No supo por qué lo hizo. Pudo correr, pudo usar la magia para parar a Scott, sin embargo, lo primero que hizo fue abotonar la camisa que Derek le había desabrochado hace unos segundos.
Antes de poder hacer otra cosa, Scott ya estaba sobre Stiles. Cayó de espaldas al piso y usó sus manos para alejar la enorme mandíbula del hombre lobo fuera de su cara. La espuma caía sobre su rostro. El cuerpo se sentía tan pesado que estaba dándose por vencido.
Una onda invisible se expandió, y Scott salió volando por los aires, terminando en el otro extremo del corredor. Derek ayudó a Stiles para levantarse.
—Está hipnotizado—declaró—. Míralo.
Ahora chocaba su cabeza contra el muro de manera frenética. Desgarró su propia camisa hasta hacerla jirones.
— ¡Scott!—Stiles llamó—. ¿Qué pasa, Scott?
La bestia (Llamarle Scott parecía inapropiado) lo miró. Sus ojos tenían un brillo psicótico. Quería destrozarlos, matarlos. No era su amigo.
Los ojos de Derek brillaron—Llama a los demás. Tienen que evacuar todo el lugar. Tal vez...
El animar volvió a atacar, dirigiéndose a Derek, ésta vez. Alzó sus garras y arañó el pecho su pecho. Gritó. Stiles trató de pensar en algo ¿Un hechizo? ¿Qué había dicho Deaton? Todo su entrenamiento parecía haberse borrado de su cerebro.
«Necesitas un Grimorio para hechizos especiales.»,
Grimorio ¡Un Grimorio! ¡No tenía un maldito Grimorio! Mal momento. Sí el vínculo de verdad estaba roto, podía morir sin que Stuart lo hiciera... Stuart ¡Claro!
—Stuart controla a Scott—dijo en voz alta.
Se giró hacia Derek.
—Mal momento para pensar. ¡Necesito ayuda aquí!—exclamó el hombre lobo.
Ciertamente, la necesitaba: Bestia estaba lanzando zarpazos descontroladamente, mientras Derek retrocedía. Tenía varias heridas en sus brazos y piernas, sin hablar del enorme corte que cruzaba su abdomen. Podía ver que Derek no tenía intención de lastimar a su atacante. Se veía cómo Scott, pero no era él. No era.
Ok. Necesitaba controlarse. Pensó en la onda que había creado hace segundos. Necesitaba un impulso. Extendió sus manos, una onda, «grande y potente», se repetía en la mente. Uno, dos, y...
Derek y Bestia se apretaron sus respectivos oídos. El primero gritaba, mientras que el segundo soltaba sonidos indescifrables de su garganta. ¿Él estaba haciendo eso? Ciertamente, no era una onda. Ambos cayeron de rodillas, y se retorcían sin parar. Sea lo que fuere que estaba haciendo, hizo que Bestia se desmayara en el piso. Espuma todavía salía de entre sus colmillos.
Esperó un momento, pensando en que tal vez Derek también caería inconsciente, pero él sólo se destapó las orejas y respiraba agitadamente. Corrió hacia él, con cuidado de no perturbar a Bestia, h se arrodilló a su lado.
— ¿Estás bien?—le preguntó abrazándolo. Podía sentir su corazón latiendo a mil por segundo. — ¿Yo hice eso?
Derek parecía perplejo, no respondió pero asintió.
—Lo lamento—le dijo, apretándolo contra sí, aún con más fuerza.
—N-no importa. Está bien, está bien—le susurró. Se levantaron y miraron al cuerpo tumbado en el piso. Derek continuó—: Será mejor que lo saquemos de aquí.
—Podemos ir con Deaton.
—Perfecto. Pero tienes que hacer algo, primero.
— ¿Qué?

ESTÁS LEYENDO
Mi reflejo.
Werewolf« El que ve a su doble es que va a morir. » Stuart Towmbly llegó a Beacon Hills con un sólo propósito: aniquilar a Stiles Stilisnki. Stuart es el dopplegänger, o mejor conocido cómo «doble malvado,» de Stiles, y poderoso emisario condenado a una ma...