Capítulo 4

99 47 1
                                    

Entró a la mansión Hitlmon encontrándome a Flora en el camino.

Flora habla sobre las cosas esenciales que debo hacer; me cuenta que lleva dos años trabajando ahí y que nunca ha tenido ningún problema de cómo se viste.

Flora, un nombre curioso para una persona que la primera vez que conocí llevaba una camisa de flores y ahora lleva un vestido de lo mismo.

Lo bueno de este trabajo es que nos permite vestirnos como queramos con el fin de estar cómodos mientras trabajamos, aunque claro sin mostrar mucho.

—Un consejo no te dejes manipular por el joven Beckett; ese niño del demonio es muy manipulador a la hora de querer algo y que sus abuelos no se enteren. —Me dice y la veo extrañada.

Nos encontramos en la sala de descanso y según me contó flora nada de lo que se dice aquí se oye.

— ¿Qué?

—Lo que oíste. Ryder, el joven Beckett; no es Santo como lo pintan sus abuelos. Ese niño se ha acostado con más de una aquí sólo para conseguir lo que quiere. —Me quedo estupefacta con lo que me dice.

¿Acostado?

—Pero nos tienen prohibido acercarnos más de la cuenta a él. —Me recuerdo y ella me ve como si hubiese dicho lo más ridículo en el mundo.

—O vamos, no me digas que creíste que un chico así no va a tener sexo, tiene dieciocho y te puedo asegurar que virgen no es. —Me dice.

—Pero... ¿Cómo? —Ok, a este pasó me voy a quedar loca de atar.

—Mira aquí la mayoría son chicas jóvenes y hermosas, el joven nunca ha salido de la mansión y mucho menos conocido a alguna mujer fuera de esta. — ¿Nunca ha salido? — Al joven le gusta leer, su abuelo cree que es una pérdida de tiempo que les algo que no sea referente a sus deberes para poder llevar el pueblo en el futuro y sabe que por los hombre es imposible que la petición pase por Elton y por su abuelo primero; así que usa a las chicas; qué harían cualquier cosa por que se enamore de ellas, aunque eso es imposible. —Me dice.

Woao jamás pensé encontrar a una persona más chismosa que Jenna, pero Flora la sobrepasa.

Tampoco pensé que el nieto del acalde, que ahora sabemos que se llama Ryder, le gustará leer.

Bueno Flora termina de decirme lo que me toca hacer y yo comienzo mi trabajo.

Estoy escuchando música con los audífonos cuando la alarma del teléfono anuncia que son las cinco y diez; por lo cual es momento de arreglar la habitación de Ryder.

¿Ryder? Que yo sepa es tu jefe y no jugó metra contigo.

¿Conocen esa vocecita en la cabeza que es fastidiosa y se hace llamar conciencia? Pues aquí está la mía.

Y mientras diga su nombre en mi cabeza y no en persona, no irrespeto a nadie.

Fastidiosa tú.

¿Dije fastidiosa solamente? También es inmadura y para nada racional.

Me dirijo a la sala principal en donde subo las escaleras a la habitación en la dirección que Flora me enseñó.

No tocó porque tengo entendido que no hay nadie, así que entró de una encontrándome con un desorden.

Y yo pensando que tú eras desordenada.

Hay libros por todas partes, ropa tirada, el polvo que alberga los libros me hace estornudar repetidamente.

Colocando mis audífonos empiezo a acomodar primero los libros, seguido de la ropa, la cama y así...

Termino de limpiar el baño, dando por finalizado mi trabajo.

Homicide love. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora