene tan distraído, señor?- se pone de pie, de una forma tan sensual. Y camina hacia a mi, mueve sus caderas y cada paso es firme.

-Nada- miento.

-¿Se trata de otra mujer? ¿Debería estar celosa?- usa algo de ironía.

-No deberías, ¿Recuerdas?- no puedo ver su rostro. Pero si leer su cuerpo, acaba de ponerse tenso.

-Solo bromeo- eleva las comisuras de los labios.

-Y no es otra mujer, despreocúpate- relaja sus hombros.

-Bien, ¿Entonces...?

-Mi querida bailarina, no vine acá para hablar, si no para follar- entorna los ojos, enfadada por mi comentario.

-Entonces, mi querido señor. Deme la atención que necesito, no quiero distracciones, vine para complacerlo, no para ver una estatua- contraataca. Y sonrió, siempre sabe que decir y provocarme.

-Bien, te quiero de nuevo en el tubo- agrego.

-No recuerdo que haya habido antes un tubo, ena habitación.

-Mande a instalarlo. No quiero que vuelvas a ese edificio, ahora como te dije en el auto hace un momento. Nos veremos en este sitio, en ningún otro. Y te avisaré, para que no te lleven a otro sitio. Además no creo que el idiota de Tómala, vuelva hacerme enojar- sonrie.

-Debes de tener cuidado, puede tomar cargos en tu contra.

-¿Te preocupas por mi?

-En algo así, es obvio que me preocuparía.

-No lo hará, creo que su "compañia" no es legal. Tiene contactos, si. Y quién sabe, quizás a muchas obliguen- la mirada de la bailarina, de la nada de apaga.

-No quiero pensar en cuántas están pasando por esto, es horrible.

-¿No te gusta estar conmigo?- por su expresión, pensé que ya lo había superado. Me pongo de pie y camino hacia ella.

-Me acostumbré. Solo eso, y es algo que cuesta. Va contra de mis principios.

-Si es que esto te ayuda. Aunque creo que no. Te diré que, lo haces bien y has mejorado mucho en el sexo- rodea los ojos y me da un empujón.

-No sabes, cuánto me alivia oir aquello- menea la cabeza, riendo.

-Me puedes prometer algo- coloco ambas manos en su rostro.

-Depende.

-Cuando sea nuestro último día, quiero que follemos sin antifaz. Quiero que salgamos y tengamos un día entero para nosotros- abre un poco la boca. Y la beso, de la nada. Coloco la mano en su nuca y ella también. Profundizamos el beso. Me encanta el sabor de sus labios.

Devuélveme El Corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora