Capítulo 30

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Yoongi

Dicen que cuando tocas fondo, es cuando realmente empiezas a valorar todo lo bueno que tenias. El inicio de algo nuevo. Es como cuando la gente hace estupideces como cortarce el cabello de una manera drástica, tatuarse alguna fecha o frase, o ponerse la más grande y catastrófica borrachera.  Aunque en este punto podría teñirme el cabello de un todo menta o azul eléctrico, pero más que nada, vivo de divagar todo el día. Si no mantengo la mente ocupada creo que ya habría matado a alguien. El teléfono volvió a vibrar en mi mesa de noche y yo volví a levantarme de un brinco para verlo, igual que las cinco veces anteriores. Seguía siendo mi madre.

Ayer que me enteré de lo sucedido y después de hablar con mis hermanos, regrese a casa con JK y mi madre se molesto conmigo, hable con ella y le explique que lo que ella había creído ver no era verdad. Esta de más decir que esta molesta, primero porque piensa que le creo más al hijo de Alice que a ella y segundo, porque sabe que haré lo que sea para recuperar a Maritza. Se que lo que dice mi mamá realmente no lo siente, ella es orgullosa y testaruda, pero no es mala. Se que en algún momento la amara como yo. Ese es el porque no respondo sus llamadas, aún sigue intentando convencerme de no buscar a Mar y yo, bueno... soy demasiado perezoso para lidiar con ella ahora.

Me deje caer nuevamente en mi cama escuchando vibrar mi celular una vez más, dos minutos después de que dejó de sonar el sonido de mensaje de texto apareció.

-Vaya, un mensaje. Mi mamá si que se supera cada vez más.- me rei por su insistencia, tomé el teléfono y la llamada perdida y el mensaje eran de Jesi, lo abrí inmediatamente

*Mi niño, espero estés bien.
Encontré esta nota de Maritza. No dice en dode está, pero conozco muy bien a esa chica y te recomendaría que buscaras desde el principio...
"En donde todo empezo"*

Adjuntó la foto de la nota y efectivamente, no decía nada sobre a donde iría. Analice sus palabras y estaba a punto de mandarle un mensaje diciéndole que no me dijera esas estupideces y fuera al punto pero la última fresas no dejaba de revolotear en mi mente. Imágenes de aquella noche vinieron a mi. Hice una maleta inmediatamente y recerve un vuelo. Hablé con mi asistente para que cancelara mis reuniones hasta la próxima semana. Es jueves, no habrá problema en aplazar todo por dos días.
Mi celular volvió a sonar.

-Hermano, te envío la ubicación del celular de Maritza. - hizo una pausa -Lo localicé esta mañana pero estuve un rato esperando que cambiará de lugar y no se mueve.
-¿Donde?
-¿Recuerdas el viaje que hicimos?- lo sabía, pensé
-Se donde. Nos vemos después.
-Espera.- dijo -Supongo que perdió su celular wn el aeropuerto. Así que desde aquí ya no puedo ayudarte.
-No te preocupes. Estaré bien.

Colgué y me fui al aeropuerto. Fueron varias horas de vuelo pero no me importa. En el taxi hice una reservacion de hotel y una vez ahí dejé mis cosas y me fui al bar. La verdad es que no se si la vaya a encontrar aquí, pero espero ver mínimo a alguna persona que se me haga conocida y pueda preguntar por ella. Además tengo la esperanza de que si vino acá sus amigas la hagan salir alguno de estos días.

Entre y subí a los reservados en el segundo  nivel. La vi. Estaba en la misma mesa de aquella vez y a juzgar por sus mejillas rosadas, podría decir que va por su cuarta o quinta bebida. Me cambie de reservado a una mesa detrás de ella pero aun seguía fuera de su vista, aunque desde aquí podía escuchar perfectamente su platica. Tanto así, que casi me levanto a golpear al estúpido que iba con ellas, cuando insinuó que se la llevaría a la cama. Mi sorpresa fue escuchar a Maritza amenazarlo con su novio.

-¡Esa es mi chica!- dije sin poder ocultar mi sonrisa

La acercarse a otras dos chicas en la posta y ponerse a bailar. Cuando se giro vi la espalda descubierta de su maldita blusa. No sabía que era más grande. Las ganas que tenia de saltarle encima o las ganas de taparla con mi saco para que nadie más la viera. No tardó en dejarlas ahí e irse al baño. Me rei ya que sabía que no era su estilo, pero agradecí ya que era mi oportunidad.

Me recargue en el mismo lugar de la última vez y esperé a que saliera. Después de unos minutos se detuvo frente a mi y echo la cabeza hacia atrás, respiro profundo y yo estaba perdido en ella, su cuerpo, su cuello. No se como pude dudar de ella. Enderezó su cabeza y reaccione, estuvo a punto de dar un paso.

-¿Debería hacerte lo mismo?- se detuvo -Lo mismo que la última vez que estuvimos aquí- empecé a acercarme poco a poco, la acorrale y acerque mi cara a su cuello -¿Debería llevarte a casa y hacerte mía nuevamente?- dije cerca de su oido, inhale profundo, ese earoma que me enloquecía y que extrañe tanto estos días. Sentí que la había perdido pero ella asintio. -Con una condición.
-¿Cuál?- pregunto casi en un gemido
-Esta vez quiero todos los compromisos. Todos y cada uno de ellos.- quería tener la seguridad de que jamás se alejaría de mi. No quería volver a pasar por todo esto. No quería volver a sentir que la iba a perder.
-Yoongi..
-Hablo en serio.- tomé su rostro con mis manos y la vi a los ojos. -Te amo. No quiero pasar ni un segundo más alejado de ti.- empezó a llorar
-No lo entiendo- limpie sus lágrimas
-¿Qué no entiendes?
-¿Qué cambio? ¿Qué haces aquí? Creí que ya no me querías ver
-Nada cambio, siempre te he amado, solo no te lo había dicho. Lo siento- me besó. Nuestro beso fue dulce y lleno te todos los sentimientos que habíamos guardado.
-Vamonos- me dijo y limpio sus ojos.

Salimos a la pista y regrese a la mesa en donde había dejado mi abrigo mientras ella fue a despedirse de sus amigos.

-Chicos, ya me voy- dijo ella acercándose a la mesa -Dana, no creo regresar esta noche
-¿Iras a mi departamento?- dijo el idiota ese pero Maritza lo ignoró. -vamos, Maritza. Se que te gusto- el imbecil se escuchaba ebrio y no tenía ganas de golpear a nadie, pero ya me estaba hartando. Camine hacia ellos y pase una mano alrededor de su cintura.
-Nos vamos, nena - dije viéndola fijamente. Se que noto en mi mirada que estaba a punto de matarlo, eso provocó una leve sonrisa en su rostro.
-Chicos el es Yoongi. Mi...
-Soy su prometido. Mucho gusto- sentí la mirada de Mar y reprimi una sonrisa. Todos nos saludaron y el gracioso de su amigo estiro su mano para sostener la mía y solo la observé, levante una ceja y dibule una sonrisa burlona en mi rostro, voltee a ver a Maritza y besé su sien.
-Vamos- dije dejándolo con la mano estirada.
-Bueno, él acaba de aterrizar hace un rato así que iremos a cenar. Nos vemos mañana.
-Claro, cuidate- nos dijo su amiga. Con la que se esta quedando, por lo que escuché hace un momento.

Cenamos y nos fuimos a mi hotel.

Destino: Quédate a mi lado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora