Mi reflejo.

Relato de un Druida [Bonus]

»Stiles, la primera vez que tú y Scott llegaron a la veterinaria, me alarmé. Eras tan parecido a ellos...

En Noruega de 1534, una familia de escasos recursos llegó a una colonia rural en el bosque. Buscaban refugio y comida. Uno de sus hijos estaba enfermo, Aved (El muchacho) sufría de una intensa fiebre, y ya que no disponían de los medicamentos necesarios para su tratamiento, decidieron acudir a la bruja de la zona. 

Todos eran amables y muy serviciales, la bruja no era la excepción. Cuándo accedió a ayudar a Aved, los padres saltaron de alegría. Pero su enfermedad era poderosa, ningún método funcionaba, además, el clima de invierno empeoraba las cosas. La bruja les contó a los padres que, usando los métodos conocidos, no podía curarlo, y que necesitaba de sus aprobaciones para aplicarle un embrujo. 

—Separaré su lado enfermo y dejaré el saludable—les había dicho.

Con temor, ambos optaron por hacerlo. Era su único hijo y perderlo habría sido una tragedia. Ella también tenía un Grimorio, llevó al chico a una parte muy lejos de la tribu. Sólo ella y Aved. Cómo lo prometió, al volver su hijo se veía perfectamente bien. Como si nunca se hubiese enfermado. Pero existía un detalle, la bruja también traía a un chico idéntico a Aved. Los mismos ojos castaños y piel blanca, sólo que, se veía más demacrado (Su cabello no era brillante, y los ojos estaban completamente apagados).

—Ésta es su parte enferma. Pueden dejarlo dónde sea, de todos modos, morirá. —les había asegurado la bruja.

Los padres de Aved estaban consternados. Cuando dijo «separar», lo había dicho enserio. Aved estaba perfecto, pero ahora tenían otra boca persona a quién cuidar. Su familia era la más pobre, así que fue difícil.

Adoptaron a la otra parte de su hijo como Evad. Los primeros gemelos idénticos. Con el tiempo, descubrieron que tener otro hijo no era tan difícil. Evad era alimentado, bañado y cuidado. Incluso más que Aved. Lo que causó cierta tensión entre ellos. Cuándo sus padres no estaban y era turno de Aved para cuidar a su hermano, dejaba que pasara hambre, nunca era capaz de darle un baño, h lo dejaba sólo por largos periodos de tiempo. Pero Evad lo aceptaba.

Cuándo por fin se curó, Aved enfureció ¿Por qué Evad si pudo mejorar mientras a él tuvieron que aplicarle un embrujo? Estaba celoso de su ahora hermano: recibía más atención que él y sus padres parecían quererlo más. En un ataque de rabia, le clavó la espada de su papá en el pecho. 

En shock, el padre de los gemelos llevó a Aved a La montaña del Norte, el lugar más frío y apartado de Noruega. La nieve caía en grandes cantidades, y el viento ahogaba sus palabras.

Aved se sorprendió cuando su padre lo derribó y comenzó a llenar su boca con nieve. Mucha, mucha nieve. Pasaba por su garganta y era tan fría que quemaba. Su padre no paró hasta que Aved se asfixió con la tonelada de nieve que obstruyó su respiración.

Volvió al campamento con el cuerpo de su hijo entre sus brazos. Llamó a la casa de la bruja y le dejó el cuerpo a su cargo. 

—Ya aprendió la lección. Tráelo de vuelta—Le ordenó.

La mujer llevó puso el cadáver sobre una mesa de madera y comenzó con el ritual.

Aved volvió a la vida y se encontró con sus padres, todavía enfadados. Intentó entrar a su casa, pero la bruja lo había impedido.

—Vivirás errante en una vida sin fin. No volverás a morir, pero habrá un castigo: sea donde sea y en el tiempo que sea, siempre verás la cosa que más odias en el mundo: tu doble. En cada lugar del mundo y cada cuarenta y siete años, existirá una persona con las mismas características que tú. Mismo cabello, mismo rostro, mismo cuerpo. Serán tus copias esparcidas por el mundo. Justo. Cómo. Tu. Hermano. 

Y así nacieron los doppelgängers. 

Aved fue desterrado de su colonia y apartado de su familia. Fue maldecido para deambular por el mundo, sólo. Viendo cómo sus dobles hacían algo con sus vidas, mientras el perdía su tiempo, por toda la eternidad.

»En 1680, Salem, se me fue encargado vigilar a un aquelarre de brujos muy poderosos. Usaban su magia de manera irresponsable y los pueblerinos comenzaban a sospechar de su presencia en el lugar.

Había un muchacho, Gideon, él era el líder del aquelarre. Tenía una esposa bella saludable, además de una pequeña bebé de sólo un año. Gideon incitaba a sus brujos para que permanecieran bajo perfil, pero eran muy testarudos.

En 1695 empezaron las acusaciones, y en 1697 un grupo de personas inocentes fueron acusadas de practicar brujería. Por suerte, ningún miembro de los verdaderos brujos fue condenado, pero muchos civiles, totalmente ignorantes sobre qué estaba pasando, fueron colgados. 

Ante todo el caos, Gideon decidió que la mejor opción era abandonar Salem. El nuevo destino era Nueva Orleans. Giedon llevó a los suyos hasta dónde los acusados fueron castigados y los obligó a observar el acto, como modo de advertencia. Si alguno de ellos volvía a usar la magia de manera irresponsable, enfrentaría el mismo castigo.

Al terminar los juicios, todos aceptamos que irnos enseguida sería la mejor opción. Recorrimos todo el camino hasta Nueva Orleans, pero al llegar a la entrada, alguien nos estaba esperando. Un chico exactamente igual a Gideon.

No entendíamos en aquél momento, pero era Adev. Y Gideon era su doppelgänger de ese tiempo.

Aved usó unos extraños trucos contra Gideon. Al principio, su cuerpo se retorció y se tornó blanco cómo la nieve. Gideon murió congelado frente a nuestros ojos. Adev desapareció segundos después.

No fue sino hace algunos años que comprendí el porqué: Adev necesitaba asesinar a todas sus copias. Primero los dejaba indefensos, entrando en su mente y desestabilizándola (En el caso de Gideon, los juicios fueron lo que debilitaron su mente), para luego matarlos.

Su esposa tomó el lugar de jefa y con todo el poder del aquelarre, conjuró un hechizo que acabó con Adev.

En Nueva Orleans, todos adoptaron una nueva identidad. A pesar de no estar aparentados, se volvieron una familia, y la esposa de Gideon cambió su apellido de Amantis a Amethys.

Yo me separé del grupo y llegué a Beacon Hills. Años después, supe que el aquelarre completo se había disolvió debido a que su jefa había fallecido. Todo lo que pude pensar en ese momento era en la pequeña niña que ahora era huérfana...

Deaton dejó de hablar por un momento—Su nombre...—miró los ojos llorosos de un Stiles quién aún estaba arrodillado junto al cadáver de Lydia. Él y Malia lo miraban, esperando a que terminara la frase, habían guardado silencio durante toda la historia. Tragó saliva—Su nombre era Claudia.