Capitulo 37

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— Lo siento...—Murmullo con la cara en su pecho.

— ¿Por? ¿Porque mis padres estén muerto? No, Darleen, no te tienes que disculpar por algo que no fue tu culpa.

— No le disculpo por eso. —Le digo sin sacar mi cara. — Lo digo por el que tu vieras que pasar por ello solo.

— Tampoco fue tu culpa, no hay necesidad de disculparse.

— Pero...

— Darleen eres la primera persona con la quien me desahogo, no te estoy echando la culpa de mi desgraciada vida, te estoy diciendo que me haces sentir lo suficientemente bien para sentirme con la confianza de decírtelo, incluso más que suficiente, Darleen.

No respondo, no sé qué responder ante eso, pero tampoco lo suelto.

Él parece entender ya que me abraza sin esperar ninguna palabra mía.

— Me tengo que inclinar mucho para abrazarte, Dobby. —Se burla y río separándome de él y dándole un zape.

— Que no me llames así, Ryder. —Le sigo el juego.

La verdad es que me acostumbre al apodo, tanto que se me hace raro cuando me llama por mi nombre.

—Y nunca te he hecho caso ¿Qué te hace pensar que lo haré ahora? —Se burla y niego con una sonrisa divertida.

— ¿Terminamos de recorrer el parque? —Le pregunta y asiente tomando mi mano y empezando a caminar por cada lugar disfrutando la belleza y el calor agradable que el lugar ofrece.

————🥀————

Ambos caminamos por el bosque entre risas, y tropiezos de mi parte.

— ¡Ryder! —Grito al sentir mis pies dejar el suelo y ser cargada por el susodicho.

Él ríe sin soltarme. — Pues mejor esto a que te mates.

Río y paso mis brazos por su cuello agarrándome para no caerme y besando los espacios libres haciendo que su respiración se vuelva pesada.

— Darleen. —Murmura entre dientes y río contra su cuello para seguido hacer un chupón.

Me baja de sus brazos al sentir que le separo y grito por la sorpresa al sentir mi cuerpo tocar la puerta de la cabaña, lo sé por los faroles.

— Darleen. —Me llama y lo miro. —Quiero que seas sincera.

Asiento y me muerdo el labio esperando su pregunta.

— ¿Te gusto lo de la otra vez? ¿Lo del cuchillo...? —Pregunta y me tenso.

¿Qué si me gusto? Diablo, le encanto, pero eso es lo que me asusta. Fue algo tan retorcido que me encanto, la primera vez que estuve con él le dije que aceptaba todo menos el dolo, jamás se me había venido un jodido cuchillo a la cabeza.

— Sí...

Mi voz sale tan bajita que dudo que me haya escuchado, pero por su sonrisa sé que si lo hizo.

— ¿Quieres repetirlo? —Vuelve a preguntar y lo miro a los ojos.

Hay sinceridad y lujuria en ellos.

Me muerdo el labio indecisa. A pesar de lo arroz que pude llegar a ser me gusto, y si niego que no me importaría repetirlo sería mentira.

Asiento con firmeza haciendo que sonría y me bese abriendo la puerta de la cabaña para entrar y cerrarla pegándome nuevamente a ella.

— Espera aquí. —Me vuelve a besar y se aleja.

Ryder camina hacia la cocina y saca un cuchillo de la cajonera acercándose paso lento se acerca a mí.

Homicide love. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora