Capítulo 25

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Yoongi

Después de terminar de armar el rompecabezas que me dejo Maritza en mi habitación, revise mi celular y tenia varias llamadas perdidas de ella.

*Nena. Lo siento.
No sabes lo feliz que me hizo tu regalo y acabo de terminar de armarlo*

Adjunte una foto mía con el rascacielos y su respuesta llegó enseguida.

*Es hermoso 😍...
Y el rascacielos también*

Hacia tiempo que no sonreia tanto, desde que entré a mi cuarto hasta ahora que leí el mensaje, no he dejado de hacerlo. Salí por agua y me encontré con mi mamá. Las cosas no podían ir mejor, las dos personas más importantes de mi vida estaban conmigo. Me gustaba sentirme así.

-Hijo, quita esa cara de tonto que tienes.- mi madre me sacó de mis pensamientos
-Hola mamá. ¿No puedes dormir?
-No hijo, la verdad es que no he tenido ni una buena noche aquí.
-Necesitas algo- la mire preocupado
-No. Ya sabes... Es solo que siento que demasiada gente entra y sale de este lugar. No te preocupes. Ya busque donde quedarme, me iré después del domingo- no le di importancia, creo que mi madre se acostumbro a estar sola tanto tiempo que simplemente extraña su espacio.
-Envíame la dirección e investigare que tal es la seguridad y la tranquilidad ahí.
-Esta bien, hijo
-Mamá, el domingo quiero que vayas a la inauguración del restaurante en el que he estado trabajando.- tomé aire -También quiero que conozcas a una persona importante para mí
-¿La que hace que sonrías de esa manera tan desagradable?- me rei
-Si mamá, esa misma.
-Lo haré solo porque este proyecto es importante para ti.- asentí. No quise insistir más porque estoy seguro que Maritza le agradará, así que no discutiré con ella por esto.

No he visto a Mar, ya que ha estado ocupada con los preparativos de la inauguración. Hemos hecho video llamadas y he podido ver lo estrenada que esta. Hablé con Jesi, y le pedí que mañana le diera el día libre, yo también me tomaré unos días de descanso y la llevare desde esta noche a una cabaña fuera del pueblo. Iremos hacia el lado contrario de la playa, la cabaña está habitada dentro de un bosque en donde podrá descansar. El viernes temprano la traeré de regreso y ocuparé estos días libres para ayudarle en lo que pueda.

Jesi preparo una maleta y me la entrego hace un momento en la cafetería. Compré dos sándwiches, dos ensaladas y dos cafés. Estoy seguro que ni siquiera ha comido bien. Llegue al restaurante y baje del auto, antes de entrar me encontré con Tess, ella me aseguró que no habría problema, ella se encargaría de todo el día de mañana. Tessa también cree que Marinecesita distraerse.

-Hola amor, ¿Qué haces aquí?- aún seguía sintiendo escalofríos cuando ella me llamaba así.
-Hola nena- susurré en su oido cuando se acercó y me abrazo.- Vamos, iremos a cenar.- estaba apunto de negarse cuando Tessa interrumpió
-Anda,vete. Hoy ya no hay nada por hacer. Yo cerraré aquí.
-Esta bien, ire por mis cosas.
-Gracias hermana
-No te preocupes. Distraerse como solo tu sabes- dijo ella levantando las cejas y ahí se terminó mi lado cursi. Rodé los ojos y la ignore. -Diviértanse y cuidala- dijo cuando ya estábamos en el auto

Cuando salimos del restaurante tomé la carretera rumbo al bosque. Ella empezó a voltear a verme y luego hacia la ventana

-¿A donde iremos a cenar?
-De hecho, cenaremos aquí- estire la mano y saqué la bosla de papel de detrás del asiento
-Espera, dijiste que iríamos a cenar
-Cenaremos... sándwiches... en el auto- dije nervioso
-¿A donde vamos?
-Mar. Necesitas relajarte un poco
-No puedo Yoongi. En cuatro días es la inauguración
-Lo sé. Pero también sé que después del domingo estarás con mucho más trabajo, estarás a cargo de un restaurante. ¿Sabes cuanto te admiro?- voltee de reojo y estaba llorando - Estoy orgulloso de ti, pero necesitas relajarte.
-Lo sé, es solo que quiero que todo sea perfecto el domingo.
-Y lo será. Sabes, el trabajo que quieres hacer, es el que le corresponde a Tessa y no te ha dicho nada porque eres su amiga, pero deberías de darle más libertad.- volvieron a correr lágrimas por sus ojos -Hey hey hey. No llores.- me orilla y estacione el auto
-He sido una mala amiga
-No. No lo eres.- dije frustrado -Ella sabe lo importante que es esto para ti. Me refiero a que su trabajo también es importante para ella, deberías confiar. Estoy seguro que cuando regresemos habrá algunas cosas más que puedas hacer, y yo estaré para ayudarte.- se colgó de mi cuello y me dio un beso.
-Te amo- dijo, así sin más y fue perfecto. -Deberíamos comer. Tengo mucha hambre- sonreí por su puchero.

Encendí nuevamente el auto y comimos tranquilamente, media hora más adelante llegamos a la cabaña, estaba llena de focos en los árboles de afuera, había una mesa con unas sillas y unos columpios con forma de huevo. Dentro, todo era rústico pero moderno, olía a madera y a Pino. La chimenea estaba encendida lo que provocaba una especie de calidez en el ambiente.

-Yoongi, ¿cuándo rentaste esto. ?
-Hace una semana. ¿Te gusta?
-Por supuesto, es hermoso y tan tranquilo. Podría vivir aquí.
- Te aburririas
-Siempre podemos invitar a los chicos.- sonreí
-Es verdad. Te construire una así.
-Tendrias que vivir conmigo. Más que nada por la seguridad
-No pensaba en dejarte venir sola, alguien puede aprovecharse de eso.
-Deberías confiar en mi.
-Lo hago, pero eres tan hermosa, que cualquiera se fijaría en ti y tu... tu podrías no necesitar tanto para encontrar alguien mejor que yo.- de repente sentí miedo a perderla, miedo a que todo esto que teníamos terminara de golpe.

Después de discutir un rato, subimos a la habitación. Había otra chimenea y unas puertas de cristal,  enormes en donde los árboles se levantaban hasta lo profundo del bosque, mientras la luna se abría paso entre ellos para alumbrar un poco nuestra habitación.

-Me encantaría un cuadro de esta vista en mi restaurante- tenia razón, era hermoso como para una gran fotografía.

Mientras ella acomodaba las cosas de su maleta, saqué mi cámara profesional y tomé algunas fotos, tal vez alguna sirva.

-Amor, tomaré una ducha- Maritza entró al baño y abrió el agua caliente. La puerta no estaba totalmente cerrada por lo que el vapor lleno la habitación. Mordí mi labio pensando si era buena idea que yo entrara ahí. Veníamos a descansar, no a satisfacer mis necesidades. Eché la cabeza hacia atrás e intenté calmarme.

-Yoon, deberías venir. El agua esta increíble.-No lo pensé, salte de la cama y me fui quitando la ropa de camino al baño. Las puertas de la ducha eran de cristal, estaban empañadas pero dejaban ver perfectamente la silueta de Maritza. Definitivamente esto no terminaría aquí.

Entré lentamente a la regadera, Maritza estaba de espaldas a mi, lo que me permitió rodeará con los brazos hasta llegar a sus pechos, enterré mi cabeza entre su cuello y lo besé, deje pequeños mordiscos y fui bajando lentamente por su hombro y su espalda. Mientras más besaba, ella se inclinaba un poco más hacia enfrente, colocando sus manos contra la pared y pegando su trasero a mi entrepierna. Hacerle el amor, en cualquier lugar, de todas las formas posibles, era una de las cosas que más disfrutaba en este mundo.

Salimos del baño y nos acostamos, tenía planeado un paseo para mañana y querías dormir temprano. Mar se acostó contra mi pecho y trazo círculos en mi vientre mientas tarareaba una canción. Yo había abierto un libro que había dejado pendiente ya que no tenía tiempo de leer.

-Te amo- Escuché decir a Maritza, pero su voz sonaba demasiado baja. Voltee a verla y estaba dormida.

Esas palabra que aceleraban mi corazón, pero que me costaba tanto pronuncialas, mis sentimientos son tan intensos que podrías jurar que es amor, pero aún me cuesta aceptarlos

-Algún día te regresaré esas palabras. Lo juro.- Acaricie su cabeza mientras ella se abrazaba aún más de mi cuerpo.

Destino: Quédate a mi lado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora