Capítulo 45

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Dormir se le hizo pesado al no poder tener la mente en blanco durante la noche. Solo al pisar la sala de maestras esa mañana del viernes le hizo entender que ya no podía controlar más sus pensamientos.

Estaba ansiosa por la reunión que tendría ese día y también se le sumaba la cena de esa noche con John en su casa, pero algo dentro de su pecho le decía que no todo tendría un tono rosa, y la experiencia que tuvo con los hijos de él le dejó un pequeño mal sabor de boca.

¿Será que Verónica ya lo sabe? Seguramente los niños le dijeron que estuvo con ellos. Era algo obvio que de estar con él en la tarde, era por una razón importante, a menos que haya hecho lo mismo con las otras maestras de sus hijos. ¿O sí?

Al final decidió quedarse tranquila, lo más que pudiera, y estando frente a su aula ella suspiró, se acomodó la corbata del uniforme y peinó su cabello antes de abrir la puerta con el mentón en alto. Ese día sería especial, nada ni nadie podría distraerla, mucho menos aquel hombre que la ve con una sonrisa ladeada desde su asiento a cuatro filas de distancia.

-Buenos días, padres y representantes. Para nosotros es un honor recibirlos hoy en este encuentro trimestral, el cual esperamos que sea beneficioso para todos.

Cada palabra pronunciada fue dicha con seguridad, aunque en momentos sintió la pesadez de saber que su novio se encontraba allí y era la primera vez en que la veía desenvolviéndose en su área.

Una mirada fugaz, una sonrisa de aprobación, un asentimiento; cada gesto valía y por lo más mínimo que fuera, a ella le motivaba aún más.

El momento del anuncio de su nuevo cargo llegó y los padres reaccionaron como esperaba, aunque al final resultó ser muy agradable, gracias a una ronda improvisada de felicitaciones por parte de ellos. Su jefa estuvo a su lado para ese instante y fue un gran apoyo al momento de explicar el cambio.

Una vez terminada la reunión, Emma pudo respirar de alivio y sonreír satisfecha por el resultado. Los padres fueron acercándose poco a poco para felicitarla de nuevo y para intercambiar pequeños comentarios sobre el trabajo de sus niños. Algunos trataron de disimular, pero al final no pudieron resistir las ganas de acercarse a John, y por el rabillo del ojo podía ver cómo él intercambiaba también algunos apretones de mano y un par de autógrafos.

Para su sorpresa, estuvo muy calmado e incluso pudo escucharlo reír. Aquello le hizo sonreír de gusto.

Luego de terminar de conversar con la última pareja que se acercó a su escritorio, se dispuso a organizar sus carpetas y el bolso, pero un carraspeo a sus espaldas la hizo saltar del susto justo cuando menos lo esperaba.

-Creo que se me hizo tarde para felicitarla, maestra.

Ella sonrió al escucharlo y un fuerte sonrojo apareció en sus mejillas cuando tomó su mano.

-Nunca es tarde, diría mi madre.

-Estuviste muy bien, debo decir que te expresas mejor que yo en público.

-¿De verdad? Parece más bien lo contrario. Esta aula es pequeña a comparación de un estadio, por ejemplo.

Él vuelve a reír, esta vez avergonzado. Su mano la entrelaza con la de ella, quedando aún más cerca.

-Gracias al cielo no tengo que hablarles, solo cierro los ojos y trato de pensar que estoy solo. Freddie se encarga de lo demás. - se encoge de hombros, esta vez con una expresión más divertida - En cambio tú, debes lidiar con todos esos padres insatisfechos. Te compadezco.

Love Again // John Deacon [Editando ✅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora