Capítulo 4

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Yoongi

Ser una persona directa tiene sus ventajas, suelo atacar los problemas o cualquier situación en el momento, también suelo desechar de mi mente los momentos incómodos o que no me sirven, prefiero no darle vueltas y dejar de pensar. El problemas es que desde que fingí no conocerla a Martza, no puedo dejar de pensar en ellos, más aún después de lo que me dijo antes de irse. Supongo que la situación me tomó por sorpresa y por eso actúe de esa manera, normalmente yo habría sido él que aclarara las cosas para no hacer esto más grande, si la persona no me interesa no les presto demasiada atención, pero ella me gusta y todo es nuevo para mi, me incomoda y me molesta todo esto en general.

La verdad es que no creó mucho en el amor, pienso que todo se basa en atracción física y sexual, si alguien te gusta lo suficiente como para verla todo el tiempo decides vivir con ella, por supuesto llegas a querer o apreciar a esa persona. Esto lo pensaba hasta estos últimos años en los que vi a mis amigos arriesgar su vida por ellas, ver a Nam perder el control nuevamente, ver a Jimin sufrir de esa manera cuando Tessa se fue, saber que Hobi había perdido la cordura y había golpeado al ex de Mica, cuando todos sabemos que es la persona más pasiva del mundo. También está el otro lado en donde Majo se mantuvo a lado de Jin y lo ayudó a sanar. Lo de Tae lo viví un poco más de cerca, prácticamente sufri con él cuando Esme se alejo, ver como la perdía por una estupidez me llenaba de rabia, pero me mantenía al margen. No es que no sienta, claro que tengo sentimientos y se que amo a mis hermanos, moriría por ellos,  Me alegro mucho por ellos, pero mis pensamientos no cambian, la relación de mis padres es un claro ejemplo de que no existe el amor, simplemente se trata de atraccion. Si la persona no te gusta más, le dejas y punto. Yo no me he negado a las cosas románticas, el amor y el romance es distinto a mi punto de vista, tampoco es que ande por la vida buscando a alguien que me haga perder la cabeza como les paso a mis hermanos, pero ella me gusta mucho y me provoca, desde la vez que estuve con ella no puedo dejar de desear que suceda de nuevo y esto no significa que la ame.

Salí de casa hacia en trabajo y pase por un cafe como todos los días, esta cafetería es pequeña, tiene una cuantas pero la mayoría de la gente pide para llevar. El cafe es muy bueno, el lugar es agradable y el servicio es muy rápido, lo cual hace que los clientes incrementen. La cafetería del centro por el contrario, es más grande y su menú un poco más amplio, ahí venden desayunos y sueles esperar más tiempo a que un simple americano esté listo.

-¡Hola guapo!- me saludo la persona que atiende por las mañanas este lugar
-¡Hola, preciosa!- dije serio pero ella me conoce bien
-Aquí esta tu café, hoy te quedaste dormido- me regaño. Le di un billete y esperé el cambio
-Si, he tenido mucho en mente y me dormí tarde- me dio mi cambio y una bolsa con una cajita de cartón dentro
-Aliméntate bien y deja de pensar de más.- dijo dando una palmada en mi mano -Ahora vete, llegaras tarde, cariño.- puse los ojos en blanco,  me despedí con un movimiento de cabeza y salí de ahi.

Llegue a mi oficina y seguí trabajando en los planos del restaurante. No se en que momento me obsecione con mi trabajo, de niño siempre fui serio y me gustaba tener mi espacio, muchas veces cuando alguien más quería jugar conmigo me negaba. Mi juego preferido era construir cosas  con los cubos de legos, con arena o con cualquier otro objeto que me permitiera apilando y no se derrumbara. Una vez, había hecho una torre con bloques, era mucho más alta que yo eso me tenia muy emocionado, yo tenia poco tiempo de haber llegado a vivir con mi papá y me resultaba un poco difícil convivir con el otro niño que vivía ahí. Ese día estaba por colocar el último bloque, recuerdo estar subido en una caja de madera para alcanzar la punta cuando una pelota golpeó la torre y esta se vino abajo. No lloré, me dejé caer en el sofá y no hable con nadie por 2 horas, después me fui a mi habitación y me quedé dormido. Estaba muy molesto, quería golpearlo, quería gritar, quería a mi mamá y sabía que ella no estaba ahí. Más tarde salí de mi habitación, tenía un poco de hambre y el coraje ya se me había pasado, Jk estaba subido en el sillón intentando colocar el último cubo a una torre toda inclinada, se dejó caer en el sofá y volteo a verme con sus grandes ojos llenos de lágrimas.

-Quería armar de nuevo tu torre para que no te enojes conmigo- dijo sin hacer un escándalo como solía hacerlos cuando lloraba, el simplemente estaba ahí viendo el cubo en sus manos y con lágrimas corriendo por su rostro.

Me acerque, subí al sofá y le quite el bloque de las manos para ponerlo en la torre. Vi la sinceridad en los ojos de JK, él no había querido tirar la torre y yo lo había culpado, puse el último cubo, me senté a su lado y la torre se derrumbó sola, sus ojos se hicieron más grandes por el susto y yo me empece a reír, cuando me di cuenta ambos estábamos riendo de manera escandalosa tanto que mi estómago empezó a doler. Después de reír y jugar un poco más, su mamá nos llamó para ir a cenar, ella era muy bonita y muy amable conmigo, no me gustaba que me abrazara tanto pero aun así ella intentaba demostrarme cariño cada que tenia oportunidad. Durante la cena, mi padre y ella hablaban cosas al azar

-Y.. ¿De qué tanto se reían hace rato?- preguntó ella volteandonos a ver a JK y a mi
-Mamá- dijo JK -Yoongi es muy bueno construyendo torres
-¿Ah si?- dijo ella viéndome y yo me quedé callado viendo mi plato casi vacío -¿Te gusta construir torres, pequeño?- no respondí
-Si, mamá- contesto mi hermano -yo quiero ser como él, mis torres siempre se derrumban
-Lo serás, mi amor. Come que se va a enfriar todo- le dio una palmada en su cabeza y JK empezó a comer -Bueno, en caso de que alguien de ustedes quisiera construir torres, yo tengo un libro con las torres más grandes del mundo.-voltee a verla enseguida y abrí la boca asombrado, ella me volteo a ver u enseguida regrese mi vista al plato
-¡Wow! ¿De verdad?- dijo mi padre
-Si, lo dejare sobre la mesita de la sala por si alguien quiere verlo- dijo ella y se levantó para lavar los trastes. En mi boca se dibujo un sonrisa y no quería que nadie la viera, no quería que supieran que yo tomaría ese libro porque no quería que mi mamá supiera que aceptaba cosas de esa señora.

Después de ver el libro y ver todas esas construcciones decidí que yo quería hacer eso sin saber exactamente lo que significaba. Conforme pasaron los años y fui pasando más tiempo con la mamá de JK y sabiendo que mi mamá jamás regresaría, permití que ella me apoyara y me motivará a estudiar arquitectura, siempre tuve la sensación de que mi madre se molestaría conmigo por llevarme bien con la señora Jeon, eso me inpidio demostrarle el cariño que le tenia y se que algún día debería hacérselo saber.

Destino: Quédate a mi lado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora