Definitivamente no es mi semana. Mi vida es un desastre en este momento, y tienen nombres los causantes.
Anahí, se fue pero antes tuvo una discusión con mi secretaria. Y no uso palabras insultantes, lo hizo de forma educada pero grosera. Una vez que se fue, me acerque a la secretaria.
-Estas despedida- exclamo muy furioso.
-¿Qué?
-Como oíste, recoges todas tus cosas y vete de esta empresa ahora.
-Pero Alfonso...
-No seas atrevida. Y no quiero que insistas, vete. Nada me va a convencer para que sigas trabando. Vete o te mando a sacar con seguridad. Tu eliges.
-Señor, no puede...
-Si puedo, y más con lo que acaba de pasar.
-Por favor, deme otra oportunidad.
-Ya le habia dado, pero usted siguió tirando de la liga.
-Por favor- ruega desesperada.
-Me veré obligado a llamar a seguridad.
-No- grita- está bien, me iré. Y le pido una disculpa por lo sucedido.
-A mi no me debe nada. Si no, a Anahí. Le doy 10 minutos para que se vaya de la empresa. Y mañana viene por su pago y liquidación.
Suspira y agacha la cabeza. Le doy la espalda y me marcha a la oficina. Mi cuerpo está cargado de rabia, golpeó con mi puño el escritorio, haciendo vibrar la madera.
Debo de esperar que se calme y poder hablar con ella. Va ser difícil, demasiado y la comprendo pero, maldición ¿Que me ocurrió?, No tenía ganas, bueno si, pero no con ella. Me siento en el escritorio y me recuesto en la silla, dejando caer la cabeza hacia atrás. Debo pensar en mi siguiente movimiento con ella. De escoger las palabras adecuadas que la pueda convencer y borrar de su mente lo que vio. Borrarle de todo, no lo hará pero intentaré.
Vuelvo a la laptop a seguir con el trabajo, pero me cuesta un mundo concentrarme. Me equivoco una y otra vez, en hacer unos pedidos, y copiar unos números. Empiezo de nuevo y comienzo a frustrarme. La ira se apodera de mi, y sin poder evitarlo lanzo algunas cosas del escritorio al suelo y un cristal se hace añicos.
-¿Alfonso, que te pasa?- entra mi madre y pregunta asustada.
-No estoy de humor.
-¿Que sucede? ¿Y no veo a tu secretaria? Estuve llamando pero nadie contestaba.
-La despedí- le informo.
-¿Por qué?
-Sé tomo atribuciones que no le corresponde- contesto mirando el cristal que está en pedazos.
-Llamare al de limpieza, para que se haga cargo de este desastre- pienso en Eduardo. Y respiro profundo, no necesito más sentimientos en mi.
-Dejalo. Me encargaré.
-¿Seguro?
-Si.
-Te ayudaré.
-No, ve abajo y espérame en el auto. Y si tardo un poco más, piensa en un lugar.
-Si eso deseas- dijo no muy convencida por lo que le acabo de pedir.
Empiezo a limpiar todo, y cuando agarro unos de los cristales, me corto el dedo índice y empieza a salir una gota de sangre. Nada grave así que me limpio en el pantalón y continuo con la tarea. Cuando terminó llamo a la señora Tania de recursos humanos y le informo, que contraté a alguien de limpieza. También me informa que dentro de una hora estará la nueva secretaria.
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Devuélveme El Corazón.
RomanceAnahi y Alfonso con personalidades iguales, descubrirán que no son sólo un deseo. No podrán salvarse de su propio remolino de pasión, ni siquiera pueden detenerlo.