Capítulo 15

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Darleen.

—Estoy esperando respuesta. —Dice con los brazos cruzados a la altura del pecho.

Veo como Flora baja la cabeza al sentir la mirada fulminante de Ryder.

Me dedica la misma mirada, pero no bajó la cabeza.

Sus ojos azules destellan enojo por donde los veas, su postura de igual manera.

¿Y a este que mosca le picó?

—Disculpe, señor. —Le digo y veo como su manzana de Adam se mueve cuando traga saliva.

—Disculpe, señor. —Flora habla con voz arrepentida.

Ryder ni se digna a mirarla ya que sus ojos permanecen en mí.

Trago saliva a su mirada penetrante, pero no sedo ante esta.

No sé ni porqué me está mirando esa manera, pero tampoco voy a bajar la vista.

—Se puede retirar señorita Warrens. —Ryder habla aún sin quitarme la vista y veo como Flora alza la cabeza mirándome. —La señorita Caldwell le tocaba acomodar la habitación y como tuvo la osadía de dejarla con usted aquí, espero que también tenga la osadía de aceptar sus responsabilidades. —Dice con voz neutra y lo miro desconectada.

Flora me dedica una última mirada de perdón antes de irse de la habitación a paso veloz.

— ¿Se puede saber que...? —Cierra la puerta de un portazo poniéndole llave.

No dice nada y tampoco me deja decir nada acercándose a mí.

Retrocedo con cada paso que da.

¡¡Dios!! Otra vez no.

—Ryder basta. —Digo con voz autoritaria, pero no me hace caso.

Huyó a una esquina evitando toparme con la cama siendo seguida por él.

—Ryder... —Advierto.

— ¿Vas a una cita? —Murmura entre dientes sin dejar de acercarse.

— ¿Ah? —Sigo huyendo de él.

— ¿Vas a una cita hoy? —Se acerca aún más y siento mi espalda golpear con el librero y que unos libros se caigan por el tambaleo.

Joder.

—Responde. —Me acorrala con las dos manos a los lados de mi cabeza y haciendo que otros libros caigan al piso.

Ahora tiene complejo de badboy de libros.

Casi rio por el comentario de mi conciencia, si no fuera porque estoy acorralada y Ryder parece bastante molesto.

—Darleen... —Me advierte y mi vista baja a sus labios.

¡Darleen concéntrate!

— ¿Vas o no a una cita con el chico de la feria de diversiones? —Me pregunta.

Lo miro con ojos abiertos como platos.

— ¡¿Estabas espiando mi conversación?! —Ahora soy yo quien está molesta.

—Darleen no me cambies de tema. —Masculla y yo niego.

—No, ¿Estabas o no escuchando mi conversación? —Le pregunto de la misma manera.

—Eso no es el problema y te recuerdo que está es mi habitación y puedo venir cuando quiera. —Me dice y lo empujó.

—Tus abuelos pusieron un horario para limpiar tus desorden; horario que tanto tú, como yo tenemos que cumplir. —Replicó.

Homicide love. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora