Capítulo 12

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Mis labios se entreabren en busca del aire que me falta al sentir a Ryder tan cerca.

El parece tranquilo a medida que a va acercando mientras mi corazón late a todo dar.

Siento el roce de sus labios en los míos, cuando la atracción sigue su curso haciendo que el asiento se balancee un poco y que yo me incorporé alejándome de Ryder.

El me mira unos segundos antes de acomodarse también.

Debería empezar a contar cuantos besos fallidos tienen hasta que por fin lo logren.

Ambos salimos de la atracción cuando está se detiene en el punto de partida.

—Si quieres ve buscando otra atracción abierta, yo busco las cosas. —Le digo y asiente.

Me dirijo hacia el chico quien al verme me sonríe y busca las cosas para entregármelas.

Con mi mochila puesta y el peluche en mano me dirijo hacia Ryder, pero no camino mucho ya que me llaman, haciendo que me voltee hacia el dueño de aquella voz.

—Oye... —El chico de la rueda de la fortuna se acerca. —Emm... Sólo quería darte esto. —Me entrega un papelito. —Y...me...apareciste muy linda. —Logró ver el rubor en sus mejillas antes de darse la vuelta y caminar a paso rápido a su puesto.

Suelto una pequeña risa, guardo el papel y camino hacia Ryder.

— ¿Listo? —Pregunto al llegar a su lado.

—Sí, vamos a ese. —Informa señalando los carritos chocones.

Me quita la mochila y el peluche y agarrándome la mano me arrastra hacia el juego.

Le enseña los boletos al señor y deja las cosas en el puesto para seguido volverme a arrastrar a los juego.

—Tú en ese, y yo en este. —Señala un carrito negro no muy alejado de donde estamos y luego un carrito azul.

Ambos tomamos los carritos correspondientes y empieza el juego.

Mentiría si digo que soy genial en esto, en realidad soy pésima, si es que eso es posible. Ryder me alcanza cada que intente huir de él.

Al final terminamos con 6 choque por parte de Ryder y 2 choque por parte mía.

Repetimos varias veces hasta que nos cansamos y decidimos salir.

Ambos salimos riendo del juego y él vuelve a tomar nuestras cosas.

Lo escucho bostezar haciendo que haga lo mismo segundos más tarde.

—Creo que eso ha sido todo por hoy. —Me dice y asiento.

Salimos de la feria agarrados de las manos en un silencio cómodo.

Al llegar a la acera que da al bosque me jala de la mano para que me adentre junto a él.

— ¿Fue una buena primera noche libre? —Cuestionó al llegar al caminito iluminado.

—Fue increíble. —Me dice con una sonrisa.

Llegamos a la cabaña en donde no dudo en ir al mueble de la ventana mientras él va a la habitación.

¿Quién diría que iba a estar disfrutando estar con el nieto del alcalde a las 4:00 de la mañana?

Ryder sale con su cabello negro y sus maravillosos ojos azules a la vista.

— ¿Todo bien? —Inquiere despeinado su cabello negro largo con su mano.

Camina hacia la cocina sacando dos botellas de agua.

Ahora que lo pienso...Yo lleve una botella de agua para nada, porque al final ni me acordé de ella.

—Increíble. —Contesto después de unos segundos y asiente tomando asiento en la esquina opuesta a la que estoy.

Me ofrece una botella de agua abierta y acepto tomándomela casi toda.

No sabía que tenía tanta sed hasta que el agua toco mi boca.

—Jamás pensé que iba a ir a un parque de atracciones la primera vez que estuviera fuera de la mansión, y que no fuera la cabaña. —Informa de la nada y eso me entristece un poco.

Ryder no debió tener una infancia muy fácil; porque sí, la mansión está equipada con todo lo que te puedas imaginar, pero un niño se aburre de estar encerrado, así le des lo que le des.

Eso es lo bueno de los niños, ellos odian estar en un sólo lugar dándole el impulso de experimentar más allá de donde están; también que a pesar de caerse, rasparse y llorar en ese proceso, siguen como si nada hubiese pasado, sin importarles que les vuelva a pasar una y otra vez.

Me imagino a un pequeño niño ojos azules y cabello negro, encerrado en una mansión sin derecho a experimentar, lo que se supone es su infancia.

— ¿Qué piensas? —Susurra Ryder apoyado hacia adelante con sus brazos, siento si respiración chocar con la mía y sus ojos azules analizar cada parte de mi cara.

¿En qué momento se movió?

—En nada. —Respondo.

— ¿Y por eso tenías esa cara? —Pregunta sarcástico.

—Pues es la cara con la que nací. —Me burlo, me mira finamente y resoplo. — Nada, solo pensaba en cosas sin sentido. —Respondo.

— ¿Qué cosas? —Indaga y lo miro con una ceja alzada.

—Cosas que no son de tu incumbencia, ni de ningún otro ser, por algo están en mi cabeza. —Replicó dando a entender que no quiero hablar de eso.

Su mirada vuelve a recorrer mi cara quedándose en mis labios.

¿Haremos esto una rutina?

¿Ah?

¿Que si haremos esto de que él a te acerca y justo cuando a van a besar algo interrumpe?

Me levanto del asiento antes de que se acerque.

¿Quiero hacer esto una rutina?

Pienso en lo que mi conciencia a dicho.

Me levanto del mueble, Ryder se levanta junto a mí, pero no dice nada.

—Creo... Que ya debo irme. —Digo torpemente.

Asiente sin decir nada y camina hacia la puerta para salir conmigo detrás.

Homicide love. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora