STEREK.
Derek despertó una cama. Un colchón suave bajo él. ¿Qué día era? La luz del sol se filtraba por la ventana abierta. Estaba rodeado por paredes azules, demasiado familiares. Había un olor en el aire: embriagador y adictivo.
Era el cuarto de Stiles.
La rabia creció en él. Stiles lo había dejado inconsistente, justo después de... besarse. ¿Enserio correspondió? ¿En qué había pensado? Su cabeza dolía. Pero sentía algo más. Algo parecía... distinto. Recordó haber escuchado voces después de caer inconsciente. La voz de Stiles y la de una chica ¿Qué habían dicho? Realmente, no lo recordaba. Demasiadas preguntas.
Se levantó de la cama. Ya no estaba desnudo: estaba usando unas bermudas café y una remera negra que no reconocía; no era su ropa ¿Quién usaba bermudas en noviembre? La habitación de Stiles era muy conocida, Derek había entrado varias veces. A veces cuando Stiles y los demás se reunían, a veces por la fuerza a través de la ventana.
¿Por qué Stiles lo había traído aquí? Caminó hasta la puerta, sus pies seguían descalzos. Al menos un nuevo par de zapatos habrían sido un lindo gesto. El marco de la puerta tenía varias franjas delgadas pintadas, a su lado, cada una mostraba una altura. La más alta mostraba «1,55cm» y justo encima: «Estatura de Stiles» con una letra descuidada, quizá de un niño con 6 años.
Dio un paso para salir de la habitación, pero un muro invisible lo repelió. Se sintió aturdido. Estiró una mano hacia el umbral. Tocó algo, una especie de barrera. Miró al piso: había una gruesa línea de ceniza de montaña.
Estaba atrapado.Stiles cerró la puerta principal de su casa. Se sentía agotado. Hoy, especialmente, las clases habían sido abrumadoras: la imagen del chico muerto de ayer lo había perseguido todo el día. Era miércoles por la tarde. Stiles dejó su mochila en el sofá.
Su padre apareció en la entrada de la cocina.
—Stiles...—comenzó a decir, lucía bastante cansado. Stiles lo ignoró y fue directo a las escaleras. El Sr Stilinski lo detuvo.
Luego de encontrar el cuerpo en la morgue, él t su padre cayeron en una especie de conflicto: John nunca le dijo que tenía un gemelo, y mucho menos que estaba muerto. ¿Qué más le había ocultado? ¿Acaso también era adoptado?
— ¿Podrías, por un sólo momento, escucharme?—Stiles lo miró, aún sin decir nada—. Muy bien: ese chico, no es tu hermano. Eres hijo único. Su nombre es Stephen Thomas, vivía en Groove Hills, a unas cuantas millas de aquí.
De alguna manera, eso sonaba aún más falso. Stiles explotó— ¿Ah sí, y por qué es idéntico a mí? ¿Por qué no me dijiste que habían encontrado a un chico con mi rostro, muerto?
— ¿Qué querías que dijera «Stiles hay un cadáver en la morgue que es perfectamente igual a ti»? No es exactamente la clase de noticia que se dan por teléfono.
—Buen punto—Stiles reparó en que, sólo hace unos segundos, sus palabras habían sido muy extrañas—Pero ¿No te parece extraño? Ese chico podría ser YO.
Su padre lo agarró por los hombros—Stiles, escucha, nunca vuelvas a decir eso ¿Ok?—lo abrazó fuerte—Me asusté mucho cuando lo vi tirado en la carretera. Enserio, pensé que eras tú. Pero luego recordé que habíamos hablado por teléfono apenas unos segundos. No podías ser tú. Encontramos a Stephen el lunes en la mañana.
Toda esa información le provocó dolor de cabeza— ¿Puedo subir a mi cuarto? Creo que estoy mareado—Recordó que, solo segundos de ver el cuerpo, unas náuseas inmensas se apoderaron de él. Rompió el abrazo.
—Por supuesto—Puso una mano en el hombro de Stiles— ¿Todo bien?
—Todo bien—Afirmó con una sonrisa. Generalmente sus «peleas» con su papá duraban menos de una hora. Está había sido la más larga, en comparación. Sin embargo, había terminado bien.
Subió las escaleras hasta su habitación. Notó que su puerta estaba abierta ¿Se había olvidado de cerrarla? Y en la parte inferior del umbral, había una línea gruesa de polvo. Ceniza de montaña. El lugar estaba solo, pero al entrar, como si de un portal se tratara, alguien apareció en su cama.
Derek.
Parecía bastante aburrido ¿Qué estaba haciendo ahí? Se veía muy absurdo el hecho de que hace meses todos estaban buscándolo desesperadamente, ya ahora, estaba ahí. En su cama.
— ¿Derek?—Stiles llamó. Derek subió la mirada: sus ojos se iluminaron en un amarillo resplandeciente.
En su segundo, Stiles estaba frente a su cama, y al otro, estaba acorralado contra la pared mientras Derek apretaba su cuello.
— ¿¡Qué me hiciste!?—había toneladas de rabia en su voz— ¡Responde!
A Stiles se costaba pronunciar las siguientes palabras: — ¿D-de qué hablas?—Estaba seguro que su cara empezaba a tornarse azul—Derek ya suéltame.
Lo hizo, pero automáticamente lo lanzó hacia su propia cama, rebotando en el proceso y cayendo al suelo con un ruido sordo.
—Stiles, no estoy jugando. Dime qué me hiciste. No puedo salir de aquí
Stiles se levantó, su cuerpo ahora quemaba—Derek, enserio no sé de qué hablas. —comenzó a masajear su cuello.
Derek se acercó a él y lo tomó por su camisa— ¿Qué sucede contigo? Me besas, me dejas inconsciente, me encierras ¿Y ahora no recuerdas nada?—Stiles negó con la cabeza—Tal vez esto te ayude—Con un movimiento, sacó sus enormes garras. Ahora sí que Stiles estaba asustado.
De todos los pensamientos que pudieron llegar a su cabeza, sólo uno lo hizo—Retrocede, Derek ¿Estás diciendo que nos besamos? Creo que recordaría eso....—luego de un segundo, añadió— ¿Te gustó?
Derek no respondió y lo liberó—Si no fuiste tú ¿Entonces quién?
—Quizá la misma persona que puso ceniza de montaña en mi puerta. ¿Cuánto tiempo llevas aquí?
—Toda la tarde.
— ¿Y no se te ocurrió pedir ayuda a mi papá? Él estuvo aquí todo el tiempo.
— ¿Me crees estúpido?—Stiles no dijo nada. Derek suspiró y rodó los ojos—Claro que lo hice. Pero no me escuchó, y si lo hizo, me ignoró por completo.
— ¿Y qué tal la ventana?
—Está bloqueada. No puedo romperla.
—Bien. Déjame quitar la ceniza. No quiero a un lobo amargado en mi cuarto.
Caminó hasta la puerta y se agachó para romper la línea, antes de hacerlo, Derek añadió—Lindos garabatos, por cierto.
Stiles dirigió su mirada al lugar dónde estaba señalando: las marcas de su estatura pintadas en la puerta. Se enriqueció—No lo hago desde los seis años.
Bajó su mano hasta la ceniza, pero, al momento de tocarla, empezó a calentarse y desprender humo. La apartó rápidamente, soltando un gemido de dolor.
Su mano estaba roja.
Derek se paró junto a él— ¿Estás bien?
— ¿¡Parezco bien!?
—Déjame ayudarte—Intentó tomarlo por los hombros, pero Stiles lo detuvo.
—No no no. Hay un botiquín en el gabinete del baño. Saca la crema para quemaduras y tráemela ¡Rápido!
Derek obedeció y se dirigió al baño. Dejando a un lado que su mano estaba chamuscada, y que, tal vez, alguien había encerrado a Derek en su cuarto, Stiles pensó en algo: Derek creyó que ambos se habían besado, y, aunque no fue así, Stiles le había preguntado si le gustó; Derek no lo había afirmado, pero tampoco lo había negado...
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Mi reflejo.
Người sói« El que ve a su doble es que va a morir. » Stuart Towmbly llegó a Beacon Hills con un sólo propósito: aniquilar a Stiles Stilisnki. Stuart es el dopplegänger, o mejor conocido cómo «doble malvado,» de Stiles, y poderoso emisario condenado a una ma...