Capítulo 18

123 13 3
                                    

Maritza

Recibi un correo de Tessa para vernos en su oficina, se que me he alejado de ella. De ellos, en general. Supongo que está molesta ya que últimamente me marcaba por teléfono para vernos y hoy simplemente recibí un correo. Me duele ya que realmente la empezaba a ver como una amiga. ¿Qué se supone que debo hacer?. He analizado la situación de Yoongi, entiendo que la manera en la que creció afecto su manera de ver las cosas y su actitud cerrada al mundo entero no ayuda en lo más mínimo, pero no puedo ser su consejera y la raíz de su problema. Bueno, la raíz no, la raíz en todo caso es su madre y él trauma que le dejó a su hijo. He pensado que si él se diera cuenta de sus sentimientos, sin intentar alejarlos, probablemente esto funsionaria, aunque dudo que con la pelea que tuvimos tenga ganas de verme. Estoy tan frustrada.

Me levante de la cama y me arregle, hacía muy buen clima, por fin después de algunos días de frío y lluvia, había un poco de sol. Me puse una falda color mostaza que me llegaba a los muslos, unas medias negras, un suéter negro de cuello alto y unos botines negros. Hoy tenia día libre en la cafetería y hacía días que ni siquiera había cepillado correctamente mi cabello, ya ni hablamos de maquillarme. Sentía un presión en el pecho que a veces me asfixiaba, tenia un nudo en la garganta, desde la pelea con Yoongi, que era difícil de tragar. No se si fue el clima, el olor a café, tener noticia de mi restaurante, o simplemente una señal divina, pero mi humor hoy era mejor. Tuve ganas de arreglarme y esto lo agradecí enormemente, ya que pude haber ido a la reunión en ropa deportiva sin importarme nada.

Llegue a la oficina de Tessa y me hicieron pasar, la chica dijo que ella vendría pronto y salió de ahí, cerrando la puerta tras ella. La oficina de Tessa era todo lo contrario a la de Yoongi, era blanca con detalles amarillos por todo el lugar, una pintura colgaba de la pared, era blanca con una explosión de pintura amarilla y algunas líneas dispersas, rojas y azules. Un escritorio con su silla y dos sofás para los clientes. Una pequeña sala con una mesa de centro y un librero totalmente lleno con libro de diseño, gamas de colores y carpetas con documentos. Estaba viendo una carpeta con trozos de telas cuando escuché la puerta cerrarse. Voltee con una sonrisa enorme, intentando disculparme por alejarme de ella pero me encontré con la mirada profunda de Yoongi, había cerrado la puerta y se había recargado contra ella con las manos en sus bolsillos.

-Yoongi... ¿Qué haces aquí?- sus ojos seguían fijos en mi, se estaba mordiendo el interior de su mejilla y parecía estar pensando en algo.
-Aquí trabajo- dijo serio y yo puse los ojos en blanco
-Lo se, pero esta es la oficina de Tessa.- vi su boca curvarse un poco, como si estuviera reprimiendo una sonrisa. Dio media vuelta y puso el seguro de la puerta.
-¿Cómo estás, Mar?- preguntó aún sin voltear, parecía estar dudando de hacer algo
-¿Qué haces, Yoongi?- se sentó en la orilla del escritorio a un lado mio, tenía una sonrisa un tanto burlona, como si supiera de un chiste del que no estoy enterada.
-Pregunto como estas- volvió a sonreír y levantó los hombros como si fuera todo esto de lo más natural.
-Bien- contesté desconfiada, y como no estarlo, sus cambios de humor me tenían mal. Hace unos días me estaba gritando y ahora se hace el gracioso.
-Por supuesto que si- su expresión cambió -Me imagino que Jake es increíble ¿no?- sentí su voz llena de sarcasmo
-No seguiré este juego, Min. No aquí.
-Hablo enserió, Maritza.- se levantó y caminó hacia mi, mientras yo retrocedia unos pasos -Necesito saber que tan increíble es- me acorralo contra el librero. Su voz era lenta y profunda, como si quisiera que cada una de sus palabras se tatuaran en mi mente. -Necesito saber que tan bien te trata- fijo sus ojos en los míos. Se coloco a dos centímetros de distanció, bastante cerca como para que nuestros alientos se mezclaran. Acercó su boca a mi oído y susurró -Por qué yo lo haré mejor que él- deposito un beso debajo de mi oreja y se alejo.

Cuantas veces sucede que deseamos algo con tanta fuerza y por tanto tiempo, que cuando sucede, nuestra reacción es la menos esperada. Eso me estaba sucediendo. Estuve inmóvil unos cuantos... segundos... minutos... no lo sé. Un escalofrío subía y bajaba por todo mi cuerpo sin detenerse, las piernas me temblaban al grado que sentía que me estrellaria contra el suelo en cualquier momento.

-¿Qué dijiste?- pregunté cuando mi voz logró salir de mi boca .
-Lo que escuchaste.- volvió a levantar sus hombros restandole importancia, esta vez tomó asiento en la silla de Tessa. Quise caminar al rededor del escritorio para mantener distancia pero atrapó mi muñeca con su mano.
-Min...
-Esto es muy serio Maritza.- tiro de mi y me sentó en su regazo -Esto no es ningún juego - colocó un mechón de cabello detrás de mi oreja. -No te voy a perder, no ahora y no con ese idiota. - tomó aire. -No soy bueno en estas cosas del.. amor.- trago saliva al decirlo -y se que ni se explicar que es esto que siento. Solo se que no puedo esta ni un segundo más sin ti.- pego su frente a la mía y cerró los ojos -y definitivamente, no puedo verte ni un segundo más a lado de él.

Odio llorar, juro que es una de las cosas que más aborrezco hacer en este mundo y últimamente es lo único que hago. No soy consciente de en que momento las lágrimas empezaron a rodar por mi rostro pero Yoongi las esta limpiando con sus dedos.

-No se que estas haciendo, no se que clase de juego es este, pero no quiero seguir llorando cada noche- él beso mis ojos húmedos y luego mi frente
-Lo siento, Mar. No quería hacerte llorar, es solo que ...- volteó hacía abajo -estaba celoso... Mucho. Me estaba volviendo loco al ver como le sonreias y cuando te besó.- volvió a ver hacia abajo
-Hey- coloque mis dedos bajo su barbilla y levante su rostro para que me viera
-No intento jugar contigo, aún me cuesta expresar todo esto. Aún no sé que pensar de todo esto del amor- suspiro -pero según la descripción que me dieron, estoy completamente enamorado de ti.- no se que esperaba escuchar, pero definitivamente no era una confesión de amor. Intente levantarme de sus piernas pero rodeo mi cadera y me mantuvo en mi lugar. Subió una mano a mi rostro y me besó. No fue un beso de esos que solíamos darnos, apasionados y torpes. Este era lento, tranquilo y sin prisas.
-Yoongi, no lo entiendo
-Yo tampoco, pero no necesito hacerlo. De verdad quiero que esto funsione.

No puedo decir cuanto tiempo estuvimos así, mi mente se sentía aturdida, como si estuviera en un sueño, pero el latido, fuerte y constante de mi corazón, me hacia saber que esto era real.

-¿Te llevo a tu trabajo?- pregunto cuando por fin nos pusimos de pies
-No, hoy tengo día libre- me observo de arriba a abajo
-¿Tienes planes?- me sentí nerviosa y voltee a todos lados menos a él
-Iba a salir con...
-No- dijo firmemente -Ya no- camino hacia mi nuevamente. Colocó su mano al rededor de mi cintura y jalo de mi hacia él
-Eres mía. No permitire que vuelvas a salir con él.- levante una ceja retandolo
-No tenemos ni cinco minutos juntos y ya te estás comportando como un idiota.- me burlé
-Te besó, Maritza. No me pidas que acepte esto.
-Si Min, como digas- puse los ojos en blanco y camine fuera de la oficina

Resultó que el correo para la reunión con Tessa lo había mandado él. Convenció a Tess para que le prestara su oficina ya que sabía que yo no me reuniría con él a menos que de verdad fuera de trabajo. Ella quería avisarme pero Yoongi le pidió a Jimin que no se lo permitiera. Jimin le escondió su celular y el día de hoy la dejo encerrada en su habitación. Yoon cree que ella lo perdonara cuando nos vea juntos, yo creo que ella de igual manera lo va a matar.

Destino: Quédate a mi lado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora