Homicide love.

Capitulo 39

Club.

Son las 12, Justin se encuentra conmigo.

Hable con él y le conté todo... Al principio estaba confundido que aceptará, pero luego dijo que me cubriría y vino a mi casa.

— Todo saldrá bien, Leen. —Me alienta y asiento.

— Tengo miedo. —Le confieso.

— Nada malo pasará, además es tu día de suerte recuérdalo. —Me dice y río.

Desde que nos hicimos amigos cada vez que temíamos que algo malo pasará en nuestros cumple años, nos decíamos que era nuestro día de suerte al ser nuestro.

Se volvieron palabras de "haz lo que te dé la gana, que hoy no morimos".

— Feliz cumpleaños, Leen. —Me dice y me abraza

Es la tercera vez que me felicita haciéndome reír.

— Feliz día de mi suerte

Con eso me despido y salgo de la habitación.

Repitiendo el proceso de casi todas las noches salgo de mi casa para seguido ir con Ryder.

Me dirijo a la calle en donde Ryder me espera con un suéter gris de Dobby y un pantalón negro.

Tiene la peluca y sus lentes de contacto, eso me tranquiliza un poco.

—Feliz cumpleaños. —Lo felicito abrazándolo y ríe.

—Feliz cumpleaños, Dobby.

Se gana un zape de mi parte haciendo que su risa aumente.

— ¿Lista? —Pregunta y niego.

— Nop.

— Nada malo pasará. —Me calma.

— ¿Cómo sabes? —Le pregunto.

— Porque yo haré todo lo posible por no emborracharme y tú no me dejaras hacerlo.

Me besa sin que pueda decir nada.

— Te odio...—Le susurro al separarme y sonríe.

— Vamos. —Me jala para empezar a caminar.

— Por aquí. —Le digo y lo llevo.

Ambos caminamos hacia el club. Elegí el más alejado de la coña céntrica, con la idea de que haya menos posibilidad de que algún guardia o persona conocida nos descubra.

Mira el club para seguido verme a mi emocionado, le regala una sonrisa que devuelvo.

— A celebrar nuestro cumpleaños, Darleen. —Me dice arrastrándome a la puerta.

Resoplo acostumbrada a sus arrebatos de querer arrastrarme hacia donde él quiere.

Entrego las entradas junto a mi identificación, el guardia mira a Ryder así que saco la identificación falsa que Justin me consiguió para él.

El hombre nos den pasar y ambos lo hacemos adentrándonos en un lugar oscuro iluminado solo por las luces fluorescentes que se mueven al ritmo de la música electrónica que suena en este momento.

Aún con nuestras manos lo guió a la barra que no esta tan llena de gente.

Pido dos gaseosas haciendo que el bartender me vea raro, y con toda la razón del mundo.

¿Quién viene a un club y pide gaseosa en vez de alcohol?

Le entro una a Ryder quien la abre y bebe un poco de está.

— Esta rica. —Me dice y asiento.

Pago un porcentaje al va tender quien anota el nombre falso de Ryder y el mío para cuando queramos beber más.